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Opinión

Mario Ishii: “Para fines de agosto, vamos a estar en una situación como la del 2001”

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Gobierna uno de los partidos más pobres del Conurbano y está preocupado. Ve cómo aumentan exponencialmente los casos de coronavirus y cómo la situación social está a punto de explotar.

Sabe que no hay hambre, pero sí bronca. Señala que desde la decisión de liberar a los presos ante la pandemia recrudecieron los casos de inseguridad.

Jorge Fontevecchia Cofundador de Editorial Perfil – CEO de Perfil Network. SEGUIR EN TWITTERSEGUIR EN FACEBOOKPÁGINA DE JORGE FONTEVECCHIA

Nosotras ponemos el centro de la política en la vida” “En 45 días explota todo” —¿Cómo se logra que en José C. Paz se cumplan las medidas de la cuarentena? —No es fácil. Tuvimos la precaución de vacunar a más de 140 mil personas del distrito como medida preventiva. Para cuando llegue el invierno podemos evitar los problemas que pudieran surgir de otras enfermedades que no sean por el coronavirus.

Vacunamos muchísima gente contra la gripe y la neumonía, prácticamente a todas las personas de riesgo. Gracias a eso hoy no tenemos llenos los hospitales. Porque a lo mejor los internaban por una gripe y no por el coronavirus. En lo referido al Covid-19, hace un mes venía con 70 u 80 casos, y ya estamos en un 800% más. En este momento tengo 552 infectados y 1.200 descartados. Tenemos el problema de que cada diez días se está duplicando la cantidad de infectados. Calculo que vamos a estar en 700 en algún momento. En los próximos diez días estaremos en 1.400, a los diez siguientes, llegaríamos a 2.800. Para cerrar el mes con 5 mil enfermos. —

¿Estimás que el pico será a fin de julio? —Sí. Al principio pensé que se trataba de algo similar a una neumonía, que se daría con más fuerza en el invierno. Intentamos que la gente se quede en sus casas.

Es clave llegar con las ambulancias a las casas y que la gente no se mueva de sus domicilios, respetar que la cuarentena sea en los domicilios. También nos preocupamos por si llegan al hospital y no hay médicos para atenderlos. Por eso es importante que respeten la cuarentena. —¿La gente cumple con esta fase de la cuarentena? ¿Puede hacerlo o está empezando a salir, dada la necesidad de trabajar? —Hay distintas etapas. En la primera, el temor por lo que pasaba en el mundo hizo que la gente se guardara, que respetara la cuarentena. Después, cuando pasaron los primeros setenta días, la gente empezó a ver que no había tanta contagiosidad para ellos y comenzó a salir despacio. Nosotros pudimos abrir, les dijimos que abrieran por la puerta chica, que usaran el protocolo, que la gente atendiera con barbijo. Lo hicimos porque se nos fundían los negocios.

En José C. Paz tengo una sola fábrica; pero hay 6.500 negocios. Si se funden los negocios, nos quedamos directamente sin fuentes de trabajo. No tenemos playa, no tenemos montaña, realmente tenemos un problema. Y la gente es de clase trabajadora. No trabajar en el distrito implica ir a otros lugares a hacerlo. Se nos complicaba. Desde el municipio estamos repartiendo entre 15 mil y 18 mil bolsones mensuales de alimentos.

A eso le sumamos que al enfermo con diagnóstico positivo debemos hacerle llegar la comida a su hogar para que no salga. Si no, la gente quiere salir a trabajar. Muchos hacían changas o trabajaban en una fábrica, que hoy están cerradas. Se está acentuando el problema.

En un primer momento, no estuve de acuerdo con que se le diera mucho dinero a tanta gente. Hay 89 mil personas que cobran los 10 mil pesos más 19 mil personas que cobran 5 mil pesos de otras ayudas. En esa instancia me parecía un exceso porque entraban más de 500 millones al distrito; pero la gente ya no podía ir a trabajar. Creía que era algo desubicado. Pero hoy te tengo que decir que el Presidente tenía razón. Si no tuviésemos esa contención, no sé qué hubiese pasado en el distrito.

Y también en todo el país. Mi mirada es desde donde yo estoy, desde mi distrito. —

José C. Paz se fundó hace no mucho tiempo, en octubre de 1994. Cuando nació era el segundo distrito más pobre del Conurbano, con muchas calles de tierra. En ese contexto, se puede tener un monitoreo de dónde es más difícil cumplir la cuarentena. ¿Qué está pasando con esos 6.500 comercios de los que hablabas en estos casi 110 días?

—La idea fue tratar de que pudieran trabajar con la puerta chica abierta.

No ser tan estrictos; no molestarlos ni sancionarlos. Si no, se nos fundían. La gente necesitaba tener por lo menos las cosas esenciales. Fui flexible en ese momento. Pero viendo el mapa del distrito te puedo asegurar que no hay un punto específico, por ejemplo un lugar de una villa, o de un asentamiento en el que se aglutine el problema. Es generalizado. Todo el distrito está tomado. Se puede ver que el mapa está lleno de zonas rojas. Es algo que está chequeado. Sin embargo, hay varias cosas que hicimos en los últimos cuatro meses para comentar. Primero, intervine el área de salud; compré diez ambulancias. Sabía que nos iban a hacer falta.

Tenemos una demanda permanente de la gente para que lleguemos con ambulancias. En una situación como la actual, la gente no tiene tiempo ni ganas de esperar. Cuando se tiene a alguien enfermo en la casa se hace problemática la espera. Ahora me preocupa que la gente no salga y que se la atienda en la casa. Por eso me parece tan importante tener el equipamiento para que lleguen los médicos a las casas.

Actualmente existen 25 móviles que llegan a los domicilios. La gente no se mueve, y se la medica ahí. Si es necesario, se la levanta. Estamos atentos a la situación en las terapias, a lo que necesitamos.

Tenemos 19 respiradores que pudimos conseguir de diversos lados: prestados, algunos alquilados, otros nos los dio la Provincia. Con eso más o menos podemos paliar la situación. “Si no contamos con fuerzas federales, puede haber un desborde en materia de seguridad.” —En un primer momento fuiste más flexible con los comercios, dejaste que abrieran, ¿hoy es también así? ¿Están abiertos? —Frente a esta última medida los mismos comercios son los que lo hacen. Las cosas empeoraron, ellos mismos se achican. Dije: “Vamos a esperar, si la cosa aumenta, el problema avanza, iremos restringiendo y trataremos de cerrar”. Lo cierto es que algunos ya cerraron, pero otros están con el negocio abierto. En verdad, la gente de distintas partes del país no aguanta, no solo en el Conurbano. Se están fundiendo. Quiebran las empresas. La cesación de pagos se generaliza. Lo que hacemos en José C. Paz es tratar de concientizar a la población. Le decimos que afuera está el virus que mata. Si se lo lleva a las casas, puede matar a la familia, a los hijos, a las madres. Para este fin de semana contratamos un avión para anunciar nuevas medidas para que toda la población se entere: que tiene que llamar a tal número, que no debe moverse de la casa. En cuanto a los negocios, te diría que lo estoy flexibilizando.

—¿Cuántos de los 6.500 negocios cerraron definitivamente porque se van a fundir? —Ya cerraron. Ahora tengo 6.500, pero deben haber cerrado más de 1.500. Más de un 20%. Tenía 8 mil habilitados. Muchos fundieron, muchos cerraron, esta es la realidad. Mauricio Macri dejó su tendal también en el comercio. La gente se fundió. Cuando tomó la situación el presidente Alberto, ya había una crisis. Pero ahora se acentuó con el coronavirus.

—¿Esto es como volver a 2008? ¿A qué año te tenés que retrotraer para llegar a la misma cantidad de negocios que se perdieron con el coronavirus? —Hay que decir que aún no se llegó al pico máximo; no llegó lo peor. Para fines de agosto vamos a estar como en 2001 aproximadamente. Viví dos saqueos y pienso que la gente va a volver a 2001. A las empresas medianas y a las pymes no les alcanza para nada, por más que las ayuden.

Tienen el mismo gasto y se están fundiendo. —¿La crisis económica puede llevar a que en agosto se repitan las mismas situaciones que en 2001? ¿Qué diferencia encontrás con aquel momento?

—Bueno, la diferencia es que la gente hoy sale, pero no es por hambre. Desgraciadamente la gente sale porque está enojada, en este último mes se ve mucha más delincuencia. Reaparecieron los motochorros, que no los teníamos aquí.

En José C. Paz no se robó nunca a los bancos. Y hoy encontrás que hay operativos de veinte o treinta motos con gente armada. Estamos trabajando muy fuerte en hacer operativos, porque se está desmadrando y la gente se vuelve intolerante. Tengo filmado, por ejemplo, que hay zonas en las que se toman terrenos o viviendas que María Eugenia Vidal dejó sin terminar. Aun así hay personas que intentan tomarlas. Es una picardía.

La mayor parte de la gente que está tratando de tomar son extranjeros. En este último tiempo llegaron con más fuerza al distrito. —Al no existir los planes de contención, en 2001 lo que había era hambre. ¿Hoy hay bronca? ——Claro. La bronca de la gente que está sin trabajar. Al estar mucho tiempo encerrados en casa empiezan los conflictos. Es otro factor que aparece. Se nota que la gente se siente muy encerrada. Y algunos están con mucha bronca y salen. Lo peor es que muchos están con necesidades mucho mayores que en 2001. Cuando en 2001 explotó, fue por hambre. Salieron a saquear todos los negocios por comida. Hoy puedo asegurar que no es problema de comida, la gente no tiene problema de alimentación. Aquellos que dicen que necesitan ollas populares mienten, porque se asiste desde los gobiernos. Es muchísimo lo que se está dando. Como comentaba antes, previamente a esta situación entregaba 15 mil bolsones. Los sigo entregando, pero lo hago a través de la Iglesia, de las organizaciones intermedias. La gente recibe lo suficiente como para no tener que salir por hambre.

Quienes salen, lo hacen porque son delincuentes o desean manifestarse de otra forma.

—Habría dos tipos de personas que salen: los que lo hacen por bronca y quienes salen a robar. Con los controles interdistritales que existen, se puede presumir que los ladrones roban en su propio lugar.

—Eso no es verdad. Con la cantidad de presos que se han liberado se nota que están en la calle. Al no tener trabajo, al no tener ocupación, reinciden en delinquir. Ese es un problema grande que tenemos, que se suma a que la gente se queda en la casa durante la cuarentena. Realmente la policía está atacando muy fuerte la cuestión.

Tienen que salir las fuerzas federales a colaborar. Ya están las fuerzas federales, pero tienen que salir con más énfasis. En el Conurbano tienen que estar las fuerzas federales conteniendo, como sucedió en otros gobiernos. Recuerdo que Gendarmería tenía 18 mil efectivos y pasó a tener 40 mil, ¿por qué?, porque las policías federales estaban en el territorio. De aquí en más, la fuerza federal tiene que estar presente, si no corremos el peligro de que se produzca un desborde. —¿Cuál es tu opinión sobre la polémica entre Sabina Frederic, la ministra de Seguridad de la Nación, y Sergio Berni, el responsable provincial del área?

—Que es lamentable. Es lamentable que en este cuadro de situación en el que se necesita tanto de uno como del otro estén distanciados, que haya falta de diálogo. Las autoridades provinciales y nacionales, el gobernador y el Presidente, tendrían que terminar con el problema. Soltarlos a los dos u otra opción.

Arreglarlo de alguna manera. “Se nota que están en la calle muchos de los presos que liberaron. Y como no tienen trabajo, reinciden.” —¿Y quién de los dos está atendiendo mejor la problemática?

—No sé quién conduce mejor, pero el que está más visible es Sergio Berni porque está en la calle y está siendo mediático, pero realmente a lo mejor ella se está ocupando de todo el país. El problema central está hoy en el conurbano de Rosario y de Buenos Aires. Van a tener que solucionarlo, porque la policía ya no da abasto. Lamentablemente, en ciertos lugares la policía ya está superada.

Estamos haciendo todo lo que podemos. Entregué móviles míos, que tenía de la Urbana, porque la policía no tenía los suficientes. —¿Te comentan los mismos problemas de seguridad tus colegas intendentes de los partidos vecinos? —Todo el segundo cordón del Conurbano está así. Moreno está peor que José C. Paz; Malvinas Argentinas está igual que José C. Paz. Moreno viene de una gestión mala anterior, en la que no hubo contención. Hay muchos asentamientos que se están trasladando hacia los demás distritos desde allí.

Es también otro problema grande. Cristina:  “Tengo la suficiente trayectoria política como para no tener que esperar horas y horas que me den una cita con Cristina. Por eso, no hablo con ella”. (Foto: Ernesto Pagés)

—¿Y con respecto al delito? —La policía está desbordada y deben venir las fuerzas federales. La gente va avanzando y no la van a poder parar. La gente avanza y si vos la dejás va a seguir así. Si vos la parás, pienso que se quedarían más tranquilos; pero si no hay quien los frene esto va a seguir avanzando. Le pido a la policía que realice operativos permanentemente y que haga retroceder a esta gente que quiere salir. Porque si vos me decís que salen por hambre, bueno, es entendible. Pero lo que sucede ahora es injustificable. “Si no hubiera llegado el coronavirus, no sé si estaríamos mucho mejor económicamente.” —Me parece que hay dos problemas que vos marcás: una cosa son las tomas de lugares y otra es el delito, quienes salen a robar.

—Ambas se juntan. A lo mejor, antes si iba un funcionario al lugar se hablaba con respeto. Pero ya no hay respeto. Hay que tener cuidado porque cuando se pasa una línea todo se complica. Viví los dos saqueos que hubo en 2001 y veo que se está superando una línea: la gente ya no respeta a los funcionarios.

Ve todo mal, como si fuera culpa de ellos: del Presidente, del intendente o de un concejal. Les adjudican la situación que tienen. Pero lo cierto es que vino la pandemia y estamos así. Aunque claro, no sé si estaríamos mucho mejor sin el coronavirus. —¿Cuánto creció el delito en el último año? —Tranquilamente, un 70% u 80%, por darte un número. —¿Hubo un punto de inflexión a partir de la liberación de presos en las cárceles por el coronavirus?

—Sí, fue a partir de ese momento. Antes estábamos muy tranquilos. Teníamos las mejores estadísticas de la región. Estábamos muy bien. Ahora se nos está desvaneciendo ese logro. Y en otros distritos está igual. Se está poniendo feo. “Los delincuentes tienen mejores motos que la policía. Es lamentable la pelea de Frederic con Berni.”

—¿En esto también notás coincidencia con los intendentes vecinos? —Sí, aumentó y lo planteamos. Dijimos que estamos peor en la parte de inseguridad. También planteamos que está desbordada la policía. El mismo ministro Berni dice que está desbordada. Tiene razón. Tampoco cuenta con los móviles como para poder trabajar. Si vos no les das las herramientas, no pueden. Los policías no pueden perseguir caminando a delincuentes con motos supergrandes. —¿Los motochorros tienen motos más potentes que la policía?

—Totalmente. Pero esto pasa también en Capital. Quizás en CABA como hay más motochorros, exista un equipamiento un poco mejor. Estamos frente a una situación que viene de antes.

Pero con la cuarentena la gente sale a la calle en estos vehículos a robar. A eso se suma la delincuencia que a la noche entra a los domicilios. —Al estar más vacías las calles, ¿es más fácil ocupar lugares? —Con el coronavirus hay menos gente transitando. Debería haber menos delitos cuando está desocupada la calle. Porque las posibles víctimas no están, no son visibles. Cuando hay más gente, hay más delito.

—Pero el 70% de aumento del delito que señalás tiene que ver con la liberación de los presos, algo contemporáneo con el comienzo de la cuarentena. —Hay que pensar que un preso sale y no tiene qué hacer.

Va a su casa. Pasan uno o dos meses y sigue sin nada para hacer: y su costumbre es hacer otra cosa. Entonces realmente tenemos un problema.

La gente se contagió también por salir a protestar: se corta la luz y te cortan la calle. Se les explica que un intendente no puede arreglar la situación. Aun así, llamo a Edenor para que lo hagan, pero entre tanto te cortan cuatro o cinco arterias. En ese momento la gente ya está en la calle. Como intendente tengo la preocupación de que esto se vaya a desbordar en algún momento. Si sigue así, si se acentúa, puede ser que tengamos problemas.

“Si se funden los negocios, nos quedamos directamente sin fuentes de trabajo.”

—Así como se habla de un pico para fin de julio, ¿cuándo aparecerá el pico del malestar social?

—Cuando empiecen a aparecer los muertos. Cuando la gente vea a sus muertos, cuando haya gente que no sea atendida en los hospitales porque están desbordados. Allí podremos tener un problema. Por eso, la idea es trabajar con la población para que se quede en su casa y haga la cuarentena en su domicilio. Que no vayan a los hospitales por sí mismos ante los síntomas. En la casa se puede hacer la cuarentena también y no desbordar los hospitales. —Participaste en la interna de la provincia de Buenos Aires. Incluso intentaste ser candidato a gobernador, tuviste un recorrido por distintos sectores del Frente para la Victoria. ¿Cómo ves la política en la provincia de Buenos Aires? ¿Cuál es tu mirada sobre las diferencias entre el gobernador, los intendentes, el Presidente?

—En principio, el gobernador gana ampliamente. La gestión de Vidal no fue buena. Es algo que está a la vista. Se solía decir que María Eugenia Vidal era buena gestionando: no fue así.

Llega Axel Kicillof y le cuesta asentarse. Recién ahora está agarrando, pero porque se encontró con la pandemia y lo que siguió fue un caos. La falta de experiencia que tenía Kicillof y su equipo más la pandemia representan una catástrofe. A eso se suma falta de maniobra y falta de experiencia también. El gobernador no puede hacer pie todavía, y si no le da auxilio la Nación tendría problemas severos. Si hoy subsiste la gobernación es porque la asiste Nación. Si no, no tendríamos siquiera un respirador. Todo eso llega desde Nación. —¿Cuál es tu opinión sobre la tensión entre Alberto Fernández y Axel Kicillof y sus diferencias ideológicas?

—El Presidente está tratando de llevar la cosa lo mejor posible en el marco del país.

También creo que el gobernador trata de hacer algo, aun sin fondos. No puede hacer mucho más que intentar sobrellevar la situación. Pero las cosas están a la vista. Se actúa cuando les bajan fondos de Nación, ahí se asiste a los intendentes, para que puedan pagar los sueldos, para que podamos seguir vivos porque nos bajó también la recaudación tremendamente, la gente no tiene ni para pagar.

Esperaba que Kicillof entrara con otra fuerza. Quiso comenzar mostrando de modo distinto a los actores en la Provincia. Pero no pudo hacerlo, no lo veo con la fuerza que lo veía en la campaña. Tenía muchas esperanzas en que cambiara el gobierno de la Provincia. Pero todavía estamos esperando que reaccione.

Recién ahora estamos terminando los primeros convenios como para hacer algunas obras en la Provincia. Y ya pasaron seis meses. “Mauricio Macri será candidato a legislador en 2021; va a necesitar los fueros.”

—Mario, vos en su momento habías competido, tratado de competir, con Florencio Randazzo en unas internas para la candidatura de medio término en la Provincia. ¿Cuál es tu visión del papel de Cristina Kirchner?

—Primero te contesto lo de Randazzo. Fui a una interna porque se había ido todo el mundo del PJ. Se había ido a Unidad Ciudadana. No quedó nadie en el PJ. Entonces quise competir donde milité toda mi vida, que es en el Partido Justicialista. No es que tuviera miedo por Randazzo. —Si te lo hubieran permitido, ¿también habrías competido con Cristina? —El tema era participar en el partido y después habría una alianza, pero nada de eso sucedió. “Esperaba que Kicillof entrara con otra fuerza. Vidal no era buena gestionando.”

—¿Cuál es tu visión del rol de Cristina Kirchner hoy?

—Cristina trabaja apoyando a Kicillof en la Provincia. Y supuestamente hablando con Alberto. Con Cristina no tenemos mayor contacto. Me llamó por teléfono cuando asumimos, pero después no tuvimos más relación. Tengo mucho trabajo y tampoco voy a esperar cinco o seis horas para ver si me puede atender. Tengo una trayectoria muy larga, y al término de mi carrera política no puedo permitirme perder horas y horas o días incluso para que me atienda la ex presidenta. La respeto mucho. Es más, trabajé con Néstor Kirchner.

Pese a sus errores, fue el mejor gobierno sin dudas. Había 52 mil millones en el banco. Y en efectivo. —¿Ves diferencias entre el gobierno de Néstor y el de Cristina?

—Las hubo. De hecho, Néstor terminó con 52 millones de reserva y Cristina se quedó sin ellas. Hubo un desmanejo también de la economía. A lo que se suma la importación de muchos hidrocarburos que dejó mal al país.

—¿Con Alberto Fernández tenés más diálogo? —Sí, almorcé con Alberto, y después dialogué dos o tres veces. La relación es buena. Es buena con los dos, pero pienso que en los momentos difíciles tenés que aparecer más.

—Los medios plantean la discusión sobre si el Presidente maneja todo el poder o lo comparte, si la vicepresidenta tiene más peso. ¿Cómo imaginás que termina esa relación? —Me parece que el Presidente no puede prescindir de la ayuda de nadie. Tiene que escuchar consejos de Cristina, escuchar consejos de todos.

Por eso se reúne con el personal de la salud, con los industriales. Trata de buscar el camino correcto para este país. La consulta con Cristina también deben existir y las exigencias de parte de Cristina también tienen razón de ser, porque ella era la que tenía los votos. Alberto tuvo que acceder a las cosas que quiere Cristina porque tuvo los votos, solo por eso. —¿Pero cómo terminará? ¿Quién será finalmente el número uno?

—Argentina siempre fue presidencialista. Cristina, en la época en que más hablábamos, me dijo que ella no iba a ser más política porque ya estaba grande. Lo decía cuando todavía era presidenta. A lo mejor ya está preparando nuevos jóvenes para las próximas elecciones. Todos los que somos mayores tenemos que dar un paso al costado y dejar lugar a los jóvenes que vienen, que seguramente son mucho mejores que nosotros.

Tenemos que ayudarlos para que no se equivoquen tanto. Crisis: “Malvinas Argentinas está en la misma situación que nosotros; Moreno está peor”. (Foto: Ernesto Pagés)

—¿Cristina está preparando para las elecciones de 2023 a otros candidatos que no son ni ella ni Alberto? —No puedo hacer futurología. Alberto Fernández depende de sí mismo, de cómo sea su gestión.

Si es mala, la gente no lo va a aprobar. No estoy de acuerdo en que los mandatos deben durar ocho años. La gente te saca cuando no hacés las cosas bien, por eso no reeligieron a Mauricio Macri, ni a María Eugenia Vidal.

Por eso también se fueron algunos intendentes. A la gente no se le puede decir a quién hay que votar. Se debe dejar que vote en su momento. Si Cristina presenta buenos proyectos y la gente la quiere votar, será problema de la gente, será su acierto o no. Pero es esencial que a Alberto Fernández lo dejen trabajar.

Tiene experiencia de sobra. Estuvo al lado de Néstor Kirchner.

Aparecen temas polémicos como el de Vicentin que abren la discusión. Fue muy brutal expropiar. Tendría que haber intervenido. Los fondos del país, del Banco Nación, estaban allí, y era preciso resguardarlos. Hubiese sido un poco mejor. Fue algo apurado. Son medidas que toma el Presidente y uno debe respetar. Lo que se prestó a Vicentin es casi igual que lo que se le está dando de ayuda social a toda la población. Es mucho el dinero que le debe al país. Internacionalmente también debe muchísimo. Tiene a todos los gringos enganchados en el Norte. Los gringos tienen las cosechas puestas en Vicentin porque era más seguro que tenerla en el banco. Pero es una empresa que se vació. Ahora los bancos de Estados Unidos están reclamando su plata.

Y en España también se han pedido créditos. Lo bueno sería intervenirla para ver cómo están los números y qué hicieron con los fondos. También si hubo contrabando de cereales. Se manejaba el 10% de las exportaciones de Argentina. Y el 30% de los cereales se está yendo por el río. Y ahora Paraguay exporta más que nosotros. Es una vergüenza. Algo que obviamente no sucede en la parte de siembra.

El chacarero también tiene que mirar que si todos pagasen los impuestos a lo mejor sería otra cosa, que la presión no superaría el 25%. Si no se tiene en cuenta todo eso, aparecen los problemas.

—Decías que Cristina Kirchner estaba preparando a las nuevas generaciones. De la provincia de Buenos Aires es también Máximo Kirchner. ¿Qué relación tenés con él? ¿Es un futuro candidato?

—El gobernador es Kicillof. Es joven, habrá que ver cómo lleva las cosas y si realmente responde a la expectativa de toda la Provincia. No depende de lo que diga yo, sino de lo que diga la gente cuando llegue el momento. Y de acuerdo a cómo la pasó, se verá qué otro joven puede ser.

Porque no solo Máximo Kirchner puede estar mejor en aquel momento si necesitamos. —¿Por ejemplo, quién? —Yo creo que Máximo es un chico bastante interesante, es pensante. Lo conozco mucho. He ido cinco años a ver a Néstor después de fallecido, allí lo conocí y pude escucharlo.

Es un tipo que está preparado. Se nota cuando uno habla con él. Pero tampoco sirve encerrarse en política. Es preciso abrirse y ser más abarcativo. Me llamó Máximo.

Me preguntó qué necesitaba, si le podía ayudar con algo a Kicillof en la Provincia. Lo hizo, y debo reconocerlo. Pero, vuelvo a decir, falta mucho tiempo, va a pasar mucha agua bajo el puente hasta 2023.

Y pienso que el agua no va a llegar al río de Alberto y Cristina tampoco, porque se necesitan mutuamente. Hoy por lo menos. “Si Alberto gobierna ocho años o no, depende de él. Si no hace las cosas bien, la gente lo sacará.”

—¿Qué otros jóvenes de esa edad ves con futuro promisorio en la Provincia? —Hay jóvenes que están llevando las cosas bien. Leo Nardini está llevando las cosas bien. Por eso digo que falta mucho.

—Todo parecía indicar que Martín Insaurralde iba a ser el candidato a gobernador en la Provincia. Máximo trabajaba en mucha cercanía con él y al mismo tiempo parecía ser candidato de unión con otros sectores como el Frente Renovador. Y un día Cristina Kirchner dijo que fuera Kicillof. ¿Qué pasó ahí?

—Insaurralde fue candidato en una oportunidad. Lo tuvimos allí y no llegó.

La decisión fue acertada, porque ganó Kicillof, y ampliamente. A lo mejor la gente buscaba una cara distinta y hoy los carilindos ganan más votos que los más feos.

Esto es así. No se mide por capacidad, se mide por la pinta, si sos políticamente correcto para hablar.

No me considero políticamente correcto para hablar, pero puedo asegurar que pude sacar el partido adelante. Hace 28 años que soy dirigente y lo pudimos sacar adelante: tenemos universidad, hospital, y lo hicimos todo con fondos municipales. Es un orgullo ser intendente de José C. Paz porque salimos hacia adelante.

Yo pienso en José C. Paz dentro de cuatro años, ocho años, vamos a conseguir un perfil totalmente distinto, porque los chicos van a tener acceso a la educación terciaria. Los pueblos sin educación terciaria no van a llegar.

Teníamos a todos los chicos con secundario y se quedaban en su casa. El destino era atender un supermercado, una verdulería. No accedían a la educación. Debían viajar a Capital para estudiar. Lo que implicaba pagar para el boleto, comer ahí, hacer fotocopias. Teníamos un problema grande. Hicimos la universidad aquí: tenemos 22 mil alumnos.

Lo invito a que venga a conocer la nueva Facultad de Medicina que estoy terminando este mes. Tiene 150 metros de largo, es para 40 mil alumnos. Cuenta con cien aulas. Realmente con eso vamos a poder levantar y darles un proyecto a los jóvenes. Van a tener futuro. En este país, sin educación no hay futuro. Hay que apostar fuerte a la educación. Hay que invertir el doble de lo que se está poniendo hoy en el presupuesto educativo. La educación nos va a sacar adelante. Mejoraremos en cuanto a seguridad, salud, trabajo.

—¿Cómo ves la oposición para las elecciones del año próximo en Provincia? —La oposición está dividida, pero a lo mejor en tres meses se junta. Llegado el momento, se van a juntar los que estaban a ver si pueden tener fueros. Muchos tienen problemas judiciales.

—¿Ves a Mauricio Macri candidato en 2021? —Candidato a legislador para tener fueros. Seguro. Lo han hecho todos los presidentes. El único presidente que no necesitó de los fueros fue Néstor Kirchner, aunque después sí fue como diputado. En esta oportunidad pienso que todos van a ir a buscar los fueros. Están con problemas. Con respecto a los espías que aparecieron, hemos sido todos espiados.

Es un tema de moda. Estuve en una lista, fui espiado por la gobernadora. Raro, porque vino cuatro o cinco veces a hablar conmigo para pedirme ayuda y se la di. Son conductas que uno no llega a entender.

—¿Qué se puede hacer para que no explote el Conurbano, para que no pase la situación que temés? —Hace falta que las fuerzas federales estén en el Conurbano. La policía está desbordada. Estoy en el terreno todo el tiempo. No me quedo, ni hago cuarentena, estoy en la calle. Hace dos meses que estoy al frente de la situación de salud.

Viendo los secretarios que estaban, me puse yo al frente porque noté que íbamos a tener un problema severo de salud. Lo estamos teniendo. Y lo vamos a padecer mucho más cuando haga pico, va a desbordar todo. —O sea que la manera de contribuir a que eso no se produzca es casualmente atacando el coronavirus. —Atacando el coronavirus por una parte, y sacando a las fuerzas federales para que por lo menos pongan más orden en el Conurbano.

—Pero la chispa que podría encender la llama es que aparezca una cantidad de muertos porque los pacientes no puedan ser atendidos en los hospitales. —Sí. Escucho de Nación y Provincia que hay una ocupación del 55% en las terapias intensivas, pero recién termina junio. Nos falta casi todo julio y agosto, van a ser los picos en ese momento. ¿Dónde vamos a atender los casos? En la semana necesitamos una cama para PAMI y no conseguimos.

—¿Una de José C. Paz? —Si ya tenemos este problema, hay que imaginarse cómo va a ser cuando lleguen los picos.

Tenemos que trabajar rápidamente para hacer la cuarentena en la casa, en los domicilios. Ayudarlos con la lavandina, yendo con comida. Es necesario que la gente se quede y haga la cuarentena ahí. Por eso compré las ambulancias y las unidades móviles de atención. Iremos casa por casa. Atendiendo y explicando.

 

(Fuente www.perfil.com).

Opinión

La jueza que condenó a Videla por el robo de bebés: “Justicia es poner paz donde hubo dolor”

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La exjueza María del Carmen Roqueta aseguró que “justicia es poner paz donde hubo dolor” al recordar la condena a Jorge Rafael Videla por el plan sistemático de apropiación de bebés, en cuya causa intervino como presidenta del Tribunal Oral Federal (TOF) 6 que emitió el veredicto, y sobre aquel fallo histórico subrayó: “Creo que cumplí con mi trabajo”.

En una entrevista con Télam, Roqueta revivió la jornada del 5 de julio de 2012, cuando “en un día muy frío” el Tribunal que presidía leyó la última sentencia contra Videla, a quien condenó -junto a Jorge “el Tigre” Acosta, Reynaldo Bignone, el exmédico policial Jorge Luis Magnacco y otros- por “la práctica sistemática y generalizada de sustracción, retención y ocultamiento de menores de edad”.

Ante un nuevo aniversario del golpe de Estado de 1976, la exmagistrada reveló que al momento de leer el veredicto ella y los otros integrantes del TOF 6 “se sentían muy seguros” luego de haber estado “un año y medio trabajando”, pero confió que ese día al retornar a su casa tras el “tenso momento de la exposición” se encontró con su familia y entonces sí pudo, por fin, “bajar y llorar un poco”.

Roqueta se jubiló del poder judicial en 2017 y dos años después fue distinguida por la Legislatura porteña como personalidad destacada de los Derechos Humanos: se le reconoció su compromiso en la restitución de la identidad de menores apropiados durante la dictadura, a partir de su rol en el juicio por el plan sistemático de robo de bebés, una labor que para la exjueza implicó simplemente “cumplir con el trabajo” aunque al mismo tiempo, asumió, “quedó para la historia”.

Periodista: ¿Cómo vivió el día de la lectura de la sentencia, aquel 5 de julio de 2012?

María Roqueta: Internamente trabajé muchísimo, porque como jueza tenía que responder a la sociedad con un fallo que fuera objetivo. Habíamos logrado organizar bien el trabajo en el tribunal: los empleados y funcionarios del tribunal habían trabajado mucho. Después de las últimas palabras de los imputados, volví a mi despacho y me acuerdo que me saqué los zapatos y dije: “Bueno, ya está”. Pero faltaba ese otro momento, la lectura de la sentencia, en el cual uno, obviamente, como juez o jueza que está en el Tribunal Oral, pone mucho el cuerpo y se expone. Me acuerdo que me calmé. Bajé los niveles. Era difícil. Y leí, con la autoridad que correspondía leer semejante fallo. En definitiva, es lo que siempre digo: la justicia, en un estado de derecho, de alguna manera es poner paz donde hubo dolor.

P.: Fue un momento histórico.

M.R.: Creo que cumplí con mi trabajo. Sé que hay una mirada (de valoración) por haber hecho el juicio (sobre robo de bebés), como ocurre con todos lo que hemos trabajado con las causas de esa humanidad. Que sí, es cierto, quedan en la historia. Pero yo lo quiero tomar como algo cotidiano porque si no sería muy pesado.

P: ¿Cómo llegó a intervenir en la causa del ‘Plan sistemático de robo de bebés’?

M.R.: La causa por robo de bebés venía ya desde el año 1997. Una causa en la que no solo estaba imputado Videla sino varios que militares más. Eran 34 casos en los cuales íbamos desde el caso (Francisco) Madariaga (fallecido en 2020), que había sido apropiado y había aparecido, hasta el caso de (Victoria) Donda, que había sido apropiada. El máximo referente de todo ese plan era Videla y en el medio estaban (Jorge ‘el Tigre’) Acosta, (Jorge Luis) Magnacco, (Antonio) Vañek y mucho más. Teníamos testimonios de chicas embarazadas que habían parido en lugares donde había maternidades clandestinas: Campo de Mayo, el Pozo de Banfield. Había una práctica sistematizada. Pero para poder decir que hubo una sistematización había que analizar varios centros clandestinos: todo el circuito La Plata, el circuito de Campo de Mayo, ESMA. Y así tuve que armar el juicio, primero por cada centro clandestino y en cada centro, cada caso puntual y las testimoniales de la gente que había sobrevivido y contado lo que había visto. Después, con la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, comienza una nueva etapa. Y también con los fallos que saca la Corte Suprema en su momento, después de la anulación (de las leyes) que hace el presidente (Néstor) Kirchner y el Congreso acompaña. La Corte después dicta tres fallos fundamentales, uno a partir del espía chileno (Enrique) Arancibia Clavel, para decir que esas causas no habían prescripto, porque eran delitos de lesa humanidad y, como tales, no prescriben. El delito es tan terrible para la sociedad que eso no puede prescribir. Mi trabajo era trazar toda la línea de responsabilidad penal, como se llama en derecho penal, para llegar a los máximos, a los que dieron las órdenes.

P.: En esa oportunidad la Justicia estuvo a la altura. Así lo vivieron los organismos de DDHH y las propias víctimas. ¿Cómo ve usted ahora los debates sobre la justicia?

M.R.: El poder judicial debe volver a ser confiable. Tiene que haber una justicia ordenada, transparente, creíble y que tenga una mirada amplia de la sociedad, conociendo qué es lo que pasa y dónde se necesita ser efectivo, ágil, llegar a tiempo. Se han vivido y se viven momentos complejos, que no son de la mejor calidad de justicia que se pueda ofrecer, con diez jueces que hacen una instrucción y un juicio que está comprado o lo que sea. Se puede hacer persecución política, como se ha estado haciendo, pero eso no quita que hay un montón de gente que trabaja seriamente y pone todo para hacer las cosas bien.

P.: ¿Cómo decidió ser abogada y cómo entró en el Poder Judicial?

M.R.: Siempre tuve presente durante mi carrera, y en el ejercicio de mi profesión, la búsqueda de ejercer derechos y lograr, un poco, que se haga justicia. Esa fue siempre mi motivación principal en el marco del país que viví -los ’60 y los ’70- en el que, bueno, las injusticias existían. Un país que tenía proscripciones políticas. Yo me críe en un barrio muy sencillo, Valentín Alsina, y mis viejos eran personas de laburo. Por eso sentía la injusticia, pero mis viejos me enseñaron que la educación era una herramienta importante para avanzar en el camino que uno quería armar. Hace poco conversaba con una amiga que siente nostalgia de los ’70, pero los ’70 fueron terribles. Yo viví la etapa más terrible de la facultad de Derecho, con patotas caminando por los pasillos y compañeros y compañeras a los que se llevaban, que habían sido torturados en el decanato, cosas horribles. Uno no entendía muy bien qué era lo que estaba pasando porque creía que se los llevaban detenidos y en algún momento aparecían pero la realidad fue terrible, porque no aparecían nunca más.

P.: ¿Y cómo fue su ingreso al Poder Judicial?

M.R.: Yo me incorporé antes de la reforma del año ’94; uno acercaba su currículum y veía qué podía pasar. Yo venía de la calle, no pertenecía al Poder Judicial. De hecho, las veces anteriores en que había intentado entrar, una vez me discriminaron por ser mujer y otra vez, en la época de los radicales, por peronista; pero sobre todo por ser mujer, porque me interesaba mucho el tema penal. Porque aunque en la facultad de Derecho la mayoría eran mujeres, en determinados cargos es como muy, muy difícil, poder llegar a ser jueza, o ser fiscal, o defensora oficial. En una entrevista, por ejemplo, cuando yo tenía 27 años, el secretario me mira y me dice: “Vos sos joven, y sos mujer, y si tenés que verte con un detenido…” Yo le dije: “Yo soy una profesional preparada y uno elige también qué cosas hacer dentro de la profesión”.

P.: En este año se cumplen 40 años del regreso de la democracia. ¿Cómo vivió aquel momento?

M.R.: Quienes tenemos algunos años y recordamos ese 1983, en el que todo parecía posible con la vuelta a la democracia y había mucha ilusión, después fuimos viendo que no era tan fácil.

P.: ¿Qué opina del fuero federal?

M.R.: La justicia federal necesita, sobre todo, que sea modernizada. Hay que tener recursos y la mejor calidad de personas, pero calidad en el compromiso con la justicia para que no se haga algo contra el estado de derecho. Y hay que poner la mirada en el tema de género, porque el Poder Judicial está un poquito atrasado. No puede haber una Corte con cuatro señores (por Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti). No voy a abrir juicio de valor porque son personas intelectualmente importantes, pero no puede ser una Corte en la cual no haya cuatro mujeres más, o cinco más. Pienso que en algún momento tiene que caerles la ficha y dejar de jorobar.

 

Andrea Holgado para Ambito

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Judiciales

No fue lawfare: mentiras y trampas en el juicio de Vialidad que condenó a Cristina

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Abogados que ocultaron tramos de documentos oficiales en que basaron las defensas porque lo omitido hundía a sus clientes. O que le enrostraron a la Fiscalía haber lanzado afirmaciones que en realidad nunca lanzó para confundir al tribunal o a la opinión pública. O que denunciaron la violación del derecho de defensa por no haber sido notificados sobre la incorporación de una prueba al expediente cuando sí fueron notificados. O varios peritos de parte y testigos que orillaron el falso testimonio con afirmaciones sesgadas. O empleados de Vialidad que… la lista continúa.

El Tribunal Oral Federal que condenó a la vicepresidenta Cristina Kirchner en la “causa Vialidad” reflejó en el fallo que difundió este jueves múltiples episodios en los que las defensas intentaron jugadas, como mínimo, polémicas. Tanto, que el tribunal le notificó lo ocurrido al Colegio Público de Abogados de la Capital Federal para que “fiscalice las temerarias intervenciones profesionales” y, acaso, aplique sanciones disciplinarias.

Esas “temerarias intervenciones” de los abogados reflejaron un contraste notorio entre las acusaciones de lawfare y lo que salió a la luz, con evidencias concretas, durante las audiencias del juicio oral, según surge de la sentencia de 1616 páginas que rubricaron los magistrados Jorge Gorini, Rodrigo Giménez Uriburu y Andrés Basso.

De hecho, el tribunal remarcó a lo largo del fallo que algunas defensas incurrieron repetidas veces en una “actitud estratégica de elegir los presupuestos de la acusación para luego poder defenderse de dichos extremos inexistentes”, lo que calificó como “una verdadera y despiadada lucha contra los molinos de viento”. ¿Por qué? Porque para algunas defensas, según el estimó el tribunal, lo más importante no se dirimía en las audiencias del juicio, sino en “la instalación de una narrativa en el plano extraprocesal”. Es decir, la difusión de un relato ante la opinión pública a través de los medios de comunicación y propaganda afines.

La lectura del fallo aporta numerosos ejemplos. Entre ellos, cuando los defensores de Cristina Kirchner, Carlos Beraldi y Ary Llernovoy, remarcaron que no había mensajes directos entre la entonces Presidenta y su secretario de Obras Públicas, José López, y esgrimieron esa ausencia como una prueba irrefutable de la inocencia de su defendida. “¿Esperaban que la Presidenta de la Nación chateara personalmente con López?”, se preguntó el tribunal. “¿Quién más que la entonces Presidenta, a través de su asistente personal, podría ordenarle a un Secretario de Estado que se hiciese presente en la quinta de Olivos o en Casa de Gobierno a una hora determinada?”, plantearon Gorini, Giménez Uriburu y Basso, para luego indicar que esa jugada defensiva era “realmente llamativa” y “manifiestamente endeble”.

El letrado de Lázaro Báez, Juan Martín Villanueva, fue, sin embargo, el que protagonizó más episodios cuestionablesc como cuando sostuvo que su cliente había sido un empleado bancario que ascendió en el escalafón hasta convertirse en el máximo ejecutivo del Banco de Santa Cruz, y le enrostró al fiscal Diego Luciani haber dicho que era mero “cajero” bancario.

Pero eso era falso. Luciani jamás lo dijo, aclaró el tribunal. “Si alguien utilizó ese término fue la propia defensa de Báez, la que puso ese concepto en boca de los Fiscales para luego poder cuestionarlo y probar un pretenso yerro tanto en el plano procesal como en el mediático”. Y más allá de eso, el tribunal le recordó que lo esencial del debate pasó por otro lado: ¿tenía Báez experiencia en la obra pública? Y allí tropezó su defensa: “El intento de la defensa técnica de Báez de presentarlo como un avezado directivo de una empresa constructora es directamente una farsa”, concluyeron los magistrados. Una y otra vez, empero, Báez y sus letrados incurrieron en “falsedades” o “falacias”, según el tribunal. Por ejemplo, cuando quisieron sostener que Austral Construcciones se constituyó en abril de 2003 y acusaron a los fiscales de “falsear” el acta constitutiva porque “no les servía la verdad”, lo que también levantó y difundió la maquinaria de difusión cercana al kirchnerismo. Pero en realidad, según verificó el tribunal, la Fiscalía tenía la razón, apoyado en un documento que así lo demostró y que conocían todas las partes. “Nos enfrentamos, una vez más, frente a un artilugio defensista cimentado en una nueva falsedad”, estimó el tribunal.

La diferencia entre el relato y las evidencias también quedó expuesta cuando se analizó cómo fue el proceso de recálculo en las obras otorgadas a Báez. La defensa invocó un informe que aportó la Dirección Nacional de Vialidad que calificó como “una prueba central” que demostraba “dos mentiras” de la Fiscalía y cuya solidez era “incontrovertible”. Pero, ¿qué pasó? Según el tribunal, la defensa incurrió en un “berenjenal comparativo” que lo llevó a esbozar conclusiones erróneas o, peor, “opuestas” a las reales.

“La treta”

Lo mismo, aclaró el tribunal, ocurrió cuando se analizaron la ampliación del plazo o las redeterminaciones de precios en las obras, entre otros ejes. “Una vez más, las defensas escogieron ellas mismas los ejes sobre los que ejercer su defensa, y en ese afán realizaron estruendosas y simbióticas alegaciones sobre la licitud del procedimiento, el acierto en los cálculos y el sacrificio económico que resultaba su aplicación para las empresas”, destacaron los magistrados, cuando en realidad lo nuclear pasaba por otro lado. “El yerro en el que caen las defensas […] se encuentra íntimamente vinculado al escandaloso sistema de aprobación de las ampliaciones de plazos y modificaciones de obras (por su automaticidad, inmotivación, falta de acreditación, justificación, control y fundamento, etc.) que lo antecedió, pues ahí residía la treta”.

Lejos de amilanarse, sin embargo, las defensas redoblaron la apuesta. También buscaron relativizar la importancia de que Báez tuviera tanta preponderancia en el reparto de la obra pública en Santa Cruz. Para eso plantearon que en cada provincia suele haber una constructora con mayor peso porque, por ejemplo, está localizada allí, con sus maquinarias y personal, lo que buscó probar el letrado de Báez con un documento que, según alertó el tribunal, “no cuenta con la totalidad del universo de obras financiadas y/o ejecutadas por la Dirección Nacional de Vialidad en el período en cuestión”.

El tribunal requirió entonces más información oficial y lo que obtuvo, lejos de beneficiar a los acusados, los complicó aún más. “La comparación completa y fundamentada en datos es apabullante”, destacaron Gorini, Giménez Uriburu y Basso, que se apoyaron en datos “objetivos y verificables” para evaluar la distribución de sus negocios, y deploraron lo que calificaron como “pseudos conocimientos especiales” que invocaron los letrados y que fueron levantados por los medios de comunicación más afines al Frente de Todos.

Testigos y peritos de parte

En otros tramos de la sentencia, el tribunal también criticó la actuación de varios testigos y peritos propuestos por las defensas. Entre ellas, una ingeniera designada como perito por la defensa de la actual vicepresidenta, Adriana Alperovich, quien para apoyar a quien la había contratado llegó a utilizar “bibliografía estudiantil guatemalteca, peruana y colombiana, sin precisar sus antecedentes, calificación y rigurosidad técnica”. Eran tesis de grado.

Eso no fue todo. “Sobrepasando los límites de la tarea pericial que le fuera encomendada”, Alperovich “omitió deliberadamente su abordaje completo y recurrió a normas, dictámenes y antecedentes que no resultan ni remotamente aplicables al caso”, indicó el tribunal, hasta ofrecer “una versión exculpatoria que no resiste el menor análisis técnico”. Pero su relevancia en los tribunales fue lo de menos. Su testimonio fue ensalzado por la defensa y levantado por los medios de comunicación afines como “la única que hizo un estudio serio” y “quien de manera fundada descartó la acusación de sobreprecio. En la misma línea, varios testigos quedaron bajo la lupa, como Daniel Semino o Laura Hindie, que durante el juicio intentó relativizar lo que ella misma, como jefa de Legales del Distrito 23° de Vialidad, había sostenido apenas nueve meses después de ocurridos los hechos. ¿Qué pasó en el medio? Que asumió como diputada por el Frente de Todos. Para el tribunal, su giro resultó una “calculada y casi frívola mutación” que la llevó a modificar “su percepción de los hechos de manera infantil y con un sentido de la oportunidad asombroso”. Pero en las usinas de propaganda fue presentada como “una testigo fundamental”.

Como el de Hindie, los defensores y medios afines al kirchnerismo también propalaron el testimonio de Justo Pastor Romero, un auditor de Vialidad Nacional que al declarar durante el juicio oral “escondió en su fundamentación un error de base” conceptual, según el tribunal, y lanzó “temerarias interpretaciones” sobre un informe, “totalmente opuestas a las aclaraciones que realizaron sus hacedores en relación a sus alcances”. Y otra vez se repitió la dinámica: los magistrados desconfiaron de su credibilidad, al punto de indicar que les pareció que estaba “constantemente repitiendo un libreto”. ¿Y los medios de propaganda oficialistas? Lo definieron como “otro testigo demoledor”.

Columnas y notificaciones

Sin embargo, el tribunal estimó que no sólo ciertos testigos parecieron seguir un libreto propio. También la defensa de Báez editó el contenido de los “reporte por certificación de obra” que expuso durante el juicio. “Para empezar, [el material] se trata de una muestra parcializada del informe en cuestión”, alertaron los magistrados, que lo compararon con el informe completo. “Como puede verse de una simple comparación, 6 columnas han sido suprimidas del documento en ciernes”.

Pero si el uso de información parcial o manipulada durante un juicio resulta cuestionable, casi todas las defensas incurrieron en otro error, decisivo en el resultado final del proceso. Ocurrió cuando se incorporó a la “causa Vialidad” evidencias de otra investigación, la 12.441/2008. Es decir, el contenido de los teléfonos de José López; en particular, los mensajes que el exsecretario de Obras Públicas cruzó con los secretarios privados de Cristina Kirchner, Máximo Kirchner, Báez y su alfil en Austral Construcciones, Julio Mendoza.

La tormenta se desató cuando el fiscal Luciani usó esos mensajes en su alegato de manera intensiva. Las defensas clamaron que se violaba el principio de defensa en juicio de sus clientes y que jamás habían sido notificados sobre el eventual uso de ese material, lo que amplificaron sus canales habituales de difusión y propaganda, donde se afirmó que era “una prueba introducida silenciosamente en el juicio”, sin que las partes pudieran objetar su inclusión.

La realidad fue, otra vez, distinta. Así lo expuso el tribunal en su sentencia: “Las alegaciones introducidas por algunas defensas en torno a la supuesta sorpresa que habría significado para esas partes el hecho de conocer el contenido de esa prueba recién durante el alegato de clausura fiscal resultan completamente inadmisible”. ¿Por qué? Porque la Fiscalía pidió incorporar ese material al expediente mucho antes del inicio del juicio, todas las partes fueron notificadas de su interés e invitadas a compulsar ese material, que quedó a disposición de todos desde noviembre de 2017, tanto en la sede del tribunal como en forma digital.

Dicho de otro modo: las defensas sí fueron notificadas sobre el eventual uso de los teléfonos de López como prueba, pero no reaccionaron. Para el tribunal, la conclusión es tan clara como tajante: “Independientemente de si se trató de una decisión deliberada o una negligencia en el ejercicio del ministerio de la defensa, lo que de ninguna manera puede permitirse es atribuir ni vincular esa supuesta sorpresa con el comportamiento procesal que ha tenido este tribunal”.

 

 

Hugo Alconada Mon para La Nacion

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Opinión

Langostino: mediar entre la sobreabundancia, la especulación y la impaciencia

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En Chubut la zafra de langostino en aguas provinciales sumaba 95 mil toneladas por estos días y va camino a superar las 100 mil toneladas cuando termine.

La flota amarilla de Rawson, costeros y artesanales, resisten las presiones del resto de las cámaras, lease CAPECA y CAPIP, para mantener abierta una pesquería que sigue mostrando una abundancia extraordinaria. El miércoles hubo barcos que completaron 1100 cajones en el día.

La 2023 es la zafra de la cola. A partir del contexto complejo, con un mercado internacional que no demanda langostino entero y las cámaras frigoríficas con mucho stock de las capturas de la flota tangonera congeladora en aguas nacionales 2022, todo marisco que se descargó en Rawson terminó hecho cola.

La super abundancia provocó que empresas como Iberconsa se salieran de todo cálculo. Supongamos, si pensaban producir no más de 5 mil toneladas para toda la zafra, al primer día de febrero ya habían superado las 5200 toneladas.

A partir de entonces Iberconsa ya no hace más cola sino langostino entero que siguió coleccionado en cámara. Mientras tanto en Mar del Plata sus 100 trabajadores hace casi un mes que no son convocados a trabajar por la demanda de los peladores por la caída en la producción de cola pelada y desvenada a partir de la incapacidad de la empresa para sostener el volumen del congelado. La única oferta por ahora es retiros voluntarios para todos.

Lo que le pasó a Iberconsa le ha pasado a muchas otras empresas. Eso generó que algunas partidas de langostino entero lleguen a Mar del Plata, algo que está expresamente prohibido en la legislación chubutense pero el romance multisectorial que genera el empacho con el oro naranja todo lo permite.

“Seguimos una semanita más y cortamos”, prometen los pescadores amarillos cuando desde los frigoríficos les marcan la imposibilidad de seguir recibiendo matera prima. Ya no solo por falta de espacio en cámara sino de personal. Se va cumpliendo el tiempo de la temporalidad en la contratación y no queda más que bajar la persiana.

Estos días respiran aliviados en Playa Unión porque Gabriel Aguilar se fue al exterior y hasta que no regrese no firmará el cierre de la temporada como vienen pidiendo, por distintas vías e interlocutores, los demás sectores.

El contexto de lo que se vive en Rawson sirve para graficar la pelea que se vive por estos días en la pesca atada al langostino.

La apertura de un área para pescar el marisco sobre el 41ªS, al norte de la zona de veda de merluza para la flota tangonera congeladora y fresquera de altura, divide las aguas.

La flota congeladora patagónica no quiere saber nada con esa posibilidad. Sostienen que un mayor volumen empujará los precios hacia abajo. Tanto del entero como de la cola, que a partir de la abundancia de Rawson, tuvo una mayor presencia en los mercados internacionales.

Igual la estadística que difunde CAPECA no refleja la pérdida de valor de la cola. En enero se exportaron 6228 toneladas a un valor promedio de 7592 dólares la tonelada. Los números representaron 22% más en volumen y la caída del 3,6% en el precio promedio en la comparación interanual.

En Mar del Plata la postura es inversa. CEPA y CaIPA han pedido abrir el área para poder pescar, acompañado de algunos gremios como SIMAPE, SUPA y la Asociación de Capitanes. Siempre se habilitó en abril pero pidieron la apertura anticipada la primera semana de marzo. Aseguran que más allá del contexto crítico que hoy tiene el mercado, si hay langostino en el agua quieren pescarlo.

Y este sector no pesca desde octubre del año pasado cuando terminó la zafra de aguas nacionales y se prohibió el despacho a la pesca para preservar el ciclo reproductivo de la especie. A diferencia de sectores que se oponen a la apertura del Norte, pero tuvieron/tienen participación en la zafra de Chubut, ya sea como pescadores y/o reprocesadores.

“No nos oponemos, solo queremos que haya consenso para habilitar el 15 de abril”, asegura un industrial con barcos tangoneros congeladores.

¿Cuánto langostino se declara capturar al norte, entre enero y mayo, como para que baje mucho más el precio, haga tambalear la sustentabilidad del negocio y ponga en riesgo la estructura de las propias empresas?

De acuerdo a las cifras de los últimos años, en 2019 se registraron las mayores capturas con 19300 toneladas. Al año siguiente fueron 10.100 y en 2022 sumaron 16.500. El volumen incluye la pesca específica como el by catch del 20% de principios de año cuando los fresqueros pescan merluza.

Son cifras que no parecieran generar las graves consecuencias que advierten quienes desean que el área se mantenga cerrada, no al menos mayores al impacto que representa el desembarque de 100 mil toneladas en cuatro meses de zafra provincial.

Mar del Plata registra uno de los peores inicios de año en lo que a desembarques pesqueros se refiere. Los datos oficiales marcan una caída general del 16% hasta el pasado 7 de marzo. Con reducción del 12% en los desembarques de merluza hubbsi del efectivo sur y 37% de calamar.

Más allá de los intentos y presiones para que se deje de pescar en Chubut y no se abra al norte de manera prematura, en Pesca llevaron tranquilidad a los referentes sindicales de Mar del Plata que fueron a ver al Subsecretario preocupados por la falta de actividad en el puerto.

“No hay razones reales como para temer un escenario de no apertura”, les dijo Liberman, según refleja el portal Pescare. “Todos estos años hemos habilitado la pesca del langostino en el norte en abril”, reveló el funcionario.

Esta semana el CFP rechazó el pedido anticipado de apertura formulado por las cámaras marplatenses al considerarlo “prematuro” y convocó a la Comisión de Seguimiento de Langostino para los próximos días. La duda por estas playas es si el 15 de abril abre para todos o recién arranca la prospección.

Más tarde que temprano como piden en Mar del Plata se habilitará el sector norte de aguas nacionales. Veremos cuántas son las empresas de CAPECA y CAPIP que deciden mantener los tangoneros congeladores amarrados a muelle.

Mientras tanto varios de sus socios siguen alimentando stock con el langostino de provincia, Esa materia prima no parece implicar ninguna amenaza al futuro del negocio. Sobre todo porque es la de ellos.

 

Roberto Garrone para Punto Noticias

Imagen @ramiro32_

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