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Opinión

Emilio Monzó: “Cristina y Macri tienen que ser una etapa terminada, deben dar un paso al costado los dos”

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El ex presidente de la Cámara de Diputados defendió al jefe de Gobierno porteño: “No se puede pedir a Horacio Rodríguez Larreta más de lo que está haciendo”. Y hacia el futuro, dijo: “Hay que armar un equipo con volumen político para gobernar, no un rejunte como hicimos la otra vez”
fmayol@infobae.com

La entrevista con Emilio Monzó se realizó el viernes por la mañana, horas después del anuncio presidencial de recorte de la coparticipación que recibe la Ciudad y de la respuesta formal del jefe de Gobierno porteño, en su departamento -a la venta- sobre la calle Montevideo. En ese amplio living, durante el verano del 2015, Mauricio Macri, Elisa Carrió y Ernesto Sanz terminaron de acordar la conformación de Cambiemos.

El ex presidente de la Cámara baja, un apologista de la moderación, tiene anotada la última vez que habló con Macri: “12 de noviembre del año pasado”.

-Lo tiene anotado. Trasciende que el ex Presidente, en privado, sigue transmitiendo un rencor hacia su figura. ¿Qué fue lo que le molestó?

-Habría que preguntárselo a Macri.

-¿Pero usted tiene alguna explicación? Porque terminó siendo un enemigo interno, y fue un armador principal, de hecho en este living se terminó de formar Cambiemos.

-Pero bueno, eso fue una etapa, y compartimos un gobierno con visiones distintas de cómo había que llevar adelante principalmente los acuerdos políticos, y esa diferencia después se transformó, producto de la tensión que es gobernar, en una diferencia hasta personal. Si él guarda rencores, yo eso no lo puedo resolver.

-¿Usted no guarda rencores?

-Yo no. Estoy desde diciembre en confinamiento. Por eso es bueno hacer pausas. Yo en diciembre me fui de los medios, me fui de todo, me fui a leer, una introspección bastante importante, y después viene el confinamiento obligatorio. Once meses, hasta esta nota, que uno hace una introspección permanente, para curar…

-¿Y curó?

-Sí.

-¿Hizo su balance de los cuatro años de gobierno de Cambiemos?

-No te queda otra, ¿balance? Otra que de los cuatro años, ¡de la vida!

-¿Y el balance de esos cuatro años es positivo o negativo?

-Tiene cosas positivas y cosas que no volvería a repetir. Insisto en esto: a mí me gustaría que en estos tres años y medio que quedan para la próxima elección armemos un gobierno que como consecuencia sea una oposición, no que armemos una oposición que como consecuencia sea un gobierno. Esto es una enseñanza que tuve, pero también es el hombre y sus circunstancias, como dice Ortega y Gasset. A la gente lo único que le importaba era un triunfo contra el kirchnerismo, las circunstancias hoy son distintas, ya tuvo uno la experiencia y creo que no me gustaría volver a repetir un gobierno con las mismas características que el anterior.

-Le tocó un momento complejo. Le quiero preguntar, después del anuncio del miércoles del Presidente de recorte de coparticipación a la Ciudad, y de la reacción del jefe de Gobierno, si esto no esfuma su intención de construir por la avenida del medio y la moderación.

-La verdad que todavía estamos un poco perplejos del anuncio. Me cuesta ponerlo como avenida del medio, a mí me gusta más decir que es una actitud. La avenida del medio fue una estrategia en su momento de Sergio Massa. Pero esto pasa por una cuestión de mesura y de moderación, y por una cuestión de actitud, de ejercicio de lo que uno es. Siempre tuve tendencia a buscar acuerdos políticos con la oposición. Me tocó ser ministro de Agricultura de la provincia de Buenos Aires en la 125 y mi actitud no cambió. De hecho mi salida tuvo que ver con eso. Yo he escuchado hablar de la mesura como tibieza: para mi tibio es ir al extremo, es simplificar, la tibieza está ahí, son posiciones populistas.

-O sea que para usted, los tibios son los duros.

-Los tibios son los duros, porque es esconder un vicio detrás de una aparente virtud. La virtud es entender al otro. Es una actitud de vida. Cuando comienza el gobierno de Alberto Fernández, y aún hoy, tengo toda la predisposición de ayudarlo, porque si a Alberto Fernández le va bien, nos va bien a todos nosotros. El confinamiento y esta mesa que vimos entre Axel Kicillof, Horacio Rodríguez Larreta y Alberto Fernández fue un alivio para todos en un momento de gran tensión e incertidumbre. Y se reflejó rápidamente en la opinión pública. Ahora pareciera que comenzamos una campaña política en el medio de una pandemia mundial, de un PBI mundial que cae, y aparentemente hace un mes y medio entramos en el mismo esquema electoral que veníamos desde el 2009.

-¿Y quién impulsa eso?

-A veces creo que lo impulsan determinados valores. A veces la arrogancia. Pero principalmente la incapacidad de afrontar los problemas de Argentina.

Emilio Monzó en el living de su departamento sobre la calle Montevideo (Maximiliano Luna)Emilio Monzó en el living de su departamento sobre la calle Montevideo (Maximiliano Luna)

-Cuando habla de la arrogancia y ve que esta foto del Presidente, el gobernador y el jefe de Gobierno empezó a cambiar, ¿quién cree que incentiva más el quiebre, el oficialismo o la oposición?

-Siempre la mayor responsabilidad está en el oficialismo. Lo digo para este gobierno y para el anterior. Siempre la responsabilidad principal la tiene quien gobierna. Siempre en la oposición hay algo de margen para la irresponsabilidad por no tener, valga la redundancia, la responsabilidad de administrar. Acá tiene que haber una gran responsabilidad por parte del Presidente de mantener y ampliar esa mesa que empieza con el confinamiento. Y creo que la respuesta de Horacio Rodríguez Larreta es impecable.

-¿Por qué?

-Por la moderación, por la mesura, por el esfuerzo de comprensión y por la empatía en la crítica. Es tener motivación de buscar la rectificación de quién ha tomado una decisión. Acá las críticas son para destruir al que toma decisiones. El discurso de Horacio de ayer, la convocatoria de Alberto y la respuesta a esta decisión de Horacio para mi fueron los dos eventos más importantes del confinamiento, así que yo celebro lo de Horacio.

-Y así cómo dice que la respuesta de Rodríguez Larreta fue impecable, ¿cómo califica el anuncio del miércoles del Presidente?

-El anuncio es parte de secuencias que estoy viendo de manera preocupante, no de ayer, de hace 30 o 40 días. Desde el anuncio de la reforma judicial hasta este creo que son todos disociados de la realidad y disociados de la mesura, disociados de quien fue su mejor aliado durante estos meses. De quien puede liderar un volumen político más de centro en los próximos años y que eso va a ayudar al gobierno de Alberto. Es distinto al Alberto Fernández que vimos al comienzo de la gestión y al comienzo del confinamiento.

-¿Y le encuentra alguna explicación?

-Quiero encontrar una explicación más humana, y es que producto de la incertidumbre una busca las certezas en las simplezas, y para mi eso empieza a aislar al otro, y para mi eso es el gran conflicto de la Argentina, simplificar los problemas. Ir al medio, al centro, es la parte más difícil. Es comprender al otro. Es escuchar varias voces. Es el lugar de las incertidumbres. Y ese es el lugar más difícil. Pero ahí tenemos que ir.

-¿No paga bien ir hacia el centro?

-No paga bien en ningún lugar del mundo. La grieta es tendencia, y esto también tiene que ver con el ritmo de los medios de comunicación. No es que son responsables, pero el ritmo tiene un vértigo. Se convierte casi en una cloaca el Twitter, y lamentablemente la política sigue mucho el ritmo que marcan estos medios de comunicación. La vida está siendo muy vertiginosa, pero especialmente la política. Para ir a la profundidad tenes que hacer una pausa, y para ir a una pausa la tenes que hacer con la oposición, buscando un consenso. Eso no se está viendo en el mundo. Está desapareciendo la figura del estadista, no tiene lugar, no tiene 140 caracteres. En la Argentina estamos hace 20 días en modo campaña electoral cuando la Argentina está destrozada.

"La respuesta de Horacio Rodríguez Larreta a Alberto Fernández (por la coparticipación) fue impecable", asegura Monzó “La respuesta de Horacio Rodríguez Larreta a Alberto Fernández (por la coparticipación) fue impecable”, asegura Monzó

-¿Tiene dudas de quién gobierna la Argentina?

-No tengo dudas de quién gobierna, pero tengo dudas de cómo se gobierna. Son dos cosas distintas.

-O sea que usted no tiene dudas de que gobierna el Presidente.

-El Presidente fue elegido para ese cargo. Pero tengo dudas de cómo se gobierna, como tenía dudas en el gobierno anterior.

-¿No estaba más claro en el gobierno anterior?

-Estaba más claro el liderazgo, pero en cómo se gobierna había algo parecido. A mi criterio, 21 ministros es un disparate en la Argentina. Yo no haría más de ocho ministros, con mucho volumen político y mucha autoridad en la cartera. Acá hay un loteo horizontal que perjudica enormemente la capacidad de ejecución y como consecuencia la autoridad del gobierno de turno.

-Pero más que a la gestión me refería a la política. Cuando le preguntaba quién gobierna me refería a si para usted hoy tiene más peso en las decisiones el Presidente o la vicepresidenta.

-No tengo ninguna duda que tiene más peso el Presidente de la Nación en las decisiones.

-¿Está convencido?

-Estoy convencido. Es el Presidente de la Nación. Cristina Kirchner tiene por supuesto influencia, es una persona, una referente política importante en la Argentina hace mucho tiempo, que tiene el mayor caudal de votos en ese espacio, por supuesto que eso la lleva a tener incidencias en el tránsito de este gobierno, pero quien preside no tengo ninguna duda que es Alberto Fernández.

-¿Y la decisión de hace 48 horas de recorte de la coparticipación tiene más sello del Presidente o de Cristina Kirchner?

-Yo voy a decir siempre más sello del Presidente de la Nación.

-En el acto de Florencia Varela en noviembre del año pasado nos dijo que quería que “Mauricio Macri sea el presidente de todos los argentinos y no que se pinte de amarillo”. No cumplió Macri en lo que usted deseaba de su rol como ex presidente, ¿no?

-Sigo deseando eso de manera general. Lo dije para Cristina en su momento, y para Macri en este momento. Nos cuesta mucho en nuestro país hacer un cambio generacional definitivo. Creo que Cristina y Macri tienen que ser una etapa terminada.

-Para usted tienen que dar un paso al costado los dos.

-Para mí sí, para mí ya tuvieron la oportunidad. Yo quiero un país normal donde los ex presidentes puedan viajar por el mundo, quiero ex presidentes como Fernando Henrique Cardoso, como Julio María Sanguinetti, como Felipe González. Quisiera eso de los ex presidentes de Argentina. No me gusta esto que pasa, que tienen que seguir peleando con temas judiciales, que tienen que seguir muchas veces por esos motivos. Nos cuesta en Argentina, y ahí apuesto para lo que viene, el cambio generacional, el momento en que la generación de la democracia tenga que gobernar nuestro país. Estuvimos a punto con Sergio (Massa) en el 2013. Ha venido una generación política, y que la incluyo a Cristina Kirchner como el último eslabón, de esa generación política predemocrática, que tiene sus razones, sus prejuicios y virtudes. Pero es una generación muy distinta a la generación política de la democracia, del diálogo, la tolerancia. Esa generación política no alcanzó todavía a gobernar la Argentina.

-¿Y por qué?

-Lo que pasa en el 2001, 2003, retrasa al país a estación anterior. Si (Fernando) De la Rúa hubiera tenido un gobierno normal en el propio radicalismo hubiera habido una renovación, hubiéramos tenido otro tipo de dirigentes políticos. Pero ocurrió lo que ocurrió y volvimos a ir para atrás en lugar de mirar para adelante. A partir de ahí vivimos con la historia de reivindicar el pasado. Hasta Macri y Daniel Scioli, que son dos emergentes de la frivolidad, de un lugar distinto a la política, que se convierten en el nexo de la generación política que tendría que haber reemplazado hace mucho tiempo y la generación política que tiene que dejar el gobierno. Se recurre a dos personajes que vienen de otro sector. Si en el 2013 Sergio Massa hubiera transitado bien el camino del 2013 al 2015 hubiera sido la primera representación de esa generación política. Por diferentes motivos no llega a hacer el recambio. Y Mauricio, o el macrismo, o Cambiemos, también para sostenerse políticamente hace una contrastación con el pasado. Termina triunfando otra vez el pasado y postergando esa generación que mira hacia el futuro. Por supuesto que hay una crítica a nosotros que especulamos sobre eso y no nos animamos a formar algo distinto. Y ahí volvemos a Cristina, que hace un maquillaje, lo pone a Alberto Fernández, arregla con Sergio Massa y tiene un triunfo y volvemos a la estación anterior. Nunca vamos a la estación que viene. La salida es que Martín Lousteau, Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo, Diego Santilli, Pablo Javkin, Rogelio Frigerio, esa generación política tiene que desprenderse del macrismo, del PRO, de Juntos por el Cambio, de esos nombres que para mi ya son del siglo pasado.

Emilio Monzó y Mauricio Macri (NA)Emilio Monzó y Mauricio Macri (NA)

-¿Y cómo hace eso? Porque hoy pareciera que no hay espacio para eso.

-Con voluntad. Hay mucho espacio. Lo que no ha habido es huevos para juntarse, para reunirse.

-¿Y hoy hay huevos y ovarios para eso?

-Tiene que haber. En el 2011 al 2015 nosotros tuvimos que recurrir a fenómenos populares, porque muchos de estos actores no eran conocidos popularmente. Estos actores que acabo de nombrar son actores conocidos por la sociedad. Falta que se reúnan, que tengamos la humildad de dejar de lado las vanidades en pos de un objetivo en común. La moderación, la mesura, que caracterizan a esos cinco, seis dirigentes que acabo de describir, lo que da expectativa electoral es el volumen. Para la moderación y la mesura necesitas sinfonía, necesitas una orquesta. Los otros son solistas, Patricia (Bullrich), Macri, “Lilita” Carrió, son solistas. Acá necesitas una orquesta. Esa orquesta, si vos juntas esa mesa, automáticamente genera expectativa electoral y automáticamente uno de esos actores va a ser el próximo presidente de la Nación.

-Entiendo por lo que dice que a esa orquesta y a esos solistas es difícil juntarlos en una mesa.

-Sí…

-Pero en términos electorales o de volumen político, ¿qué pesa más, la orquesta o los solistas? Porque hoy pareciera que esos solistas en un concierto juntan más gente que la orquesta.

-Hacen más ruido. El que toca un instrumento, y no le importa el director de orquesta, por supuesto que siempre llama la atención. Pero la característica es que no pueden organizar un equipo y no pueden gobernar. Tienen resonancia pero no tienen capacidad de gobierno. Acá hay que armar un equipo con volumen político para gobernar, no armar un rejunte como hicimos la otra vez. Que tenía una justificación, acá pasa lo mismo: la gente te para en la calle y te dice “¡únanse!”. ¡No, para mi es un error! Primero hay que dar una identidad y hay que hacer una alternativa de gobierno, no una oposición. Para ganar una elección, perfecto, tengo que tener a los extremos adentro porque el resultado electoral va a ser de mayor cantidad, por lo tanto mayor posibilidad de triunfo. Pero la conducción de ese espacio electoral lo tiene que hacer este grupo de personas que acabo de decir. Los Horacio Rodríguez Larreta, que hoy tiene una gran oportunidad, tiene que conducir…

-¿Y hoy está conduciendo?

-Hoy está en un gran problema. Está conduciendo la pandemia, y como consecuencia de esa buena conducción, con la respuesta con mucha mesura que llevó en el día de ayer seguramente va a ser una de las personas que hoy potencialmente tiene mayor responsabilidad y posibilidad de conducir un espacio de esa características.

-Así como se hablaba en su momento de Cristina cuando estaba “en el llano”, algunos dirigentes del PRO hoy dicen que con Macri no alcanza, pero que sin Macri no se puede. ¿Coincide con eso?

-Sí, ¡pero se traban en eso, se quedan ahí mirando ese espectáculo, y no avanzan con ninguna otra cosa! A nosotros cuando armábamos esto hubo muchas propuestas que si las escuchábamos nos quedábamos: “No se puede Lilita Carrió con Mauricio Macri”. Y sí, no se puede, es incompatible, pero si me quedaba con lo que me decía todo el mundo, no hacías el esfuerzo para hacerlo. Si me quedo mirando de quiénes no pueden quedar afuera, me quedo prestando atención más a esa figura que al volumen político propio, nuevo.

“Acá la rosca está muy desprestigiada como una charla sin sentido. Sigo prestigiando la relación personal entre los políticos”

-Pero el problema es que todo eso que usted menciona ya gobernó.

-Por eso quiero que gobiernen otros.

-Está bien, ¿pero usted no cree que se rompió algo? ¿Cómo hace para amalgamar de nuevo todo eso?

-Pero no quiero amalgamar nada de todo eso. Destrucción creativa, como (Joseph) Schumpeter. Esto tiene que comenzar de nuevo. Si nos basamos en la misma identidad que tuvo lo anterior va a volver a fallar.

-¿Sin tirar a nadie por la ventana?

-A nadie por la ventana. Y si se quieren ir por la ventana, hay algunos que se tiran por la ventana…

-¿Por ejemplo?

-No sé, pero hay muchos que se van a tirar. Cuando vos querés parir algo en la política tocás muchos intereses. Muchos intereses ideológicos, pero muchos intereses particulares. Y mucho más cuando querés hacer un cambio que en el fondo hay un cambio darwiniano. Hay generaciones que resisten la perdurabilidad en el poder. Y cuando armás un volumen de la característica generacional que te estoy detallando, seguramente muchos de ellos van a resistir porque va a venir naturalmente una jubilación de muchos actores. El principal punto del éxito del Pacto de la Moncloa es que posterior a ese pacto vino un cambio generacional en la política de España.

-Pero acá no se jubila nadie.

-¡En España tampoco, en ningún lugar se jubilan! Ahora, si vos no tenés los huevos para avanzar, y estás siempre mirando a que tengamos cuidado con este, o tengamos cuidado con el otro, bueno, entonces esa generación política se va a perder y va a venir otra generación política que va a jubilar a las dos, a nosotros y a la generación política que se tiene que ir.

-¿Podemos interpretar eso como un reproche a Rodríguez Larreta, para que se decida a hacer el “parricidio” del que incluso el propio Macri se queja en privado?

-No. Lo que sí, y lo hablo bastante, y estamos muchos políticos, y lo vimos a Martín Lousteau muy fuerte defendiendo la posición de Rodríguez Larreta, estamos todos para bancarlo en una gesta de estas características. Está en un timing muy difícil. No puedo pedirle a Rodríguez Larreta más de lo que está haciendo. Horacio Rodríguez Larreta no es un cordón umbilical. Hoy el cordón umbilical de Rodríguez Larreta es la pandemia en la ciudad de Buenos Aires. Hay que esperar que esto termine y pospandemia, en un clima electoral que falta un siglo todavía, ver que posición pueda tomar. Estamos todos dispuestos a ayudar a este cambio generacional.

-En esta mesa de la que usted habla, ¿se sienta como armador, como candidato o las dos cosas?

-Me siento como la situación que se encuentra el país, agarro el volante o tengo que empujar de atrás, y empujo de atrás. A esa mesa que tenemos que reunir el que venga de candidato la verdad que no venga a la mesa. La mesa tiene que ser horizontal y el candidato será el que la opinión pública esté prefiriendo en su debido momento. Todos tienen capacidad e idoneidad para cubrir para cualquier cargo. Voy a estar en el lugar que me toque de acuerdo a la discusión.

-¿Pero le gustaría ser candidato?

-Estoy dispuesto a colaborar. He sido candidato, pero también he sido armador. Lo que me toque en ese momento.

-¿Y en qué rol se siente más cómodo?

-Es difícil asimilarlo… Yo nunca fui armador, de casualidad aparecí en ese cargo. Me sentí muy cómodo haciéndolo. Lo continué en el Congreso desde otro lugar. Me cuesta definir. Es como un jugador de fútbol, depende el momento, y depende el equipo que formemos. Dependen las circunstancias.

-¿A quién votó en octubre del año pasado?

-En octubre del año pasado hice una boleta, no me acuerdo porque la corté bastante…

-Estaba Vidal en Provincia, con quién usted no estaba en buenos términos en ese momento.

-No, sí, indiferente. Con los temas locales, municipales, una boleta muy larga.

-¿Votó a Macri?

-Sí.

-Como dirigente bonaerense, ¿qué opina del anuncio de coparticipación?

-Me ganaron más las formas que el fondo. La discusión de coparticipación la tenemos que llevar al Congreso, tenemos diputados nacionales como para hacerlo de manera transversal. María Eugenia Vidal lo pidió muchísimo tiempo, estuvo un año, iba al Congreso a pedir reuniones. La provincia de Buenos Aires hoy es muy perjudicada con el esquema de coparticipación, llevamos muchos años sin cumplir con la Constitución. Me gustaría que Alberto se ponga a la cabeza definitivamente de terminar de manera discrecional de compensar los problemas que tiene de recursos la Provincia. La provincia de Buenos Aires no puede estar arrodillada al presidente de turno. La cuestión es más de fondo. Si no dividimos, esto de que la Ciudad es opulenta, todo eso no es bueno para la Argentina, es quebrar más a la Argentina. Estas son las cuestiones que merecen un acuerdo político, que merecen mayor confianza. Cuando veo esas reuniones de Olivos que salen casi online, y uno ya sabe en la prensa lo que está pasando adentro. Para generar confianza se necesita mucha reserva, porque ahí es donde uno puede entregar parte de su ser con el otro. Cuando yo hablaba de la rosca, era eso.

Alberto Fernández Alberto Fernández

-¿Sigue reivindicando la rosca?

-Acá la rosca está muy desprestigiada como una charla sin sentido. Sigo prestigiando la relación personal entre los políticos. No puede no haber una relación humana, de conocimiento de uno con el otro. Esa confianza que vamos generando en lo personal es lo que permite hacer un acuerdo político. Eso es lo que no existe. Acá si hay un encuentro inmediatamente lo vemos plasmado en los medios de comunicación.

-Y este anuncio del miércoles, por la forma, ¿lesiona esa confianza personal entre el Presidente y el jefe de Gobierno? ¿Atenta seriamente ese vínculo?

-Atenta seriamente.

-¿Se recompone eso?

-Apelo a que el conocimiento biográfico que en este momento gracias a Dios existe entre los actores, porque son del mismo distrito, pueda revertir el daño que se ha producido. Las formas son muchas veces mucho más importantes que el fondo. Vayamos al 125, ¿fue la forma o el fondo? Fue la forma. Seguramente con otra forma se podría haber resuelto la 125. Las formas tienen que ver con la confianza. Nosotros envidiamos los países vecinos cuando hay un trato casi personal entre los actores de la oposición y el oficialismo, pero tiene que ver porque salen a tomar un café, se conocen sus familias, pueden ir a almorzar. Acá parecemos amigos o enemigos. Esto se tiene que terminar.

-El anuncio del miércoles consolida una forma de gobernar. Pasó con Vicentin o el DNU de las telecomunicaciones. ¿Saliendo del fondo, que es discutible, esos anuncios consolidan una forma de gobierno del Presidente que atentan contra su búsqueda de moderación o de diálogo?

-Me deja un sabor amargo. Confié y confío en el Presidente de la Nación, he tenido conversaciones con él, conozco la calidez humana. No puedo creer que nos vayamos para ese lugar político. No solo de él. Conozco a Mario Meoni, conozco a Gabriel Katopodis, a (Eduardo) “Wado” De Pedro, a casi todos los ministros. Son personas serias, honestas, moderadas, no puedo entender lo que está pasando en los últimos 40 días, ¿cómo no voy a creer que tiene que rectificarse? Pero conociendo a los actores me extraña este tipo de actitud.

-Le quiero preguntar por último por la causa en la que usted se ha presentado como querellante y en la que se investiga supuesto espionaje en la gestión anterior. ¿Está dolido, enojado? ¿Alguien lo llamó?

-No, no.

-¿Ni el ex Presidente, ni el ex jefe de la AFI?

-Nada.

-¿Y qué siente?

-El primer impacto es duro por la familia, no por uno. A uno le duele, pero el entorno, tu mujer, tus hijos, te miran con cierto estupor por lo ocurrido. Pero también está lamentablemente, esto es como que te van a robar en la calle, un día te roban y te roban, y te sentís mal cuando te pasa. Pero sabes que te puede ocurrir. Esto está dando vueltas. Nunca te ocurre. Cuando te ocurre te genera una parálisis. Estuve una semana en conversación familiar, con algunos políticos, conteniéndonos, con Nicolás Massot, que también estaba involucrado…

-¿Le mostraron lo que había en el expediente?

-Sí, sí. Hoy ya está. Si lo hicieron, está muy mal hecho. Llevar a la política a esos extremos, ya no queda nada.

-¿Esperaba un llamado de alguien?

-No, no lo esperaba. Y no lo espero.

-¿Va a insistir con la moderación?

-Voy a insistir. Es una forma de vida, aunque me quede solo.

fuente : INFOBAE

FOTO TAPA : PERFIL

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To Bric, or no to Bric, that’s not the question

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La sobreactuación político-electoral lleva a Javier Milei a hablar de comunistas chinos (en eso imita a Bolsonaro) y a Patricia Bullrich a rechazar el ingreso de Argentina a los Brics porque Rusia invadió Ucrania  y se incorporaría Irán (junto a Egipto, Etiopía, Arabia Saudita y Emiratos Árabes) al mismo tiempo que nuestro país a partir del 1º de enero de 2024.

En el contexto de la reunión anual en Buenos Aires del Council of the Americas, una organización empresarial fundada por David Rockefeller en 1963 para luchar contra la influencia de la revolución cubana en Latinoamérica, puede parecer oportuno a candidatos a presidente golpearse el pecho para demostrar mayor vocación pro norteamericana frente a una audiencia que se supone espera eso. Pero quienes conocen de verdad la cultura norteamericana y entienden de geopolítica saben que la realidad es un poco más compleja.

De la misma forma en que el presidente Kennedy pidió a los principales empresarios de su país reunidos en el Council of the Americas el apoyo de sus empresas en Latinoamérica para detener entonces la influencia de la ex Unión Soviética en su “patio trasero”, por igual motivo el Fondo Monetario Internacional del que Estados Unidos es el principal accionista, desde que se fundó al terminar la Segunda Guerra Mundial destinó la mitad de todos sus préstamos a Latinoamérica cuando la región solo tiene el 8% de la población y el producto bruto mundial. Claramente, Estados Unidos siempre cuidó que países de Latinoamérica, fruto de su inestabilidad económica o política, no cayeran bajo la influencia de sus enemigos geopolíticos.

Con la caída del Muro de Berlín y el derrumbe de la ex Unión Soviética, Estados Unidos redujo su preocupación e inicialmente permitió que China cumpliera en parte el papel de ayuda económica a la región. Progresivamente, China fue pasando al grado de amenaza pero nunca comparable con el peligro militar que representaba la ex Unión Soviética. De aliado a frenemies (amienemigo) y competidor.

Rusia, especialmente después de su invasión a Ucrania, es otro tipo de amenaza, no en el patio trasero, pero sí como generador de desorden mundial, pero India, que acaba de colocar una nave en la Luna, es el principal aliado de Estados Unidos para contener el avance chino en Asia, y Brasil fue el histórico socio de los Estados Unidos, aun con Lula, a quien Biden recibió inmediatamente tras ser electo.

Considerar el ingreso a los Brics como un desafío a los Estados Unidos es un error, el propio Eduardo Eurnekian,  consultado a la salida del Council of the Americas, cuando le preguntaron su opinión sobre el ingreso a los Brics  dijo: “Lo veo bien, a mí no me molesta”, y cuando le preguntaron si el ingreso de Argentina a los Brics podría “empiojar” la relación con Estados Unidos, sonrió y con lenguaje no deconstruido metaforizó: “No, no se va a empiojar nada, vos podés tener tu señora y tu amante tranquilamente”.

Una mirada anti-Brics en alguna medida se quedó en el siglo XX. En la tercera década del siglo XXI dos tercios de las exportaciones argentina van a países emergentes. La mirada antigua de los dos candidatos mencionados se refleja también en la inercia de nuestra Cancillería, donde, a la inversa, dos tercios de nuestro personal diplomático está destinado a los países no emergentes, principalmente de la OTAN porque hace medio siglo el mayor flujo comercial estaba en el océano Atlántico norte pero ya hace tiempo el océano Pacífico lo superó.

El acrónimo Bric por Brasil, Rusia, India y China fue acuñado por el economista Jim O’Neil en el año 2001 para distinguir los cuatro países que tenían mayor posibilidad de impulsar el crecimiento mundial por su tamaño y porque aún no habían alcanzado la madurez de su desarrollo. En estas dos décadas, China lo alcanzó sobradamente pero aún le queda un porcentaje muy importante de su población rural por integrar al consumo, Rusia está en un proceso de decadencia de la cual su invasión a Ucrania es un síntoma, India en los últimos años escaló posiciones en el podio mundial y de lo cual su mencionado éxito espacial es otro síntoma, y Brasil, ubicada en el complejo contexto latinoamericano que llegó a ser la séptima economía mundial en la segunda presidencia de Lula, retrocedió con Dilma Rousseff y con Jair Bolsonaro, ahora con Lula no la tiene fácil pero trata de recuperar relevancia mundial.

Lo explica muy bien la corresponsal de PERFIL en Brasil, Eleonora Gosman: “Una pregunta de la prensa, en la conferencia final realizada en Johannesburgo, dio lugar a una respuesta amplia por parte de Lula. El interrogante, formulado por un periodista brasileño, apuntó en la siguiente dirección: “Argentina está a sesenta días de una elección. Y las dos fuerzas de la oposición, no solo la más radical, declararon su rechazo al ingreso en el grupo. ¿Cómo justifica el argumento de que la incorporación fue hecha desde una perspectiva de Estado y no por las relaciones de usted con Alberto Fernández?”.

La réplica fue precisa: “A mí no me importa quién va a ganar las elecciones; y todos saben que soy amigo de Alberto. Lo que vale aquí es que Brasil va a negociar con el Estado argentino, en forma independiente de quién sea el futuro presidente. Puede ser que este no quiera negociar con los brasileños y es su derecho soberano; nadie lo puede obligar”. Agregó que “la responsabilidad que los países del Brics tomamos hoy es precisamente no colocar la cuestión ideológica como condición para ser parte del bloque. Lo que se decidió fue darle envergadura a la geopolítica; y. para nuestro país la Argentina es muy importante”.

Para el jefe de Estado brasileño, los Brics “son una realidad inexorable. Probablemente podríamos tener problemas, porque habrá a quien no le guste el grupo. Pero eso es parte de la política; si yo no quisiera convivir con las divergencias, no estaría en la política”, siguió la nota de Eleonora Gosman.

Argentina está en los Brics por Lula y en el fondo el origen del concepto Bric es un invento también brasileño porque la cancillería brasileña desde antes que al economista Jim O’Neil se lo ocurriese el acrónimo, enseñaba a sus diplomáticos de carrera cómo debían ver el mundo. Hay tres componentes a los que prestar atención: cantidad de habitantes, de kilómetros cuadrados del territorio y de producto bruto. Países que tengan alguno de estos tres atributos son geopolíticamente importantes: más de 5 millones de kilómetros cuadrados de territorio, más de 200 millones de habitantes y más de 2 billones de dólares de producto bruto. Países que tengan dos y tres atributos, más importantes aún. Si la vara del producto bruto se levantara por arriba de los 2.500 millones, solo quedarían Estados Unidos y China.

Como dice el título de esta columna, To Bric, or no to Bric, that’s not the question. No es “o” sino “y”, es con la OTAN y también con los Brics.

Jorge Fontevecchia
Jorge Fontevecchia
Cofundador de Editorial Perfil – CEO de Perfil Network

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Un agotamiento de todo lo estructurado

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El gran ensayista Antonio Muñoz Molina publicó en 2013 un excelente trabajo al que tituló Todo lo que era sólido. Se refería a la sensación de extendida descomposición que se advertía en España, como en todo Occidente, como consecuencia del colapso de la crisis financiera de 2008. Muñoz Molina tomó el título del Manifiesto Comunista, donde Marx y Engels afirmaron que “todo lo sólido se desvanece en el aire”.

Son palabras de las que el observador puede agarrarse para comenzar a entender, de manera muy tentativa, el resultado de las elecciones de ayer. La primera evidencia es el agotamiento de todo lo estructurado. El peronismo oficial frente a la oposición. Horacio Rodríguez Larreta frente a Patricia Bullrich. Juntos por el Cambio frente a Javier Milei. No es sólo el desafío a los aparatos partidarios. En un sentido más general, una parte muy amplia de la sociedad se levanta frente al Estado. A 40 años de su refundación, la democracia argentina se encuentra en una encrucijada en la que ya ingresaron otras naciones, sobre todo en la región. Un impulso de cambio al orden establecido, que incluye expresiones de abierta impugnación y que abre en el horizonte la incógnita sobre la gobernabilidad. Es decir, sobre la capacidad del sistema para ofrecer las prestaciones por cuya carencia se lo invalida.

El diseño que organizó a la política durante, por lo menos, 15 años, terminó anoche de desfigurarse. Ya no se puede entender el proceso atendiendo a la polarización entre dos bloques que cubrían toda la escena. Ahora hay cuatro actores. La Libertad Avanza, Juntos por el Cambio, el peronismo de Unión por la Patria y una masa de ciudadanos que, en su decisión de abstenerse, determinan el destino de los otros tres jugadores.

 

Volvió a verificarse una abstención muy alta. En las primarias presidenciales de 2019 la abstención había sido de 23,6%. Ayer fue de 31%. Ya no está la excusa de la pandemia, que sirvió a muchos dirigentes como coartada para justificar la inasistencia a las urnas de 2021 como un fenómeno forzoso. Es inocultable que existe una deserción deliberada. Si seguimos las clasificaciones de Renato Mannheimer y Giacomo Sani en La conquista degli astenuti (La conquista de los abstencionistas), se trata de ciudadanos que entienden el voto más como un derecho que como una obligación. Y resuelven desistir. Unos lo hacen por desapego. Son los que no asisten a la discusión pública. Miran la política como algo muy tangencial respecto de otros intereses: la familia, el trabajo, los deportes. Otros no concurren por un apego excesivo. Están enojados. No se desentienden. Protestan. Es importante distinguir entre uno y otro tipo, porque la decisión de los primeros es menos reversible que la de los segundos. Pero es muy difícil identificarlos. Más todavía detectar qué los motivaría. Es un problema de gran magnitud para los que compitan en el próximo tramo de la carrera. Porque ayer el universo de los que faltaron alcanzó a 13 millones de electores. Allí está la cantera disponible para modificar la situación relativa de cada candidato.

Milei tuvo un avance fenomenal. El viernes pasado él y su hermana, Karina, mantuvieron una conversación con el consultor Federico Aurelio, en la que se interiorizaron del resultado de los últimos sondeos. Aurelio los entusiasmó diciendo que el candidato estaba en el techo de la curva que había recorrido, con pequeños altibajos, durante los últimos meses: 27%. Anoche, con el 95% de las mesas escrutadas, había llegado al 30,17%, lo que equivale a casi 7 millones de votos.

Milei demuestra la posibilidad de avanzar hacia el poder sin estructura. Sus candidatos tuvieron performance pobrísimas en las elecciones anticipadas de provincias en las que él conquistó ayer el primer lugar. En Mendoza sacaba anoche casi un 45% frente a 28% de Juntos por el Cambio. En Tucumán le ganaba al peronismo por 3 puntos: 36% contra 33%. En San JuanMilei ganó por 34% contra 39% de Unión por la Patria y 27% de Juntos por el Cambio, que venía de ganar el torneo provincial. Mejor le fue en San Luis: 48% contra 23% de Juntos por el Cambio, que también había ganado la provincia. En Jujuy el caso es aún más llamativo: 39,8% contra 23,8% de Juntos por el Cambio, con el agravante de que el líder de la provincia, Gerardo Morales, corrió como candidato a vicepresidente de Larreta, en una fórmula que sólo consiguió 18%. En Córdoba, la provincia del macrismo, superó al gobernador Juan Schiaretti: 33% contra 27%. Juntos por el Cambio se redujo a 25%. Unión por la Patria sólo sacó 8,7%. Detalle importante: ¿adónde irán los votos de Schiaretti, que fueron en total 900.000 en todo el país?.

Hubo varios indicios que adelantaban el éxito de Milei. En LA NACION se publicó uno: la encuesta del CIAS de Rodrigo Zarazaga, que mostró que en las villas del Gran Buenos Aires el candidato de la ultraderecha alcanzaba 21% de las preferencias entre los menores de 25 años. Apenas tres puntos detrás de MassaMilei pudo resolver, para un sector de la ciudadanía, el problema de la representación, que es el que hoy desafía a la democracia. Él no sabe cómo están sus votantes. Él está como sus votantes. Está enojado, por momentos, enfurecido.

Festejo de Javier Milei en el búnker de La Libertad Avanza
Festejo de Javier Milei en el búnker de La Libertad Avanza Alejandro GuyotLA NACION

El antropólogo Pablo Semán está estudiando el encanto de Milei entre los jóvenes de los barrios sumergidos del conurbano bonaerense, y se sorprende ante algunos rasgos: muchachas que están fascinadas con el candidato mientras sostienen posiciones feministas, por ejemplo. En casi todos los casos aparece la misma peculiaridad: Milei es un grito de guerra. Expresa menos una posición ideológica que un estado de fatiga frente a la política, que se presenta en otras sociedades con otros nombres y variadas ideologías: Milei, a su modo, es TrumpBoric, Petro, BolsonaroCastillo o Lasso. Supone disidencia. Días atrás se paseó en una van gritando “que se vayan todos, que no quede ni uno solo”. En ese impulso, introduce fragmentación. Es legítimo, por lo tanto, sumar los votos de Milei con alguna parte de los votos que no aparecieron, con una parte de la abstención. Desde anoche se irá configurando la certeza de que el próximo Congreso será un espejo astillado. Delicado problema para cualquier candidato que prometa soluciones rápidas. Delicado problema para una democracia que está en el banquillo por ineficaz.

Más allá de lo técnico, el éxito del líder de La Libertad Avanza está ligado a un sortilegio: como se verificó a lo largo de meses en las encuestas cualitativas, su público le atribuye un poder ilimitado para resolver el drama económico. La consigna en contra de la casta se completa con la consigna a favor de la dolarización. Las curvas que aparecen en las planillas de Aurelio revelan que Milei creció en las últimas semanas de la mano de la disparada del blue. Una correlación que tiene todavía mucho para dar.

Un enigma de las próximas semanas es qué efecto tendrá la marcha triunfal de ayer. ¿Seguirá con esa velocidad o, por el impulso propio de lo inesperado, el fenómeno Milei se acelerará?

Juntos por el Cambio hizo una elección muy mediocre. Se supone que las fuerzas que enfrentan a los gobiernos deben estar capacitadas para canalizar el descontento. El voto a Milei y la renuncia a participar, interpelan a Bullrich, a Larreta y al resto de lo que hasta ahora se llamó “la principal oposición”. Esa fuerza perdió 2.500.000 votos respecto de las parlamentarias de 2021. La duración de la crisis económica, del estancamiento, que lleva ya por lo menos una década, corroe la base de Unión por la Patria y de Juntos por el Cambio. Ahí está la clave de la disidencia que se expande. La fuerza que postula desde anoche a Patricia Bullrich quedó a 500.000 votos de MileiUnión por la Patria quedó a 700.000 votos de Milei y 200.000 de Juntos por el Cambio. Esta aritmética esconde los desafíos de cada jugador. ¿Bullrich puede desbordar a Milei? ¿O debe resignarse a salir segunda, evitando que Massa la supere?

Juntos por el Cambio hizo una elección mediocre
Juntos por el Cambio hizo una elección mediocre Ricardo Pristupluk

En Juntos por el Cambio se verificó la misma tendencia del cuadro general: lo establecido, Larreta, fue derrotado por algo menos formal, con menos estructura y menos caja. Bullrich deberá ahora absorber a los seguidores de Larreta. Es un desafío que ella piensa enfrentar sin recurrir a la receta de Mauricio Macri, que sería ofrecer al vencido la Jefatura de Gabinete. La triunfadora de Juntos por el Cambio supone que la consolidación de esa coalición no se debe dar por la anexión de partes sino por la formulación de un nuevo liderazgo. Mensaje para Larreta. Y, sobre todo, mensaje para Macri. Aun cuando Macri fue, con el resultado interno de ayer, un claro ganador. ¿Se terminará de cumplir lo que había pronosticado? Ballotage entre Bullrich y Milei. La candidata de Juntos por el Cambio compondrá ahora con Milei un fenómeno complejo. Compiten pero, a la vez, expresan un giro a la derecha parecido.

El efecto negativo del avance de Milei para Juntos por el Cambio se expresa, más que en ningún otro lugar, en la Ciudad de Buenos Aires. Allí el postulante de La Liberta Avanza, Ramiro Marra, sacó 13% de los votos. Es probable que sean adherentes al Pro, desencantados. La interna de Juntos por el Cambio la ganó Jorge Macri. Pero por mucho menos de lo que esperaba: 28,7% contra 27,1% de Martín Lousteau. Agazapado mira el alfonsinista Leandro Santoro: si se produce un ballotage, él sueña con los votos de Lousteau. Es cierto que Macri tiene derecho a aspirar a los de Marra, el candidato de Milei. Todo está abierto entre los porteños.

Massa hizo una pésima elección, de la que sólo puede consolarse por el resultado melancólico de Juntos por el Cambio. Por primera vez en la historia el PJ salió tercero en una elección presidencial. Ahora deberá sacarlo de esa situación. Las señales de deterioro son numerosísimas. Pero la más clara, por su potencial simbólico, es que Malena Galmarini perdió la candidatura a intendente en Tigre. Ganó Julio Zamora, a pesar de que, con una decisiva intervención de dos jueces de la Cámara Nacional Electoral, se le había privado de adherir a la boleta de Massa. Proeza la de Zamora.

La trayectoria de Massa fue catastrófica en muchos partidos del conurbano bonaerense
La trayectoria deMassafue catastrófica en muchos partidos delconurbanobonaerenseSantiago Filipuzzi– Santiago Filipuzzi

La trayectoria de Massa fue catastrófica en muchos partidos del conurbano bonaerense. En La Matanza, por ejemplo, Unión por la Patria sacó sólo 39%, de los cuales 9% corresponden a Juan Grabois. Eso sí, ganó por poco el intendente Fernando Espinoza. Otra sorpresa: el segundo allí, en el corazón histórico del peronismo, fue Javier Milei, con 23%. Juntos por el Cambio sacó 20%, con un triunfo relativo de Bullrich, que superó a Larreta en casi todo el conurbano. Una desmentida más a los pronósticos. Lomas de Zamora fue otra miseria para Massa 27%. Con 10% de GraboisQuilmes, de La Cámpora, es otra lágrima: 26% y 10% de Grabois. A Massa le dieron de probar su propio jarabe, el que en 2009 él le suministró en Tigre a Néstor Kirchner: los intendentes repartían su propia boleta también con la de Milei.

Los dirigentes de La Cámpora preferían anoche no conectar con el naufragio. Celebraban que su candidato, Daniel Selci, derrotó a Juan Zabaleta en Hurlingham.

En la elección nacional, del 27% que sacó el oficialismo, 6% corresponde a Grabois. Massa obtuvo 21%. ¿Podrá Cristina Kirchner desentenderse de este resultado, que se produce bajo su inapelable liderazgo? Tiene el consuelo de una performance aceptable de Axel Kicillof en Buenos Aires: un modesto 36% contra 32% de Juntos por el Cambio. Pero a la vicepresidenta le va a ser difícil obturar un movimiento de renovación. Los Kirchner quedarían atrapados sin remedio en la derrota de ayer si se consolida la tendencia que, a última hora, se verificaba en Santa Cruz: el triunfo del lema opositor para la gobernación, con el sindicalista Claudio Vidal a la cabeza. La pelea en Santa Cruz era, en la madrugada, ajustadísima.

En Juntos por el Cambio se corroboró una tendencia general: contra lo que creía Larreta, el candidato a presidente impone a su candidato a gobernador. Bullrich hizo ganar a Néstor Grindetti sobre Diego Santilli. Un alerta para Kicillof.

En lo inmediato, la ecuación Massa-Grabois expresa un problema material que comenzará a desplegarse en las próximas horas. Grabois pondrá condiciones para adherir a Massa en el tramo por venir. Anoche el candidato derrotado le presentó a Massa, en pleno “festejo”, un plan general de gobierno que era, en rigor, un pliego de condiciones. Allí se expresarán la señora de Kirchner y su grupo. Pero el candidato, que además es ministro de Economía, está obligado a realizar un ajuste que ya viene anticipando. Debe conseguir que el Fondo Monetario desembolse en agosto lo que él le debe a Qatar y a la Corporación Andina de Fomento. La discusión por la política económica en el seno del oficialismo será más ácida. Habrá que ver qué efecto tiene sobre el dólar, que es el driver del voto de Milei.

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Opinión

Opinion: Sergio Massa candidato a presidente por Jose Luis Stella

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La designación de Sergio Massa como candidato a Presidente tuvo una repercusión positiva en los mercados. Exteriorizado en la suba del valor de acciones y bonos, y bajas en el riesgo país y en el valor de los dólares. Los problemas siguen ahí. Se despeja la bruma que no permitía ver claramente el camino.

Sergio Massa fue ungido (-definición de la RAE-dicho de una persona, especialmente de un monarca o de un sacerdote: Signada con el óleo santo) para encabezar la lista nacional del nuevo frente “Unión por la Patria” sobre el plazo de cierre para la presentación de las listas, presurosamente con velocidad supersónica  su entorno ya lo comparó con Fernando Henrique Cardoso, Emmanuel Macrón y Santiago Peña quienes se desempeñaron como ministros de economía en Brasil, Francia y Paraguay respectivamente y pudieron ser presidentes, dejando de lado la comparación de Carlos Melconián cuando fuera designado: “No es Pep Guardiola, a lo sumo Caruso Lombardi”.

 

En Estados Unidos para los demócratas, Massa representa LA CARA AMIGABLE Y PRAGMÁTICA DEL PERONISMO señalaba Andrés Fidanza en “La Política Online” conocida la noticia. Lobby, establishment, contactos e intereses estadounidenses en Argentina festejan la designación, mientras que muchos “kirchneristas de pura cepa” quedan desconcertados como magistralmente en su columna de Humor Político del 25 de junio titulada “Groucho Massa” lo describe Alejandro Borensztein. Fidanza cuenta que tiene dos respaldos claves en el poder de Estados Unidos, demócratas y de origen latinos.  “En el Ejecutivo, Juan González, el asesor principal de Joe Biden para América Latina. En el Congreso, el senador por Nueva Jersey Bob Menéndez, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores”.

 

Dos temas son centrales para Washington: La negociación con el FMI y detener el avance de China en la región. Región que ha sido bastante olvidada por el gobierno del norte.

 

Si bien la negociación con el FMI es prioridad, el organismo quiere un claro sendero de ajuste fiscal y devaluación acelerada del peso frente al dólar imposible de aplicar en medio de la campaña electoral. No se pagaron los vencimientos de la deuda que operaban martes y jueves de la semana anterior por el equivalente a unos 2700 millones de U$S de capital y si bien en los pasillos del ministerio se corrió el rumor que se haría un pago a cuenta de “buena voluntad” de 1.900 millones de dólares (dando todo lo que había en la caja del Banco Central) se ejerció el derecho a la cancelación (postergar el vencimiento) hasta el viernes 30 de junio.

 

En esta semana se prepara una comitiva a Washington que será encabezada por Leonardo Madcur y Gabriel Rubinstein para cerrar la renegociación y el acuerdo técnico. Solo se espera el guiño de luz verde de Gita Gopinath o de Kristalina Georgieva.

 

¿Será Gabriel Rubinstein el próximo ministro de economía o se inclinarán por Marco Lavagna? quien acompañó a Massa en casi todos su viajes, raro para el director más alto del organigrama del INDEC que también ostenta la Secretaría de Asuntos Económicos Financieros Internacionales. La idea es que Massa continúe al frente del Ministerio de Economía y cuando todo esté preparado hacer una transición ordenada antes de septiembre. Esto se desprende de los Whatsapp que envió a los empleados del Ministerio cuando presionó a sus pares y obtuvo la bendición de postularse, que desde “SIEMPRE” fue su OBJETIVO.

 

“Massa confirma que seguirá como ministro de Economía tras el cierre de listas”, decía el título de un artículo de Liliana Franco en “Ambito Financiero” el viernes y Francisco Jueguen en “La Nación” del domingo. Mientras Massa escribía a su equipo el siguiente mensaje de Whatsapp: “Hola a todos los cierres de listas son siempre apasionantes y trabados. Y es así. No hay nada dramático ni que sea de vida o muerte. Pero que la economía siga funcionando normalmente y que hagamos nuestro laburo sí. Tenemos al FMI, tenemos la licitación, tenemos los temas energéticos, el gasoducto y los subsidios en agro; están pendiente los créditos CREA que la semana que viene esperan. El lunes habrá listas y nuestro laburo sigue igual, por eso les pido que no se desenfoquen, el lunes tenemos que seguir haciendo cosas para arreglar los problemas serios que tiene la economía y el país”.  Políticamente un buen mensaje para reencauzar y motivar el trabajo a sabiendas de que algún empleado lo haría conocer a los medios.

 

En su gestión económica el objetivo era llegar sin devaluar hasta el cierre de listas (cumplido) luego en etapas a las PASO (pendiente), a las generales y en diciembre al traspaso del poder al candidato ganador (también pendiente) que tiene como paradoja que puede ser él mismo.  Lo que cambia sustancialmente el tenor de la política actual, consistente en postergar, patear todo al próximo gobierno que sería algo así como “escupir hacia arriba” en caso de imponerse en las generales.

 

Vencen en esta semana unos $ 670.000 millones de deuda pública que la Secretaría de Finanzas a cargo de Eduardo Setti buscará renovar para fin de año y estirar los plazos hasta 2024/25 con títulos indexados a la inflación y al dólar oficial, para mantener el financiamiento del Tesoro. Con la euforia de los mercados financieros no va a tener inconvenientes en renovarlos máxime que ya tiene $ 443.000 millones que fue el financiamiento neto (nuevo endeudamiento) que arrojó la licitación de hace dos semanas.

 

Mientras tanto suenan fuerte las propuestas coincidentes de Carlos Rodriguez jefe de asesores de Javier Milei y el ala izquierda del Kirchnerismo de bajar la tasa de interés en la renovación de las leliq, voces que se pierden por ahora en el vacío y que en algún momento deben ser escuchadas.

 

En los «próximos días» se convocará a licitación pública internacional para la reversión del Gasoducto Norte mediante un loop entre La Carlota y Tío Pujio en Córdoba, que ayudará a sustituir importaciones de gas de Bolivia con producción local de Vaca Muerta, a un costo presupuestado en 713 millones de dólares, de los que el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) financia u$s 540 millones. Ocurre que Bolivia ya no podrá abastecer en forma continua y permanente a nuestro país, por compromisos previos con el empresariado de San Pablo y entonces es importante hacer la obra antes que se discontinúe el suministro.

 

En septiembre se licita el segundo tramo del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner desde Salliqueló (Buenos Aires) hasta San Jerónimo (Santa Fe) para ampliar la capacidad de transporte de gas, todavía no se ha definido el financiamiento si es de China o de empresas privadas argentinas interesadas en la construcción. Y se está llenando el primer tramo de Tratayen (Neuquén) a Salliqueló (Buenos Aires), un tramo de unos 600 km de distancia que se llena de tramos de 30 km, el domingo 25 de junio se había llegado al 61 km y se continuaba trabajando, estaría terminado para inaugurar el 9 de Julio.

 

Massa pidió a su equipo avanzar en los subsidios al campo, en especial a la producción aviar y porcina, y mencionó que habrá más créditos a tasa subsidiada para otros sectores.

 

La economía se desacelera, el IPI, índice de producción industrial de abril publicado el 08 de junio, último dato conocido tuvo una variación interanual positiva de 1,7%, ocho de las dieciséis divisiones de la industria manufacturera presentaron subas “Industrias metálicas básicas”, 36,3%; “Otros equipos, aparatos e instrumentos”, 13,1%; “Refinación del petróleo, coque y combustible nuclear”, 11,0%; “Vehículos automotores, carrocerías, remolques y autopartes” entre las categorías que más aumentaron. Mientras que cayeron “Alimentos y Bebidas”, -1,7% “Prendas de vestir, cuero y calzado”, -3,5%, “Productos minerales no metálicos” -5,3%, “Productos de caucho y plástico”, -3% entre las principales. El 1,7% de crecimiento en un año en abril es un bajo guarismo aunque algunos sectores como el automotriz comenzó a moverse con fuerza porque es difícil importar autos, porque hay convenios con Brasil a donde exportamos y se sumó Perú y Colombia para comprar por la mano de obra barata.

 

Se viene un nuevo escenario, con el cierre de listas, los candidatos presidenciales de los partidos mejor posicionados en las encuestas como Unión por la Patria (Sergio Massa)  de Juntos por el Cambio (Horacio Rodriguez Larreta y Patricia Bullrich) y La Libertad Avanza (Javier Milei) un poco más, un poco menos, son PRO MERCADO, entonces la apuesta es por EL CAMBIO, y las acciones han recuperado hasta un 40/50% (el lunes 26 de junio 10%) de lo perdido, los bonos (el lunes 26 de junio 5%) todavía no lo han hecho, y las propiedades están muy retrasadas en sus valores.  Si la idea de cambio continúa, y luego se ratifica con las PASO las acciones van a subir no exentas de volatilidad, los bonos también y por último las propiedades recuperaran buena parte del valor que perdieron a partir del 2020.

 

También se espera una cosecha normal en la campaña de soja, para el año próximo. Los precios de futuro son más altos un 10% para el año próximo.  En Maíz los precios son más bajos a futuro aunque se compensará con el aumento de la cantidad cosechada. Algo similar pasa con el trigo.

 

Dentro de una situación económica “atada con alambre” HAY LUZ AL FINAL DEL TÚNEL y se alejan los pronósticos catastróficos de cataclismo (hiper, corralito, plan bonex para depósitos) la economía real va a seguir mal, el BCRA seguirá sin reservas, continuará la crisis de la deuda, la consultora PxQ encabezada por Emmanuel Álvarez Agis prevé para este año “una contracción del PBI del 3,1%, una inflación del 146,5% y un dólar oficial a $386 en diciembre, 50% más caro que ahora”, este gobierno endeudó más a Argentina que cualquier otra gestión, tanto en términos absolutos como relativos.  Como porcentaje del PBI, cuando Cristina dejó el poder en el 2015 la deuda representaba el 53%, en 2019 Macri dejó una deuda del 87% y Alberto Fernández dejará una herencia de deuda de más del 100% del PBI.

 

Se firmaron este lunes convenios con tres países integrantes del Club de París para avanzar con el acuerdo marco rubricado en octubre pasado y que permitirá reestructurar el pago de casi USD 1.970 millones en seis años terminado de pagar en el 2028. Así, de los 16 países acreedores de la Argentina miembros de ese foro, solo falta la firma de uno de ellos, Japón. El riesgo país de JPMorgan retrocede a 2.095 puntos básicos, mínimos en tres meses.

 

Esperemos que esta reacción positiva de los mercados impulse el trabajo del Ministerio de Economía en la búsqueda de soluciones sustentables a los persistentes problemas financieros y reales de la Nación. Hay que aprovechar el momento porque este efecto positivo probablemente será de corta duración.

 

José Luis Stella

Lic. en Economía

 

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