Jim Burns, Dennis Holman, Donnie Freeman, Scott Sims, Gene Banks, Jon Sundvold, Morlon Wiley y Chris Whitney fueron los jugadores que usaron la camiseta número 20 en San Antonio. A partir de esta noche ya nadie más podrá hacerlo, porque tendrá dueño eternamente.
Con una tradicional pero no menos emocionante ceremonia, los Spurs retiraron la camiseta de Manu, que de ahora en más lucirá al lado de otras ocho leyendas texanas que también poseen la dicha de ver sus dorsales colgar del AT&T Center: Johnny Moore (#00), Avery Johnson (#6), Bruce Bowen (#12), James Silas (#13), Tim Duncan (#21) Sean Elliot (#32), Geroge Gervin (#44) y David Robinson (#50).
Todo comenzó apenas pasadas las 21.30 de Argentina, cuando la joven compatriota Michelle Leclerq entonó el himno nacional; el hecho de escuchar la canción patria en un estadio NBA no tiene precedentes, por lo que se trató de un momento significativo en el albor de la velada.
Más tarde, durante el entretiempo del partido (si, hubo un partido) que los Spurs ganaron ante los Cleveland Cavaliers 116 a 110, se dio paso a la “mesa redonda” moderada por el periodista Adrián Paenza. A su alrededor estuvieron sentados nada menos que Fabricio Oberto, Luis Scola, Alejandro Montecchia, Pablo Prigioni, Andrés Nocioni, Juan Ignacio Sánchez y Gabriel Fernández.
La idea fue poder reunir anécdotas de Ginóbili de boca de quienes más lo han conocido en el mundo del básquetbol, ya sean graciosas como aquellas que plasman todo lo que el bahiense significó como jugador o compañero.
Trece minutos pasada la media noche el estadio quedó a oscuras, los celulares como luciérnagas decoraban las gradas, y de repente aparecieron quienes acompañarían a Gino: Sean Elliot, Fabricio Oberto, Tim Duncan, Gregg Popovich, Tony Parker y R.C Bufford (Manager). Un minuto después apareció él: Manu pisó el flotante del AT&T Center acompañado de sus hijos – Dante, Luca y Nicola – y su esposa, Marianela Oroño.
El primero en tomar el micrófono fue Elliot, uno de los jugadores más queridos en la historia de San Antonio, quien rescató la importancia de Manu y sus logros dentro de una cancha.
Luego llegaría el turno de Parker, ahora jugador de los Charlotte Hornets. “Lo tenés bien merecido”, comenzó el francés. “En Argentina decían que nunca le pasaba el balón”, ironizó bajándole un poco la emotividad a Ginóbili, que a pesar que recién estaba comenzando su homenaje ya se le notaban las lágrimas contenidas en sus ojos.
Tras las emotivas palabras de “T.P”, el micrófono – por segunda vez en la noche – fue de Oberto, compañero en el anillo de 2007. El ex Atenas de Córdoba recordó con mucho cariño cómo Gino había estado al lado suyo ante la incertidumbre de su problema en el corazón. “Gracias por hacerme mejor”, le dijo en castellano casi al borde del llanto.
Unas de las declaraciones más esperadas era la de Popovich, quien dejó ver toda su calidez. Expuso una anécdota sobre una rápida recuperación en una lesión de tobillo, como así también reconoció a la generación dorada diciendo “Es uno de los mejores equipos de básquetbol que vi jugar en mi vida”. Asimismo cerró su participación dándole mucha importancia al hecho de que Manu haya entendido la necesidad del equipo de ser el sexto hombre.
Duncan fue quien le dio en desenlace a la ronda de testimonios. Y entre mensajes emotivos recordó el momento en el que se enteró que San Antonio lo había drafteado en 1999, cuando no sabía de quién estaban hablando, y ni siquiera podía pronunciar su apellido.
Acto seguido el estadio posó sus ojos en un video en el que el propio Ginóbili hacía un repaso de su carrera vistiendo la camiseta de los Spurs. Al término del mismo, unos de los momentos más emocionantes: Todo el público cantando el clásico “olé olé olé, Manu, Manu”, instalado por los argentinos que viajaron durante la última temporada del argentino con el equipo.
Finalmente llegó lo que todos estaban esperando. Inmerso en una emoción que evitó desnudar durante toda la ceremonia, Emanuel Ginóbili tomó la palabra para cerrar una velada que quedará en la historia del básquetbol argentino y mundial.
Una noche en la que se terminó de cerrar la carrera de uno de los deportistas más importantes en la historia de nuestro país, que lo convirtió en mito y leyenda. El manto negro se hizo a un lado descubriendo “la número 20”, develada para la posteridad; allí en la casa de uno de los equipos deportivos más grandes de todos los tiempos.
Por eso la emoción, allá en San Antonio y aquí en Argentina. De todos aquellos que aman el básquetbol, de los que lo descubrieron gracias al paso de Ginóbili por la NBA y la selección, o de los que alguna vez soñamos ser un extraterrestre como él. Gracias Manu.
Sebastián Ciano
Twitter: @Seba_Ciano
www.pickandroll.com.ar