Tras dos años de evaluación, el Gobierno prepara un cambio radical en la política de planes sociales que heredó del kirchnerismo.
Con la promesa de que “nadie que cobre un plan va a dejar de cobrarlo”, el objetivo de Mauricio Macri es que los miles de millones de pesos que cada año el Estado destina a auxiliar a los sectores más vulnerables continúen contemplando una contraprestación por parte de cada beneficiario, pero que ahora se enfoque fundamentalmente en educación y capacitación
Según detalla el diario Clarín, desde lo político y lo económico, la medida representará un duro golpe a las organizaciones sociales.
Implica una quita en los fondos que anualmente reciben del Estado y también en la influencia territorial, ya que el plan dejará atrás el viejo sistema de control de planes por planillas.
En el Gobierno aseguran que la decisión nada tiene que ver con la participación de las “Orgas” en la marcha del miércoles pasado de Hugo Moyano y juran que estuvo en análisis “durante varios meses”.
En términos técnicos, el plan del Gobierno contemplará la eliminación de los programas Argentina Trabaja y Ellas Hacen y la creación de uno nuevo, “Hacemos Futuro”, que involucre a los beneficiarios nucleados en ambos. Pero va más allá.
“A los fines de permanecer en el programa, los beneficiarios deberán acreditar que se han inscripto y se encuentran cursando la educación formal obligatoria”, establece uno de los lineamientos del plan. “Cambiamos el paradigma: de unidades productivas que hacen sillas y mesas (entre otras cosas), pasamos a uno focalizado en brindar autonomía a la persona”, dijeron en el Gobierno.
Así, la gente podrá optar por cursos de formación en institutos primarios, secundarios y terciarios habilitados por el Ministerio de Educación.
“Se va a invertir la carga de la prueba: en vez de que dependan de un puntero o de un jefe político que valide su asistencia en una planilla, podrán elegir de una larga lista de lugar dónde ir a formarse”, se entusiasmaron en el Gobierno.
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