Julio De Vido, ex ministro del kirchnerismo, ya está en el penal de Ezeiza, donde se le efectuará una serie de estudios clínicos en el hospital del establecimiento durante las próximas 48 horas, para luego decidir si cumplirá la pena allí o en la cárcel de Marcos Paz.
El ex ministro kirchnerista llegó al Hospital Penitenciario Central (HPC) pasadas las 19. Allí será sometido a una evaluación medica y psicológica, debido a que es insulino-dependiente. Por hoy, quedará alojado en el ala sur del HPC, planta baja, con monitoreo permanente de cámara.
Ante la presencia de la prensa frente a los tribunales, los vidrios de la camioneta que lo trasladaron hacia Ezeiza fueron cubiertos con papel metalizado para evitar que se tomaran fotos o capturen videos del interior.
En Tribunales, De Vido había presentado un escrito ante el juez Luis Torres en el marco de la indagatoria a la que fue sometido en la causa en la que se lo investiga por irregularidades en la mina carbonífera de Río Turbio.
Su abogado defensor, Maximiliano Rusconi, calificó el procedimiento como un “caso paradigmático de violación del estado de derecho” y consideró que su cliente es victima de “una decisión política”.
De Vido había pasado la noche del martes en el departamento de uno de sus hijos, en Palermo. El miércoles, almorzó con su su familia en esa misma casa, y cuando la Cámara de Diputados votó su desafuero, se fue de allí a Comodoro Py, donde finalmente llegó pasadas las tres de la tarde.
El ex ministro entró a los tribunales federales del edificio al grito de “mándenle champagne a la doctora Carrió”. En el cuarto piso, fue recibido, junto con sus abogados Rusconi y Gabriel Palmeiro, por el juez Luis Rodríguez, quien tiene a cargo una de las investigaciones que lo llevaron a la cárcel.
Luego de negarse a declarar (ratificó el escrito que presentó el lunes pasado), De Vido cuestionó al presidente Mauricio Macri y a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich por el despliegue de la Gendarmería en su departamento de Libertador. Además, dijo que tiene temor por la seguridad de su familia.
Poco antes de las 19, De Vido fue escoltado al convoy del Grupo Especial de Intervención (GEI) del Servicio Penitenciario Federal (SPF) que lo trasladó al hospital penitenciario central de Ezeiza.
El ex ministro de Planificación del kirchnerismo tiene dos pedidos de detención: uno por la causa en la que se lo procesó con prisión preventiva por la compra de buques de gas natural licuado, y otra por manejos irregulares en la mina de Río Turbio.
En la primera de las dos, De Vido está acusado de haber participado en una “maniobra defraudatoria llevada a cabo en el marco de la importación de gas natural licuado realizada durante los años 2008 a 2015 por el Ministerio de Planificación Federal”.
A través de esa maniobra, por la que arribaron al puerto de Bahía Blanca un total 232 barcos con GNL y al de Escobar 265, “se generó un perjuicio económico a las arcas del Estado” de aproximadamente USD 6.995 millones, “pues el precio por el que se abonó fue superior a los valores de mercado”, indicó Bonadio.
En su fallo, además, Bonadio resolvió trabar un embargo por $1.000 millones a Baratta y De Vido, sobre quien pidió el desafuero a la Cámara de Diputados (que fue aprobado en la legislatura con 176 votos positivos, 0 negativos y 1 abstención), y también procesó al ex secretario de Energía Daniel Cameron y el ex ministro de Obras Publicas durante el menemismo Roberto Dromi, quien intervino como asesor y habría cobrado comisiones indebidas.
Por otro lado, en la investigación en torno a los desmanejos de la mina de Río Turbio, el ex Ministro está acusado por la malversación de fondos públicos para distintas obras en esa localidad de Santa Cruz de unos $26.000 millones entre los años 2006 y 2016; además, se calcula que desvió $265 millones hacia otros fines de los previstos.
Con información de Infobae y La Nación

Foto: DyN
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