El derrumbe del centenario cine Parravicini en Tucumán desnuda la crisis de salas que alguna vez fueron el centro de la vida social de decenas de pueblos y ciudades
Frente delcine Español, de la ciudad argentina de Chivilcoy.Jorge RussoArchivo personal
El cine Florencio Parravicini no se fue en silencio. Primero fue un estruendo como “de terremoto” y luego una nube de polvo. Toneladas de ladrillos se desparramaron entonces por la acera y mataron a tres personas. Si los cines tienen vida, el Parravicini decidió morir en su ley. Liberó como tragedia la energía acumulada durante 95 años, condensación de una historia que lo tuvo como el alma de una ciudad que luego se olvidó de él y lo convirtió en restaurante chino y bolera. En su última transformación, se vino abajo. El derrumbe del Parravicini pudo ser el de otros cientos de salas que terminaron convertidas en estacionamientos o iglesias evangélicas, cuando no cayeron ante las topadoras para dar paso a negocios más rentables. Argentinallegó a tener en los años 70 unos 2.000 cines. Hace 10 años se contaban 420, y hoy apenas superan los 300. La elegía de los cines del interior debe recuperar del olvido a aquellos que se fueron, pero iluminar también a los que resisten.
ampliar fotoEl cine Parravecini, reducido a escombros en el centro de Tucumán.Telam
Los argentinos vieron la primera proyección de cine en el teatro Odeón de Buenos Aires en 1896, el mismo año que en Nueva York. En aquella época de esplendor, cuándo el país soñaba con ser una potencia sudamericana, la ciudad de Chivilcoy, a 160 kilómetros al norte de la capital, era centro de la pujanza ganadera. La historia de sus cines es réplica de esa grandeza de origen, reflejada en tres salas fundadas por las comunidades de inmigrantes italianos y españoles, una constante en otros pueblos del interior, donde los recién llegados competían entre ellos por el lujo de sus centros sociales y culturales. “Los edificios eran una copia de Hollywood, la fábrica de sueños. La gente quería vivir como vivían estos reyes que veían en la pantalla”, dice Jorge Russo, curador de ciclos de cine y reconocido colorista digital nacido en Chivilcoy.
La ciudad bonaerense tuvo así tres cines: el Metropol y el Savoy, fundado por los italianos, y el Español, obra de los españoles. Los tres fueron el corazón del pueblo, en tiempos en que no había televisión y las salas atraían a miles de personas. Decir miles no es exagerar. “Nos criábamos en el cine. El Savoy tenía 1.000 localidades y me tocó ver películas parado en los pasillos”, cuenta Juan Gandolfo, nacido en Chivilcoy hace 61 años y hoy administrador del Metropol y el Español, los dos supervivientes de aquella época dorada. Los cines eran también la evidencia de las divisiones sociales de la ciudad. El Metropol pasaba cine europeo y norteamericano, el Español de género y el Savoy películas argentinas. “A ese iba la gente del campo. Mi padre era italiano y no sabía leer, entonces iba a ver cine hablado en español, sin subtítulos”, explica Russo.
La platea y los palcos del cine Metropol, en el año 1930.J. RussoArchivo personal
Programa del cine Metropol de los años 60.J. RussoArchivo personal
Las salas nacieron enormes, lujosas, omnipotentes en ciudades que crecían. Y estaban siempre repletas. “No llegaban los canales de aire de la capital y el único entretenimiento era el cine, la ventana al mundo era el cine. Había además una comunión con la gente. Los lunes comentabas la película con el vecino o con tu compañero de colegio, porque todos habíamos visto la misma”, recuerda Russo.
Esas salas pronto padecieron las crisis recurrentes de la industria del cine, como en tantas otras ciudades del mundo. La primera llegó en los 50 con la televisión. El cine respondió con color y pantallas más grandes. En los 70 y 80, los cines resurgieron tímidos, hasta que la TV color y el vídeo VHS los pusieron cerca de la agonía. Las salas de pueblo cerraron y solo sobrevivieron las de grandes ciudades como Rosario y Córdoba. En los 90 nacieron los multicines en supermercados y centros comerciales, pero ya alejados del centro. Tucumán fue un buen ejemplo de ello.
La ciudad, capital de la provincia que lleva su nombre, llegó a tener ocho salas, todas alrededor de la plaza central. “Hoy sólo queda el Atlas. Es el único cine a la antigua, porque el resto está ahora dentro de centros comerciales”, cuenta Fabio Ladetto, jefe de Espectáculos del diario La Gaceta de Tucumán. El derrumbe del Parravicini llenó al periodista de tristeza, aunque asume que fue una muerte anunciada. “En los pueblos ya no quedan cines. El Parravicini era único, pensado como teatro, con una sala circular y palcos. No había otro igual en toda la provincia y todos los tucumanos tuvieron alguna vez una historia en él. Yo fui a ver Todos los hombres del presidente con la escuela, en 1976”, recuerda.
Con la llegada de los equipos digitales vino el último golpe: el cambio de los viejos proyectores demandó inversiones millonarias, demasiado esfuerzo para modestos empresarios del interior. Fue la época en que Juan Gandolfo pensó que el Metropol y el Español morirían irremediablemente. Pero el sueño resistió. “Estábamos entregados”, cuenta, “cuando fallece un tío político de mi señora y aparece un testamento con la herencia de un campo. Usamos el dinero para comprar un proyector digital, sistema 3D, los anteojos, una pantalla a medida hecha en Canadá”. Gandolfo ganó una batalla, pero sigue en guerra.
Celebración del día de la Independencia en la platea del cine Español, en 1920.J. RussoArchivo personal
Según el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, los últimos años fueron duros. En 2009, el primero con registros oficiales, había en Argentina 449 salas, pero con un reparto muy desigual. Mientras la provincia y la ciudad de Buenos Aires tenían 156 cines, provincias tan importantes como Tucumán y Mendoza tenían menos de diez. En 2016, las proporciones no se alteraron, pero Argentina perdió en la cifra total 149 cines. El Metropol y el Español sobrevivieron gracias al esfuerzo personal de Gandolfo y su familia, que ven como día a día cae la cantidad espectadores. “En los 70 éramos una clientela cautiva”, dice Gandolfo, “íbamos y nos enterábamos en la puerta lo que íbamos a ver. Hoy es común dar funciones con una media de 10 a 15 personas durante la semana y 80 los sábados y domingos. La época de oro no vuelve más, se perdió para siempre”.
Han transcurrido dos semanas desde la última vez que se vio a Emmanuel Soria, de 34 años, y Maximiliano Ludvik, de 29, los dos marplatenses desaparecidos el pasado 27 de agosto cuando se adentraron en el mar, en la costa de Málaga, para practicar paddle surf mientras tomaban un mate. Como marca el protocolo de actuación, Salvamento Marítimo no reanudó este lunes la búsqueda activa con sus medios y ahora sólo emite avisos periódicos a las embarcaciones que navegan por el Mar de Alborán.
“Pedimos directamente al Gobierno que reactive la búsqueda. No pararemos hasta que nos den una respuesta, ya sea que los encuentran vivos o sus cadáveres”, afirma en declaraciones a Infobae España Nacho Soria, hermano de Emmanuel. Relató que Salvamento Marítimo se comunicó con las familias para informarles de que finalizaban los trabajos de rastreo activo de los dos desaparecidos. “No vamos a permitir que se deje de trabajar sin que hayan encontrado nada”, asegura.
Ante la paralización de la búsqueda por parte de Salvamento Marítimo, los familiares de Emma y Maxi están tratando de ponerse en contacto con el multimillonario filántropo Enrique Pyñeiro, nacido en Italia y nacionalizado argentino. Este polifacético personaje se ha embarcado en numerosas causas sociales, entre ellas la de la ONG Open Arms, a quien donó un buque para rescatar a refugiados en aguas del Mediterráneo. Además, posee un avión modelo Boeing 787 que también ha puesto a disposición de otras causas.
Las familias de los desaparecidos han organizado varias concentraciones en Málaga para reclamar que se no se detenga la búsqueda por mar y aire hasta encontrar a sus seres queridos. Su última demanda había sido que se aprovechara un festival internacional aéreo celebrado el pasado fin de semana en la provincia para buscar desde el aire alguna pista sobre el paradero Emmanuel y Maximiliano.
También han lanzado una campaña de recaudación para sufragar el desplazamiento y la estancia en España de los familiares residentes en Argentina, así como la impresión de carteles y otros gastos. Tras recaudar unos 6.000 euros, buscan alternativas. El padre de Maximiliano tiene previsto desplazarse esta semana a Marruecos porque no están dispuestos a tirar la toalla.
La comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Senadores de la Nación trató este miércoles el proyecto de ley para crear un nuevo Régimen de Protección de Deudores de Préstamos Hipotecarios UVA y UVI, y así ponerle fin al karma de los créditos UVA.
Sin embargo, la normativa no obtuvo dictamen favorable en el Senado, luego de que el oficialismo asegurará que se trata de un tema “al que darle celeridad pero no sin antes escuchar las voces de las partes afectadas”.
En ese marco, el presidente de la comisión, Ricardo Guerra, informó que recibirán a tomadores de créditos UVA, el próximo miércoles a las 17:00 horas, y que harán una rápida convocatoria también a representantes de entidades bancarias.
Al referirse a la iniciativa, RicardoGuerra señaló que “la problemática de los créditos UVA es un tema complejo” y “algo semejante” a lo que sucede con la Ley de Alquileres, ya que hay “un contrato donde hay dos partes y donde una tiene una posición de poder frente a la otra”.
“Aspiramos a escuchar a todas las partes, a las personas tomadoras como a las entidades otorgantes, lo más rápido posible”, expresó el riojano y remarcó: “Este es un problema que ya viene hace tiempo por lo que es necesario que seamos ágiles en el tratamiento”.
Por su parte, la vicejefa del interbloque del ex Frente de Todos, Anabel Fernández Sagasti, anticipó incluso que el proyecto para reformar los créditos UVA podría recibir modificaciones. “La media sanción no es satisfactoria para los damnificados, de ninguna manera”, afirmó.
“Nuestra tarea va a ser consensuar lo más ampliamente posible una solución para que cuando vaya a la Cámara de Diputados podamos tener una solución definitiva y rápida”, aseguró la legisladora.
Además, Fernández Sagasti remarcó que “hay muchos que están esperando de manera desesperada la reforma de los créditos UVA”. “Casi el 90% de quienes están padeciendo los créditos UVA son de la banca pública”, añadió.
Por último, la mendocina insistió con que “hay que darles una solución inteligente para que los deudores de los créditos UVA tengan una solución definitiva con certeza. Tenemos que avanzar de una manera rápida”.
Luego de su media sanción en Diputados, legisladores de Juntos por el Cambio comenzaron a apurar el tratamiento de la nueva Ley de Alquileres en el Senado nacional, por lo que el próximo martes comenzará a ser debatida en las comisiones de Legislación General y de Presupuesto y Hacienda.
En efecto, el pasado viernes la bancada de Juntos por el Cambio en el Senado le envió una nota a la presidenta de la Cámara alta, la vicepresidenta Cristina Kirchner, en la que solicitaron la conformación de la comisión de Legislación General, reclamo el cual el oficialismo cedió para evitar más polémica con la nueva Ley de Alquileres.
“Queremos avanzar con rapidez. Estamos de acuerdo con lo votado en diputados y buscamos una pronta aprobación. Creemos que el proyecto aborda los temas más conflictivos, como el plazo y la actualización de alquileres. Además, al ofrecer incentivos impositivos a los propietarios, podría aumentar la oferta de propiedades en el mercado”, remarca el texto firmado por el presidente del interbloque de Juntos por el Cambio, Alfredo Cornejo.
En ese sentido, una de las problemáticas que se suponía que tenía que afrontar Juntos por el Cambio para tratar la nueva Ley de Alquileres en el Senado era la composición de las comisiones, un espacio parlamentario que está mayoritariamente poblado por el bloque de Unión por la Patria.
Sin embargo, en los 17 senadores que componen la comisión de Presupuesto y Hacienda, 7 son de Unión por la Patria, y solo dos legisladores, María Clara del Valle Vega y Edgardo Kuider, aparecen como posibles aliados del kirchnerismo. En caso de que esto resulte así, Juntos por el Cambioigualmente tendría mayoría.
En cuanto a la comisión de Legislación General, si bien no hay autoridades definidas, se sabe que de los 17 miembros algunos son de Unión por la Patria y otros de Unidad Federal, el bloque de peronistas disidentes al kirchnerismo al que Juntos por el Cambio pone mucho ojo, ya que algunos de ellos podrían acompañar la nueva Ley de Alquileres e inclinar la balanza del Senado hacia el lado opositor. Por lo que, a priori, esta instancia no resultaría un obstáculo para la bancada presidida por Cornejo.