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Espectaculos

30 años sin ALF

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La cuarentena habilita la nostalgia y un soci@ de Página/12 se animó a recordar un clásico de la televisión. Lucas es licenciado en Ciencias Sociales y Humanidades y un amante del cine y las series.

El 24 de Marzo de 1990 la NBC transmitió el último episodio de Alf. Uno de los finales más tristes que se pudo haber escrito para una sitcom. Habría que repasar otros finales de este estilo de series para verificar si hay alguno que nos haya dejado un gusto tan amargo como éste. Pero no se tratará acá de analizar el último episodio de Alf sino de entender los motivos por los cuales la serie tuvo éxito, de qué otras producciones se nutrió y en qué se diferenció del resto.

Muchas sitcoms han explorado, y explotado, la idea de generar comicidad con una fórmula que no puede fallar: la del protagonista en un universo ajeno. La forma en que puede interactuar alguien foráneo en un lugar nuevo y extraño se pude ver en otras producciones realizadas décadas atrás como Mi marciano favorito (1963) o Mi bella genio (1965), relacionadas a la ciencia ficción y la fantasía. Pero también podemos nombrar a El príncipe del Rap (1990) o La Niñera (1993), donde esta extrañez funciona desde un punto de vista económico, social y cultural: el primero cuenta las historias de un chico pobre, proveniente de un barrio espeso de Filadelfia, que va a vivir con sus tíos ricos de Bel-Air, la segunda las de una mujer de clase media, media-baja, que se encuentra sin empleo y de casualidad termina trabajando como niñera para una familia inglesa, y muy fina, en un barrio acomodado de New York. Incluso indagando un poco más podemos notar cómo esa misma idea está tan presente en Friends (1994) si pensamos a la figura de Rachel como el personaje al que más protagonismo le dieron los autores a lo largo de las diez temporadas: la serie comienza con la llega de ella a las vidas de los otros cinco amigos y cómo tiene que adaptarse a sus nuevas circunstancias, dejando atrás los caprichos de niña malcriada y ganándose la vida como mesera de un café. Alf también parte de la misma premisa. En este caso se trata de un extraterrestre que cae en el planeta Tierra, más precisamente en un suburbio Estados Unidos, y es adoptado por una típica familia de clase media y tendrán que aprender a convivir con sus extravagancias.

Otra sitcom que gozó de la misma popularidad, y cuya temática y cercanía temporal la asemejan, fue Mork y Mindy (1978) de la cadena ABC. Otra vez: Mork, el extraterrestre interpretado por el entonces joven e inquieto Robin Williams, es enviado al planeta Tierra como castigo para poder aprender cada día algo nuevo. En el primer capítulo vemos a este personaje que llega en su cápsula aterrizando de noche en una plaza. En ese mismo lugar Mindy, una joven de 21 años, estaba teniendo una cita fallida con un chico que intentó propasarse con ella. Es en ese contexto que los personajes que dan nombre a la serie se conocen y comienzan a convivir. Un conjunto de características hacen que no se parezca a Alf. En cuanto a lo extradiegético se puede decir que el contexto en el que fue hecha la serie era al menos efervescente y alocado (varias historias pueden relatarse acerca de las condiciones en que Robin Williams llegaba al set de filmación, etc.). Sin embargo, lo que nos interesa es el guión. Mork y Mindy parte de la base de que si bien Mork tiene más preponderancia que Mindy por lo antes expuesto, ambos son los protagonistas y se espera desde el primer episodio que se casen y tengan hijos mitad alienígenas mitad norteamericanos. Pero lo más interesante es se trataba de una serie juvenil (ambos tienen veintitantos) y está destinada a un público habitués de los bares penumbrosos con shows de stand-up y a espectadores de otras series como Taxi (1978), también transmitida en su comienzo por la cadena ABC.

Alf, en cambio, pertenece al ámbito familiar y se mantiene alejado de esos excesos de la juventud. Porque los Tanner, tanto Willy como Kate, están en otra sintonía. Ya pasaron los dorados años juveniles y en la actualidad están viviendo en una cómoda casa en las afueras de la ciudad al cuidado de dos hijos y un ser de otro planeta. En un capítulo la familia proyecta una grabación cacera en Super 8 que nos remite a la década de 1960 y donde vemos a Kate y Willy en su pasado hippie. Cumpliendo con ciertas reglas tácitas de la sociedad, en este caso norteamericana, esa etapa fue superada, ha sido la transición hacia lo que son hoy: Kate, una ama de casa (capítulos adelante tendrá un trabajo remunerado) y Willy, un asistente social. Algo que también está presente en una gran sitcom, un tanto olvidada, llamada Lazos de Familia (1982). Aquí también los padres de familia, y lo vemos en la presentación y en diversos flashbacks, habían sido unos hippies cuyas ideas revolucionarias estarían, años después, a las antípodas de la ideología promulgada por su hijo mayor, Alex, el joven republicano interpretado por Michael J. Fox. Sin embargo, en Alf ese pasado sólo se hizo presente en un solo episodio y no será un elemento que se repetirá en el desarrollo posterior. Hasta este momento podríamos decir que es una mezcla entre Mork y Mindy y Lazos de Familia. Pero hay más.

Si pensamos en Alf como una especie de peluche gigante que se mueve y habla podemos vincularlo a Plaza Sésamo (1972) o a El Show de los Muppets (1977), programas infantiles que emitía la televisión norteamericana y que el último tuvo una gran recepción en todo el mundo. Crean a este “muñeco”, o algo que superficialmente no se vea como un humano (no es el Tio Martin de Mi Marciano Favorito ni es Mork), y logran captar a un público infantil. Pero no es la Rana René. A simple vista puede parecer un personaje sólo destinado a los niños y niñas de los ochenta que pasaban horas frente al televisor, sin embargo Alf se comporta como un adulto y hace bromas como tal. En el primer capítulo le hace tomar cerveza a Brian, el niño de seis años, por poner un ejemplo bien extremo. No lo quería emborrachar, sino que el extraterrestre se estaba comportando por fuera de los parámetros establecidos en ese mundo que a priori le es ajeno.

Al mismo tiempo que ese mundo se presenta como algo extraño para este ser, Alf es un personaje occidentalizado o, más bien, completamente norteamericano. Si exploramos en su comportamiento nos damos cuenta que está más cerca de ser un buen compañero para Trevor (el extrovertido vecino que mira football y toma cerveza en su sillón) que de Willy, un nerd fanático de las tecnologías y el universo, cuya personalidad es más apacible. Actúa conociendo la idiosincrasia del yanqui promedio de los años ochenta, con cierto conservadurismo, más verborrágica y de una clase social que se antepone a la tranquila y (un tanto) progre familia Tanner. Reúne condiciones, entonces, que incluyen a espectadores que se ven representados cuando por ejemplo Alf toma el teléfono y llama para quejarse de que cancelaron el tradicional programa de polka que escuchaba a diario. O también, en diferentes momentos cuando el extraterrestre se apropia de los mitos culturales del país: en un episodio cree haber visto a Elvis Presley, cuando sabemos que había muerto diez años antes. Y tomo este último ejemplo porque entiendo que es el que nos vincula a esa cultura (lo mismo podría decirse si otro ícono fuese representado) ya que conocemos a Elvis, sabemos que murió y que mucha gente dijo alguna vez que fue visto (incluso acá, en Carlos Paz).

Por estos motivos, los elementos tomados de las series antecesoras y la construcción de características personales y únicas, tanto en la estética del personaje como en la construcción de cada guión, es que Alf llegó a ser lo que es. Una sitcom mítica, que tuvo sus parodias y homenajes (Los Simpson, por ejemplo, “volvió en forma de fichas”, o, también, en Las Locuras del Extraterrestre de 1988, con Emilio Disi, Javier Portales y Nico de Brigada Cola), aunque trastabilló después con una película que viene a cerrar la historia de 1990, Alf: The Proyect (1996). A 30 años de su triste final no estaría mal recordarla viendo, donde se pueda, algún capitulo que nos haga un poco más felices.

Por Lucas Carlos , soci@ de Página/12.

¿Cuál es tu superpoder? Escribinos a gonzalez.c@octubre.org.ar y contanos en qué temática sos crack, nerd o un curioso incansable. 

FUENTE : PAGINA 12

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Espectaculos

Murió Silvina Luna

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La actriz y modelo Silvina Luna falleció este jueves a los 43 años en el Hospital Italiano del barrio porteño de Almagro, donde estaba internada desde el pasado 13 de junio, como consecuencia de un agravamiento de su estado de salud producto de una mala praxis del cirujano plástico Aníbal Lotocki, que en 2011 le produjo una intoxicación de metacrilato que le provocó hipercalcemia e insuficiencia renal. La triste noticia fue confirmada por la Asociación Argentina de Actores.

Luna, que saltó a la fama en 2001 cuando formó parte de la segunda edición del popular “reality” “Gran Hermano”, había ingresado al centro asistencial para tratarse por una bacteria que le impedía estar en condiciones para un trasplante de riñón. Es que, según ella misma relataba meses atrás en sus redes sociales, su estado requería ya por ese entonces que se hiciera diálisis de manera habitual varias veces por semana.

Cuando fue ingresada a principios de junio al Hospital Italiano, la modelo dejó un mensaje en el que contaba que empezaba “un nuevo camino al trasplante”: “Por ahora viene todo perfecto. Contenta con eso. Ya empecé otro camino que me tiene entusiasmada, que es el camino para combatir esta bacteria”, había aseverado.

Sin embargo, una agudización de su cuadro y un debilitamiento general llevaron a los profesionales que la atendían a sedarla e intubarla con la idea de estabilizar su organismo y dar continuidad a su preparación para el trasplante, aunque las medidas resultaron efectivas solo circunstancialmente.

Si bien pudieron retirarle la asistencia respiratoria y despertarla días después, su cuadro, que sumó luego una infección con Covid-19 y luego otra bacteria, tuvo un progresivo deterioro hasta que en las últimas horas se volvió irreversible.

Nacida en Rosario el 21 de junio de 1980, Silvina Luna dio sus primeros pasos en el mundo de la TV como modelo publicitaria y conductora, pero alcanzó la trascendencia nacional con su participación en “Gran Hermano”, donde se consagró como subcampeona en la mencionada edición -detrás de Roberto Parra-, lo que catapultó su carrera en la pantalla chica y la llevó a formarse como intérprete, entre talleres, seminarios y clases de teatro con el reconocido Julio Chávez.

En el medio, apareció como invitada en ciclos humorísticos como “Poné a Francella” y “No hay 2 sin 3”, y más tarde en tiras como “Los Roldán”, “Amor en custodia”, “Casados con hijos”, “El patrón de la vereda”, “Gladiadores de Pompeya” y “Son de fierro”; así como con algunos papeles de mayor relevancia en “El capo”, junto a Miguel Ángel Rodríguez, y “Ciega a citas”, con Muriel Santa Ana y Georgina Barbarossa.

Además, su contacto con el mundo de los realities continuó a través de Marcelo Tinelli, primero en la segunda edición de la exitosa competencia “Bailando por un sueño”, de “Showmatch”, en 2006; luego en 2009 con la versión argentina de “El musical de tus sueños” -una conjunción del “Bailando” y el “Cantando”- y nuevamente en 2017 en la 12da. edición de “Bailando por un sueño”; época en la que también solía oficiar como panelista en programas como “Zapping”, “Pura Química” o “La jaula de la moda”.

Y aunque en el terreno del cine tuvo una muy escueta presencia, con un único papel protagónico en “Loca ella, loco yo”, comedia negra de Nicolás Tannchen producida en 2015 en la que daba vida a una mujer bipolar que seducía a un hombre casado, Luna ya gozaba para entonces de un lugar consolidado en el circuito del teatro de comedia y de revista, que la llevó a ser una de las figuras de las temporadas de Villa Carlos Paz casi a lo largo de una década.

En ese sentido, Luna debutó sobre las tablas con “La noche de las pistolas frías” (2002), con Emilio Disi y Tristán; y estuvo entre los roles centrales de taquilleras obras como “El champán las pone mimosas” (2006), donde compartía reparto con Nazarena Vélez y Belén Francese,”Más que amigos” (2008), “Abracadabra” (2016) y “Explosivos” (2017), donde compartió escenario con Florencia de la V y Gladys Florimonte, entre otras producciones.

Desde entonces, Luna se dedicó a participar como panelista en programas de TV como “Incorrectas” (2018-2019) e “Incorrectas Night” (2019), con la conducción de Moria Casán, así como en los envíos de 2020 del bizarro “El show de problema”, una suerte de ciclo de entrevistas encabezado por Claribel Medina basado en la resolución de conflictos en su mayoría familiares o amorosos entre diferentes personas.

La actriz tuvo un intento de retorno al mundo del reality con “El hotel de los famosos”, estrenado en marzo del año pasado por eltrece con Carolina “Pampita” Ardohain y Leandro “El Chino” Leunis al frente de una competencia en la que 16 figuras de la farándula se encierran cuatro meses en un lujoso hotel sin acceso al exterior, en el que la mitad de los participantes hacen las veces de huéspedes y la otra mitad de “staff”.

Sin embargo, a 37 días de ingresar, Luna se retiró debido a los malestares respiratorios y de presión que había comenzado a sentir luego de algunos desafíos físicos del programa, que dieron cuenta del desgaste que ya para ese momento sufría su salud, secuela de la intervención en los glúteos que se había realizado con Lotocki más de diez años antes.

Por ese motivo, la modelo había iniciado una demanda conjunta con Stefanía Xipolitakis, Pamela Sosa y Gabriela Trenchi, otras víctimas del cirujano, que fue acusado por “lesiones graves” y condenado en febrero de 2022 a cuatro años de prisión y cinco de inhabilitación para ejercer la medicina, por decisión del Tribunal Oral y Correccional 28 de la Ciudad de Buenos Aires.

Lotocki causó lesiones en el cuerpo a Luna, Trenchi, Xipolitakis y Sosa con el uso de un relleno que contenía microesferas de polimetil metacrilato (PMMA), en lugares del cuerpo en los que está prohibido su uso y en cantidades superiores a las sugeridas por la comunidad científica.

Hace dos semanas también falleció a los 49 años el estilista y mediático Mariano Caprarola, que integraba el ciclo “La jaula de la moda” de la señal Ciudad Magazine, y que poco tiempo antes había manifestado públicamente que vivía serias complicaciones en su estado de salud como consecuencia de una intervención de Lotocki.

La Capital

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A los 88 años murió Chico Novarro

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A los 88 años, murió el cantautor argentino Bernardo Mitnik, más conocido por su nombre artístico Chico Novarro, autor de grandes boleros y obras musicales como Algo contigo, Cómo y Cuenta conmigo, El orangután y la orangutana o El camaleón.

Chico Novarro nació el 4 de septiembre de 1934 en la ciudad de Santa Fe, fue hijo de inmigrantes ucranianos que escaparon de Europa durante la Primera Guerra Mundial.

El artista comenzó su carrera musical en el grupo pop el Club de Clan, el cual integró hasta 1964, donde adquirió el seudónimo con el que se haría popularmente conocido.

Luego de su paso por el programa comenzó su carrera solita y uno de sus primeros éxitos fue ‘El orangután y la orangutana’. El cantante se destacó especialmente con los boleros y el tango, pero también interpretó jazz, el rock, la cumbia y el pop.

A lo largo de su carrera compuso casi 700 canciones, con una versatilidad e ingenio a la hora de componer y cantar, acompañado de una voz particular, que lo transformaron en un ícono de la música popular argentina.

Fue uno de los compositores más reconocidos, con exitosos boleros como ‘Algo contigo’, ‘Cómo’ (que a su vez grabó Luis Miguel) y ‘Cuenta conmigo’, o de bailables como ‘El orangután y la orangutana’ o ‘El camaleón’.

Junto a su ex mujer, Cristina Alessandro, tuvo a sus hijos Pablo Novak, músico y actor, y Julieta Navarro, actriz, empresaria teatral.

 

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Luis Miguel vuelve a la Argentina en marzo.

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En medio de la “luismimanía” que se desató mucho antes de que Luis Miguel pisara Buenos Aires –más bien cuando se anunciaron las fechas en el Movistar Arena–, la noticia de que volverá al país el próximo año entusiasma a sus fans y, sobre todo, a aquellos que no consiguieron tickets para las diez funciones porteñas que marcan el comienzo de una nueva gira mundial.

Tras los rumores que circularon días atrás, las redes sociales oficiales del cantante mexicano dieron a conocer este lunes las nuevas fechas. El 8 de marzo volverá a Buenos Aires y el 14 se presentará en la ciudad de Córdoba. Este jueves saldrán a la venta las entradas para los nuevos shows del intérprete de “Será que no me amas”. Se especuló mucho sobre el lugar elegido en suelo porteño y finalmente la productora, Fenix Entertainment, se inclinó por el Campo Argentino de Polo. Es probable que si se llega rápido al sold out se sumen otras fechas porque el cronograma de gira publicado muestra varias fechas disponibles entre el 8 y el 14 de marzo, cuando se presente en Córboba (dos días más tarde actuará en Montevideo).

La preventa exclusiva Santander American Express comenzará el jueves a las 10 de la mañana . Finalizada la promoción comenzará la venta general.

El show cordobés, provincia que Luis Miguel conoce desde sus comienzos mismos como cantante, se realizará en el estadio Juan Domingo Perón, el hogar de Instituto, conocido como el Monumental de Alta Córdoba. También allí esperan que las entradas se agoten rápidamente para que una nueva fecha se produzca por peso propio.

Recordemos que Luis Miguel se presentó en el Campo de Polo en su anterior visita, en 2019. Según el armado del lugar, la capacidad para el show puede ser de hasta 30.000 localidades. Según se supo,  estas fechas estarán acompañadas de otra modalidad, todo un clásico si se trata de Luis Miguel: la cena-show. Podría ser más de una y tendría como sede La Rural o una locación de Puerto Madero.

Valeria Martinich para NoticiasXFN.com

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