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Opinión

Martín Lousteau: “Un gobierno que lo convoca a Pichetto y me convoca a mí es un gobierno que va a llamar a otros a la hora de gestionar”

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Martín Lousteau llega a los estudios de Infobae la tarde del feriado junto a cuatro colaboradores. “Feliz día de la bandera”, dice al saludar. Se muestra contento con la decisión que acaba de tomar: ser el primer candidato a senador por Juntos por el Cambio en la Ciudad de Buenos Aires. Elogia a su compañera de lista, la actual ministra porteña Guadalupe Tagliaferri. Resalta su capacidad de gestión, pero parece querer minimizar la posición de la funcionaria a favor de la despenalización del aborto, aunque habría sido un tema decisivo a la hora de su elección. También resalta la figura de Miguel Angel Pichetto y, sobre todo, las señales de apertura que, según entiende, mostró Mauricio Macri.

—  ¿Cómo tomó la decisión de ser candidato a senador en la Ciudad de Buenos Aires por el oficialismo? ¿Fue una decisión difícil?

— Hace rato desde nuestro espacio venimos insistiendo en la necesidad de una ampliación. Lo planteamos en el 2013 desde UNEN, lo planteamos después en el 2015. Planteamos la necesidad de unas Primarias en una coalición que tiene visiones distintas. Y particularmente atendiendo a la coyuntura de los problemas económicos y a la estructura de los problemas económicos, hace cuánto que vienen y cómo hay que abordarlos. Yo también he dicho que si el espacio se ampliaba iba a estar donde la coalición nueva me requiriera. Así que no fue una decisión difícil, no. Es ser consecuente con lo que vengo diciendo hace mucho tiempo de cómo tenemos que abordar los problemas. Y todo nuestro espacio político lo ha venido reclamando, Evolución desde la Ciudad, también el radicalismo…

— ¿La ampliación es la incorporación de Miguel Ángel Pichetto como compañero de fórmula de Mauricio Macri?

— Yo creo que eso es lo simbólico. Es lo simbólico porque es una ruptura con una manera más de seleccionar un equipo de gobierno, en este caso un vicepresidente que tenía que ver más con la comunicación y eso en sí ya es un cambio. Pero también porque implica un funcionamiento distinto a futuro. Una de las cosas que necesita hacer la Argentina es reimaginar y repensar cómo es el Estado. La Argentina es un país que ha tenido una performance económica muy mala en los últimos 50 años. Ningún espacio político tiene el diagnóstico en soledad ni tampoco puede implementar los cambios sin los demás. Y yo creo que Pichetto es uno de los ejemplos, casi el ejemplo por antonomasia, del conocimiento de las negociaciones colectivas en el Senado a través del tiempo. Entonces nosotros vamos a tener que discutir en los cuerpos colegiados, vamos a tener que discutir en el Senado, vamos a tener que discutir en Diputados, vamos a tener que discutir con otras fuerzas políticas, vamos a tener que discutir con jefes de gobierno de otras jurisdicciones sobre cómo ordenamos lo que hace falta ordenar en Argentina. Y creo que Pichetto aporta mucho en esa experiencia. Por eso digo, es simbólico en términos comunicacionales pero también creo que es muy importante a futuro y creo que el caso nuestro, donde es evidente y así lo ha sido durante todo este tiempo, que tenemos un diagnóstico diferente de cómo a veces piensa el PRO la economía o el Estado. Me parece que también implica esa apertura.

 Creo que Pichetto es uno de los ejemplos, casi el ejemplo por antonomasia, del conocimiento de las negociaciones colectivas en el Senado a través del tiempo

— ¿Es una coalición pensada más en gobernar a partir del año que viene o pensada para ganar las elecciones este año?

— Primero, sin ganar las elecciones no se gobierna. Entonces yo diría que uno es un paso previo. Pero a mí lo que más me importa es cuáles son las posibilidades que se abren, cuál es la potencia que existe y cuál es la apertura para diagnosticar y para llevar adelante medidas específicas a partir del 11 de diciembre. La elección dura un ratito y lo que hace el ciudadano cuando toma decisiones en la elección es asignar roles, a unos les asigna la oposición, a otros les asigna el comando de los poderes ejecutivos. Pero lo importante es ver cómo se discuten las transformaciones que hay que hacer en la Argentina y cómo a través de la discusión más pormenorizada de esas transformaciones y de cómo se llevan adelante conseguimos romper todas estas décadas de un desempeño económico muy pobre. La Argentina tiende a repetir problemas que otros países no repiten. No hay ninguna de las cosas que nos aquejan que sean nuevas. Y eso nos tiene que hacer pensar sobre el diagnóstico.

— Pero en este tiempo usted tuvo alguna conversación con Alberto Fernández. También mantiene diálogo permanente con Roberto Lavagna y con muchos otros dirigentes políticos que en los últimos días terminaron en otros espacio. ¿En algún momento estuvo en duda su incorporación a Cambiemos o, ahora, a Juntos por el Cambio? 

— No. Primero, para aclarar, yo hablo con todo el mundo. Creo que es un deber de los dirigentes políticos hablar con los demás. A veces me llama la atención la facilidad con la que naturalizamos que no hay que hablar con los otros cuando es exactamente lo contrario. Sobre todo si este es el diagnóstico, si uno está en lo correcto con el diagnóstico la verdad que tenemos que hablar muchísimo. Yo creo que la grieta, sobre todo incentivada artificialmente, es una calamidad para poder abordar lo que la Argentina tiene que abordar. Dicho esto nunca hablé con Alberto Fernández. Sí tuve intercambios de mensajes porque lo conozco desde hace mucho tiempo también. Pero no he tenido ninguna reunión con Alberto Fernández. Está claro que estamos en lugares distintos el kirchnerismo y yo desde hace mucho pero mucho tiempo. Pero eso no quiere decir que no podamos debatir.

— ¿Y nunca dudó de que terminaría incorporándose a este espacio?

— Lo he dicho a lo largo de todo este tiempo, desde el famoso viaje con el Presidente donde dije que era necesario ampliar, inclusive a través de Primarias. Lo he repetido en cada entrevista cuando presenté el libro y en la Convención Radical, que si no se ampliaba el espacio, no solamente para una elección, si no había indicaciones claras de que la manera de trabajar era distinta no iba a estar y que por el contrario si había indicios de que había una ampliación iba a estar en donde se me requiriera, donde fuera más útil esa ampliación.

— En algún momento, parecía que estaba pidiendo enfrentar a Macri en una Primaria presidencial. ¿Hubo un planteo en ese sentido, era su objetivo principal para estas elecciones?

— No, yo creo que es muy importante lo que ocurre con el diagnóstico. Cuando un país es el segundo país después de Sudáfrica que menos crece en medio siglo, que necesita más de un siglo entero para duplicar el ingreso por habitante, que tiene una de las inflaciones más altas del mundo, que tiene déficit fiscal casi siempre, que solamente ha podido crecer con contundencia en los últimos 45 años después de dos crisis, después de la híper y después de la megacrisis del 2001. Cuando uno aprecia eso lo que ve es que necesitamos primero un diagnóstico más profundo y segundo coaliciones más amplias, más potencia al día siguiente para gobernar. Entonces hay un montón de maneras distintas de generar esa apertura o de generar mayor fortaleza adentro de un espacio. Cuando son coaliciones a mí me parece que una manera natural son las Primarias. Yo creo que Argentina subestima y subutiliza las Primarias. Como dice Carla Carrizo, que es diputada de nuestro bloque, las coaliciones en general lo que hacen es dirimir sus diferencias en Primarias y después gobernar todos juntos. Por eso planteé que no hay que tenerle miedo a las Primarias y sigo creyendo que no hay que tener miedo a las Primarias. Y también planteé que había que ampliar. Bueno, esta manera que encontró el Presidente me parece creativa y audaz de ampliar y dar la señal no solo de una ampliación ahora sino de cómo va a funcionar al día siguiente la coalición de gobierno.
Dicho esto no es un dato que ya está, tenemos que trabajar todos para que eso siga ocurriendo. Entonces a mí me parece que el papel que se puede cumplir en el Senado es significativo porque otra vez, lo que necesitamos es que el Poder Ejecutivo y sus espadas legislativas puedan trabajar antes en los diagnósticos, en las propuestas, y después en la viabilizarían de esas propuestas con todos los demás. Y me parece que en ese sentido la fórmula de la Ciudad de Buenos Aires con Guadalupe Tagliaferri es una fórmula que en realidad tiene mucha experiencia de gestión y tiene una mirada desde el Estado de la gestión.

— En las últimas horas hubo varios cuestionamientos a las Primarias justamente porque no van a terminar definiendo candidaturas. ¿Usted cree que hay margen para que no haya PASO este año? ¿Cree que es un debate que hay que dar? 

— A mí me parece un gran instrumento que la política tiene que tener la suficiente madurez para empezar a utilizar. Porque si no obviamente no se le puede explicar a la ciudadanía por qué atravesamos un proceso electoral en tres etapas, por qué gastamos dinero. Pero es una ley. Creo que además no estamos viendo PASO a nivel de las candidaturas presidenciales pero por ahí en otros ámbitos políticos, en intendencias, a nivel legislativo hay PASO y hay que respetar esa diferencia. En segundo lugar yo creo que hay que hacer una gran transformación de los partidos. Están perdiendo peso relativo frente a figuras que emergen. Las PASO son un muy buen puente entre aquellas personas que tienen validación social y los partidos políticos, porque si no hay PASO, si vos no podés traer a gente que tiene, otra vez, prestigio bien ganado a discutir adentro de los partidos lo que hacen es que crean sus propios partidos y esas son cosas efímeras que aparecen y desaparecen.

— En algún momento usted señaló a Marcos Peña como el funcionario más resistente a la apertura. ¿Tuvo oportunidad de hablar con él sobre esto? ¿Cambió de idea?

— Sí, yo he hablado con el jefe de Gabinete. También lo he escuchado en alguna entrevista reciente. No tengo las palabras exactas pero dijo algo así como que es una suerte de revisión del funcionamiento interno de una coalición y un aprendizaje. También lo escuché al ministro del Interior decir lo mismo, que hubo una subestimación de las dificultades, una sobreestimación de las capacidades pero que hay que volver a tener más capacidades y un mejor diagnóstico. Entonces yo veo una inclinación del gobierno a revisar qué cosas han funcionado y qué no y cuál es la discusión que tenemos que tener para adelante para que funcione mejor.

— ¿Usted cree que el Gobierno cambió?

— Yo creo que el Gobierno está mostrando una mayor apertura pero que es deber de todos nosotros pelear para que ocurra esa apertura, ese diagnóstico. Insisto, los desafíos que tiene Argentina son muy grandes. No se pueden abordar en soledad. Pero después los triunfos a veces le hacen a uno olvidar esas cuestiones, ya lo hemos visto en el pasado. Entonces el deber de todos los que nos incorporamos es recordar esa agenda. Es trabajar por esa agenda. Es trabajar para que diagnostiquemos bien qué es lo que ocurre y en las mejores resoluciones a los problemas que arrastramos. Y no es una cuestión de que se zanja solamente con la elección, se zanja con el trabajo cotidiano.

 Yo creo que el Gobierno está mostrando una mayor apertura pero que es deber de todos nosotros pelear para que ocurra esa apertura, ese diagnóstico

— ¿Usted tiene miedo de que si ganan la elección después se olviden de la necesidad de mostrar esta apertura?

— No, no tengo miedo, me recuerdo a mí mismo todos los días que para eso estoy trabajando en este sentido y que al revés de lo que suele ocurrir en los deportes, que cuando termina el partido ya está, está todo resuelto, cuando terminan las elecciones el partido recién arranca, lo único que se hizo es asignar tareas. Entonces yo creo que la tarea que nosotros vamos a tener es eso.

— El tema es que usted hasta ahora decía ‘yo no soy parte de Cambiemos’, y ahora es candidato a senador. Ayer se conoció el índice de desempleo de 10,1%, el más alto de los últimos 13 años. El mes que viene, poco antes de las PASO, se va a conocer un nuevo índice de inflación cercano al 3%. Poco antes de las elecciones de octubre saldrá el índice de pobreza que según estiman en el propio Gobierno podría estar cerca del 35%. ¿Cómo se siente usted, ya en el rol de candidato a senador del oficialismo, teniendo que explicar esos números?

— Yo ya lo he manifestado, yo creo que el año pasado fue el peor año desde el punto de vista económico en mucho tiempo, probablemente desde el 2002 y nadie me ha escuchado a mí decir nada que subestime la gravedad de la situación que vive la Argentina desde el punto de vista coyuntural y desde el punto de vista estructural. La pregunta es cómo a esa situación le damos una mejor respuesta. Cómo a una inflación que es alta y que duele todos los días en el bolsillo. Cómo un desempleo que se transforma producto de aumentar en uno de los principales temores que tiene una sociedad que ya vivió una situación de desempleo inclusive más grave, la vivimos en el 95 el 18%, tuvimos al fin de la crisis del 2001 casi un cuarto de la población sin trabajo. La pregunta es cómo le damos respuesta a eso, cómo el próximo gobierno está en mejores condiciones de lidiar, insisto, no solamente con una mala coyuntura económica, con dificultades crecientes, sino con problemas de arrastre de hace mucho tiempo que la Argentina no ha sabido resolver. Y yo estoy convencido que es con ampliación. Estoy convencido que es con mejor y más inteligente diagnóstico, estoy convencido de que es con voces inclusive discordantes. Yo he tenido mi opinión sobre cómo ha sido el abordaje desde el primer día de la herencia económica pero también de la respuesta coyuntural a la crisis del año pasado. Tengo visiones distintas, creo que por eso precisamente me convocan, por eso el Presidente me convoca a hablar, porque le aporto una visión distinta de la que le dicen sus funcionarios, con la cual concordará más o menos pero le da más herramientas a la hora de tomar decisiones y de la misma manera me convoca para ser senador.

¿Qué le dijo el Presidente?

— Tuve un intercambio antes de la elección de Pichetto como su compañero de fórmula y después tuve intercambios telefónicos con la elección de Pichetto y en estos últimos días. El Presidente sabe cuál es la situación económica y creo que a través del tiempo ha acumulado también la posibilidad de elaborar diagnósticos distintos porque ha encontrado dificultades que no se imaginaba en Argentina. Y algunas de las circunstancias obviamente se han agravado. Entonces cada vez que yo hablo con el Presidente hablamos de cuáles son las miradas distintas para abordar esas circunstancias y por qué hace falta una mirada económica distinta, por qué hace falta una mirada política distinta. Yo creo que el Presidente está dando pasos en esa dirección que es cuando convoca con mayor amplitud.
Ahora, igual que ha sido en todos estos casos cada vez que me junto con el Presidente o cada vez que me junto con alguien yo creo que mi rol cuando me convocan no solamente es estar sino decir lo que pienso. No creo que la mejor manera de ayudar sea decir siempre que sí, creo que la mejor manera de ayudar, sobre todo si uno ha trabajado en algunos diagnósticos, es ser lo más sincero posible con el diagnóstico de lo que está pasando. Y también con cuáles son las perspectivas que uno tiene de cómo se pueden abordar y para eso hace falta un trabajo de diagnóstico riguroso y equipo. Y eso es lo que nosotros aportamos desde nuestro espacio. Una discusión de cuáles son las prioridades y el sendero que hace falta recorrer en los próximos cuatro años.

— ¿No cree que con la incorporación de Pichetto hay un corrimiento hacia la derecha?

— Yo no lo veo como un corrimiento hacia la derecha porque me parece que lo fundamental de lo que aporta Pichetto, como decía al principio, es la experiencia de discutir con los otros, de comandar un lugar difícil, un cuerpo colegiado muy particular como es el Senado durante mucho tiempo, de tener diálogo con un montón de gente. Y hay algunas de las cuestiones sobre las cuales Pichetto ha hecho hincapié en su discurso público cuando empezó a surgir la posibilidad de su candidatura en algún espacio que me parece que son discusiones que Argentina se tiene que dar. Pero me parece que se las tiene que dar desde un lugar de rigurosidad, de análisis intelectual, estructural, internacional y local, no desde los eslóganes, pero me parece que son discusiones que Argentina merece dar.

— ¿Y usted cree que usted y Pichetto le aportan eso al Gobierno?

— Yo creo que cuanta más gente se pueda convocar a debatir y a enriquecer el debate interno y la capacidad de dar debates externos… Debates externos no es salir a gritarse uno al otro en los medios, debate externo es debate en serio con el que piensa distinto, a veces es a puertas cerradas, a veces es abierto, pero cuanta más gente se pueda convocar de esas características mejor es ahora para la elección, porque insisto que hay muchas maneras de cerrar la grieta pero hay que cerrarla, y también en la gestión. Entonces yo aspiro a que un gobierno que lo convoca a Pichetto como candidato a vicepresidente, que me convoca a mí como senador, también es un gobierno que va a estar convocando a otra gente a la hora de gestionar.

— Usted mencionaba a Guadalupe Tagliaferri, que lo va a acompañar en la boleta de senadores en la Ciudad de Buenos Aires. ¿Qué importancia tuvo la posición con respecto al tema del aborto en la elección de la compañera?

— En la fórmula en una coalición nueva como es ésta cada uno de los espacios propone sus candidatos. A mí lo que me parece muy importante es la coherencia con lo que representamos. Entonces a mí primero me parece muy importante la experiencia de gestión y Guadalupe es un ejemplo de eso.
En segundo lugar me parece que yo aporto una mirada económica sobre un montón de aspectos con la sensibilidad que a uno le puede dar la historia de vida o los conocimientos de ciertas cosas. También creo que el tema de una mirada más nueva, joven, sobre todo en un cuerpo como es el Senado que es un cuerpo que está más acostumbrado a otra cosa también es una mirada interesante. Y por último nosotros en nuestro espacio político tenemos una identidad con respecto a la interrupción voluntaria del embarazo y nos parece que es importante también preservar esa identidad.

 Nosotros en nuestro espacio político tenemos una identidad con respecto a la interrupción voluntaria del embarazo y nos parece que es importante también preservar esa identidad

— Entonces, ¿qué peso tuvo el tema de la despenalización del aborto en la decisión?

— Nosotros siempre hemos discutido en términos no de persona sino de ciertos valores. La verdad que nosotros lo que sí queríamos era una fórmula que tuviera esta mirada generacional y una mirada de gestión. Entonces Guadalupe es una persona que ha nacido en la militancia en la villa 31 y que es la ministra de Desarrollo Humano y Hábitat. Tiene una mirada de género… La agenda de lo desigual me es sumamente importante, sea lo desigual el género, sea lo desigual las mujeres que están en situación específica como puede ser la interrupción voluntaria del embarazo, sea el migrante, sea el mayor de edad, sean los niños, los jóvenes, los adolescentes. Tiene esa mirada. Esa mirada incorpora muchas cuestiones. Y a mí me parece que es un elemento importante.

— Es decir, no se hubiera sentido cómodo como compañero de alguien que piensa totalmente distinto en ese punto…

— Sí, pero no es un tema solamente de comodidad personal. Insisto, es un tema de un abordaje desde el Estado y una mirada sobre lo que tenemos que hacer recuperando un Estado para devolvérselo al ciudadano.

— ¿Qué opina de la oferta electoral que terminó conformando Lavagna?

—  Yo tengo un gran respeto, como lo he dicho, por Lavagna, inclusive creo que los diagnósticos económicos que hacemos son afines. Pero no la manera de cómo se construye algo con suficiente potencia para alterar los destinos de Argentina, sobre todo para alterar el pasado y para volver a creer, volver a entusiasmarnos con que puede haber otro futuro. Yo creo que el futuro lo vamos a poder construir en la medida que enriquezcamos nuestro diagnóstico, nuestra capacidad de gestionar al día siguiente, y cerrando la grieta. Pero para cerrar la grieta hay que ser más amplios.

— ¿Cree que es más difícil ganar las elecciones o gobernar la Argentina los próximos cuatro años? 

— No importa qué es lo más difícil…  Lo más difícil en la Argentina, a las pruebas me remito, es gobernar. Y creo que deberíamos cambiar lo que entendemos por gobernar porque a veces se dice solo el peronismo puede gobernar, solo el peronismo puede conservar el poder en todo caso y ese es un mito que ya se cayó con el gobierno actual. Pero gobernar, que es mejorarle la capacidad de vida y la calidad de vida a los argentinos permanentemente, la verdad que hace mucho tiempo que no podemos encontrar eso en Argentina. Entonces lo que tenemos que hacer es construir suficiente potencia para hacer eso, el desafío es ese. El desafío de la elección es un desafío previo que es convencer al ciudadano de que esta alternativa es la que tiene la mayor capacidad y el mayor potencial para llevar adelante eso.

— ¿Y usted qué cree que le aporta personalmente al espacio?

— Primero una mirada distinta en algunos fenómenos, en algún fenómeno económico y en alguna mirada política sobre cómo construir eso. La capacidad de dialogar con otros. La vocación de cerrar la grieta. Y un equipo, un equipo legislativo que ya está en el Congreso que ha peleado por estas cuestiones. No hay que olvidar cuál fue nuestra postura sobre cómo hay que discutir lo previsional, no hay que olvidar cuál fue nuestra postura sobre cómo hay que abordar lo tarifario en la Argentina, las tarifas de servicios públicos. Inclusive cuando discutimos en el momento que se tuvo que discutir el presupuesto nosotros marcamos lugares donde los recortes se podían hacer de manera distinta. Entonces nosotros tenemos una mirada diferente sobre las cuestiones y cuando tenemos discrepancias con el rumbo que se toma somos un espacio político que una de las cosas que hace es proponer alternativas, no solamente se queda en el no sino que dice discutámoslo con rigurosidad y acá hay una alternativa. ¿Qué tenemos para aportar? Eso. ¿En dónde? En un espacio político que ahora da señales de que quiere discutir eso hacia adentro, cosa que antes no estaba abierto, y una vez que lo discuta hacia adentro también discutirlo con el otro. Entonces está llamando a dirigentes que somos capaces de convocar y de hablar al otro lado, a los otros dirigentes, que tenemos relaciones personales buenas, que no faltamos el respeto, que creemos en las instituciones. Entonces yo creo que eso es lo que nosotros tenemos que aportar, y lo vamos a aportar tanto en Nación como en la Ciudad de Buenos Aires.

Infobae
Foto Tapa Clarin

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To Bric, or no to Bric, that’s not the question

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La sobreactuación político-electoral lleva a Javier Milei a hablar de comunistas chinos (en eso imita a Bolsonaro) y a Patricia Bullrich a rechazar el ingreso de Argentina a los Brics porque Rusia invadió Ucrania  y se incorporaría Irán (junto a Egipto, Etiopía, Arabia Saudita y Emiratos Árabes) al mismo tiempo que nuestro país a partir del 1º de enero de 2024.

En el contexto de la reunión anual en Buenos Aires del Council of the Americas, una organización empresarial fundada por David Rockefeller en 1963 para luchar contra la influencia de la revolución cubana en Latinoamérica, puede parecer oportuno a candidatos a presidente golpearse el pecho para demostrar mayor vocación pro norteamericana frente a una audiencia que se supone espera eso. Pero quienes conocen de verdad la cultura norteamericana y entienden de geopolítica saben que la realidad es un poco más compleja.

De la misma forma en que el presidente Kennedy pidió a los principales empresarios de su país reunidos en el Council of the Americas el apoyo de sus empresas en Latinoamérica para detener entonces la influencia de la ex Unión Soviética en su “patio trasero”, por igual motivo el Fondo Monetario Internacional del que Estados Unidos es el principal accionista, desde que se fundó al terminar la Segunda Guerra Mundial destinó la mitad de todos sus préstamos a Latinoamérica cuando la región solo tiene el 8% de la población y el producto bruto mundial. Claramente, Estados Unidos siempre cuidó que países de Latinoamérica, fruto de su inestabilidad económica o política, no cayeran bajo la influencia de sus enemigos geopolíticos.

Con la caída del Muro de Berlín y el derrumbe de la ex Unión Soviética, Estados Unidos redujo su preocupación e inicialmente permitió que China cumpliera en parte el papel de ayuda económica a la región. Progresivamente, China fue pasando al grado de amenaza pero nunca comparable con el peligro militar que representaba la ex Unión Soviética. De aliado a frenemies (amienemigo) y competidor.

Rusia, especialmente después de su invasión a Ucrania, es otro tipo de amenaza, no en el patio trasero, pero sí como generador de desorden mundial, pero India, que acaba de colocar una nave en la Luna, es el principal aliado de Estados Unidos para contener el avance chino en Asia, y Brasil fue el histórico socio de los Estados Unidos, aun con Lula, a quien Biden recibió inmediatamente tras ser electo.

Considerar el ingreso a los Brics como un desafío a los Estados Unidos es un error, el propio Eduardo Eurnekian,  consultado a la salida del Council of the Americas, cuando le preguntaron su opinión sobre el ingreso a los Brics  dijo: “Lo veo bien, a mí no me molesta”, y cuando le preguntaron si el ingreso de Argentina a los Brics podría “empiojar” la relación con Estados Unidos, sonrió y con lenguaje no deconstruido metaforizó: “No, no se va a empiojar nada, vos podés tener tu señora y tu amante tranquilamente”.

Una mirada anti-Brics en alguna medida se quedó en el siglo XX. En la tercera década del siglo XXI dos tercios de las exportaciones argentina van a países emergentes. La mirada antigua de los dos candidatos mencionados se refleja también en la inercia de nuestra Cancillería, donde, a la inversa, dos tercios de nuestro personal diplomático está destinado a los países no emergentes, principalmente de la OTAN porque hace medio siglo el mayor flujo comercial estaba en el océano Atlántico norte pero ya hace tiempo el océano Pacífico lo superó.

El acrónimo Bric por Brasil, Rusia, India y China fue acuñado por el economista Jim O’Neil en el año 2001 para distinguir los cuatro países que tenían mayor posibilidad de impulsar el crecimiento mundial por su tamaño y porque aún no habían alcanzado la madurez de su desarrollo. En estas dos décadas, China lo alcanzó sobradamente pero aún le queda un porcentaje muy importante de su población rural por integrar al consumo, Rusia está en un proceso de decadencia de la cual su invasión a Ucrania es un síntoma, India en los últimos años escaló posiciones en el podio mundial y de lo cual su mencionado éxito espacial es otro síntoma, y Brasil, ubicada en el complejo contexto latinoamericano que llegó a ser la séptima economía mundial en la segunda presidencia de Lula, retrocedió con Dilma Rousseff y con Jair Bolsonaro, ahora con Lula no la tiene fácil pero trata de recuperar relevancia mundial.

Lo explica muy bien la corresponsal de PERFIL en Brasil, Eleonora Gosman: “Una pregunta de la prensa, en la conferencia final realizada en Johannesburgo, dio lugar a una respuesta amplia por parte de Lula. El interrogante, formulado por un periodista brasileño, apuntó en la siguiente dirección: “Argentina está a sesenta días de una elección. Y las dos fuerzas de la oposición, no solo la más radical, declararon su rechazo al ingreso en el grupo. ¿Cómo justifica el argumento de que la incorporación fue hecha desde una perspectiva de Estado y no por las relaciones de usted con Alberto Fernández?”.

La réplica fue precisa: “A mí no me importa quién va a ganar las elecciones; y todos saben que soy amigo de Alberto. Lo que vale aquí es que Brasil va a negociar con el Estado argentino, en forma independiente de quién sea el futuro presidente. Puede ser que este no quiera negociar con los brasileños y es su derecho soberano; nadie lo puede obligar”. Agregó que “la responsabilidad que los países del Brics tomamos hoy es precisamente no colocar la cuestión ideológica como condición para ser parte del bloque. Lo que se decidió fue darle envergadura a la geopolítica; y. para nuestro país la Argentina es muy importante”.

Para el jefe de Estado brasileño, los Brics “son una realidad inexorable. Probablemente podríamos tener problemas, porque habrá a quien no le guste el grupo. Pero eso es parte de la política; si yo no quisiera convivir con las divergencias, no estaría en la política”, siguió la nota de Eleonora Gosman.

Argentina está en los Brics por Lula y en el fondo el origen del concepto Bric es un invento también brasileño porque la cancillería brasileña desde antes que al economista Jim O’Neil se lo ocurriese el acrónimo, enseñaba a sus diplomáticos de carrera cómo debían ver el mundo. Hay tres componentes a los que prestar atención: cantidad de habitantes, de kilómetros cuadrados del territorio y de producto bruto. Países que tengan alguno de estos tres atributos son geopolíticamente importantes: más de 5 millones de kilómetros cuadrados de territorio, más de 200 millones de habitantes y más de 2 billones de dólares de producto bruto. Países que tengan dos y tres atributos, más importantes aún. Si la vara del producto bruto se levantara por arriba de los 2.500 millones, solo quedarían Estados Unidos y China.

Como dice el título de esta columna, To Bric, or no to Bric, that’s not the question. No es “o” sino “y”, es con la OTAN y también con los Brics.

Jorge Fontevecchia
Jorge Fontevecchia
Cofundador de Editorial Perfil – CEO de Perfil Network

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Un agotamiento de todo lo estructurado

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El gran ensayista Antonio Muñoz Molina publicó en 2013 un excelente trabajo al que tituló Todo lo que era sólido. Se refería a la sensación de extendida descomposición que se advertía en España, como en todo Occidente, como consecuencia del colapso de la crisis financiera de 2008. Muñoz Molina tomó el título del Manifiesto Comunista, donde Marx y Engels afirmaron que “todo lo sólido se desvanece en el aire”.

Son palabras de las que el observador puede agarrarse para comenzar a entender, de manera muy tentativa, el resultado de las elecciones de ayer. La primera evidencia es el agotamiento de todo lo estructurado. El peronismo oficial frente a la oposición. Horacio Rodríguez Larreta frente a Patricia Bullrich. Juntos por el Cambio frente a Javier Milei. No es sólo el desafío a los aparatos partidarios. En un sentido más general, una parte muy amplia de la sociedad se levanta frente al Estado. A 40 años de su refundación, la democracia argentina se encuentra en una encrucijada en la que ya ingresaron otras naciones, sobre todo en la región. Un impulso de cambio al orden establecido, que incluye expresiones de abierta impugnación y que abre en el horizonte la incógnita sobre la gobernabilidad. Es decir, sobre la capacidad del sistema para ofrecer las prestaciones por cuya carencia se lo invalida.

El diseño que organizó a la política durante, por lo menos, 15 años, terminó anoche de desfigurarse. Ya no se puede entender el proceso atendiendo a la polarización entre dos bloques que cubrían toda la escena. Ahora hay cuatro actores. La Libertad Avanza, Juntos por el Cambio, el peronismo de Unión por la Patria y una masa de ciudadanos que, en su decisión de abstenerse, determinan el destino de los otros tres jugadores.

 

Volvió a verificarse una abstención muy alta. En las primarias presidenciales de 2019 la abstención había sido de 23,6%. Ayer fue de 31%. Ya no está la excusa de la pandemia, que sirvió a muchos dirigentes como coartada para justificar la inasistencia a las urnas de 2021 como un fenómeno forzoso. Es inocultable que existe una deserción deliberada. Si seguimos las clasificaciones de Renato Mannheimer y Giacomo Sani en La conquista degli astenuti (La conquista de los abstencionistas), se trata de ciudadanos que entienden el voto más como un derecho que como una obligación. Y resuelven desistir. Unos lo hacen por desapego. Son los que no asisten a la discusión pública. Miran la política como algo muy tangencial respecto de otros intereses: la familia, el trabajo, los deportes. Otros no concurren por un apego excesivo. Están enojados. No se desentienden. Protestan. Es importante distinguir entre uno y otro tipo, porque la decisión de los primeros es menos reversible que la de los segundos. Pero es muy difícil identificarlos. Más todavía detectar qué los motivaría. Es un problema de gran magnitud para los que compitan en el próximo tramo de la carrera. Porque ayer el universo de los que faltaron alcanzó a 13 millones de electores. Allí está la cantera disponible para modificar la situación relativa de cada candidato.

Milei tuvo un avance fenomenal. El viernes pasado él y su hermana, Karina, mantuvieron una conversación con el consultor Federico Aurelio, en la que se interiorizaron del resultado de los últimos sondeos. Aurelio los entusiasmó diciendo que el candidato estaba en el techo de la curva que había recorrido, con pequeños altibajos, durante los últimos meses: 27%. Anoche, con el 95% de las mesas escrutadas, había llegado al 30,17%, lo que equivale a casi 7 millones de votos.

Milei demuestra la posibilidad de avanzar hacia el poder sin estructura. Sus candidatos tuvieron performance pobrísimas en las elecciones anticipadas de provincias en las que él conquistó ayer el primer lugar. En Mendoza sacaba anoche casi un 45% frente a 28% de Juntos por el Cambio. En Tucumán le ganaba al peronismo por 3 puntos: 36% contra 33%. En San JuanMilei ganó por 34% contra 39% de Unión por la Patria y 27% de Juntos por el Cambio, que venía de ganar el torneo provincial. Mejor le fue en San Luis: 48% contra 23% de Juntos por el Cambio, que también había ganado la provincia. En Jujuy el caso es aún más llamativo: 39,8% contra 23,8% de Juntos por el Cambio, con el agravante de que el líder de la provincia, Gerardo Morales, corrió como candidato a vicepresidente de Larreta, en una fórmula que sólo consiguió 18%. En Córdoba, la provincia del macrismo, superó al gobernador Juan Schiaretti: 33% contra 27%. Juntos por el Cambio se redujo a 25%. Unión por la Patria sólo sacó 8,7%. Detalle importante: ¿adónde irán los votos de Schiaretti, que fueron en total 900.000 en todo el país?.

Hubo varios indicios que adelantaban el éxito de Milei. En LA NACION se publicó uno: la encuesta del CIAS de Rodrigo Zarazaga, que mostró que en las villas del Gran Buenos Aires el candidato de la ultraderecha alcanzaba 21% de las preferencias entre los menores de 25 años. Apenas tres puntos detrás de MassaMilei pudo resolver, para un sector de la ciudadanía, el problema de la representación, que es el que hoy desafía a la democracia. Él no sabe cómo están sus votantes. Él está como sus votantes. Está enojado, por momentos, enfurecido.

Festejo de Javier Milei en el búnker de La Libertad Avanza
Festejo de Javier Milei en el búnker de La Libertad Avanza Alejandro GuyotLA NACION

El antropólogo Pablo Semán está estudiando el encanto de Milei entre los jóvenes de los barrios sumergidos del conurbano bonaerense, y se sorprende ante algunos rasgos: muchachas que están fascinadas con el candidato mientras sostienen posiciones feministas, por ejemplo. En casi todos los casos aparece la misma peculiaridad: Milei es un grito de guerra. Expresa menos una posición ideológica que un estado de fatiga frente a la política, que se presenta en otras sociedades con otros nombres y variadas ideologías: Milei, a su modo, es TrumpBoric, Petro, BolsonaroCastillo o Lasso. Supone disidencia. Días atrás se paseó en una van gritando “que se vayan todos, que no quede ni uno solo”. En ese impulso, introduce fragmentación. Es legítimo, por lo tanto, sumar los votos de Milei con alguna parte de los votos que no aparecieron, con una parte de la abstención. Desde anoche se irá configurando la certeza de que el próximo Congreso será un espejo astillado. Delicado problema para cualquier candidato que prometa soluciones rápidas. Delicado problema para una democracia que está en el banquillo por ineficaz.

Más allá de lo técnico, el éxito del líder de La Libertad Avanza está ligado a un sortilegio: como se verificó a lo largo de meses en las encuestas cualitativas, su público le atribuye un poder ilimitado para resolver el drama económico. La consigna en contra de la casta se completa con la consigna a favor de la dolarización. Las curvas que aparecen en las planillas de Aurelio revelan que Milei creció en las últimas semanas de la mano de la disparada del blue. Una correlación que tiene todavía mucho para dar.

Un enigma de las próximas semanas es qué efecto tendrá la marcha triunfal de ayer. ¿Seguirá con esa velocidad o, por el impulso propio de lo inesperado, el fenómeno Milei se acelerará?

Juntos por el Cambio hizo una elección muy mediocre. Se supone que las fuerzas que enfrentan a los gobiernos deben estar capacitadas para canalizar el descontento. El voto a Milei y la renuncia a participar, interpelan a Bullrich, a Larreta y al resto de lo que hasta ahora se llamó “la principal oposición”. Esa fuerza perdió 2.500.000 votos respecto de las parlamentarias de 2021. La duración de la crisis económica, del estancamiento, que lleva ya por lo menos una década, corroe la base de Unión por la Patria y de Juntos por el Cambio. Ahí está la clave de la disidencia que se expande. La fuerza que postula desde anoche a Patricia Bullrich quedó a 500.000 votos de MileiUnión por la Patria quedó a 700.000 votos de Milei y 200.000 de Juntos por el Cambio. Esta aritmética esconde los desafíos de cada jugador. ¿Bullrich puede desbordar a Milei? ¿O debe resignarse a salir segunda, evitando que Massa la supere?

Juntos por el Cambio hizo una elección mediocre
Juntos por el Cambio hizo una elección mediocre Ricardo Pristupluk

En Juntos por el Cambio se verificó la misma tendencia del cuadro general: lo establecido, Larreta, fue derrotado por algo menos formal, con menos estructura y menos caja. Bullrich deberá ahora absorber a los seguidores de Larreta. Es un desafío que ella piensa enfrentar sin recurrir a la receta de Mauricio Macri, que sería ofrecer al vencido la Jefatura de Gabinete. La triunfadora de Juntos por el Cambio supone que la consolidación de esa coalición no se debe dar por la anexión de partes sino por la formulación de un nuevo liderazgo. Mensaje para Larreta. Y, sobre todo, mensaje para Macri. Aun cuando Macri fue, con el resultado interno de ayer, un claro ganador. ¿Se terminará de cumplir lo que había pronosticado? Ballotage entre Bullrich y Milei. La candidata de Juntos por el Cambio compondrá ahora con Milei un fenómeno complejo. Compiten pero, a la vez, expresan un giro a la derecha parecido.

El efecto negativo del avance de Milei para Juntos por el Cambio se expresa, más que en ningún otro lugar, en la Ciudad de Buenos Aires. Allí el postulante de La Liberta Avanza, Ramiro Marra, sacó 13% de los votos. Es probable que sean adherentes al Pro, desencantados. La interna de Juntos por el Cambio la ganó Jorge Macri. Pero por mucho menos de lo que esperaba: 28,7% contra 27,1% de Martín Lousteau. Agazapado mira el alfonsinista Leandro Santoro: si se produce un ballotage, él sueña con los votos de Lousteau. Es cierto que Macri tiene derecho a aspirar a los de Marra, el candidato de Milei. Todo está abierto entre los porteños.

Massa hizo una pésima elección, de la que sólo puede consolarse por el resultado melancólico de Juntos por el Cambio. Por primera vez en la historia el PJ salió tercero en una elección presidencial. Ahora deberá sacarlo de esa situación. Las señales de deterioro son numerosísimas. Pero la más clara, por su potencial simbólico, es que Malena Galmarini perdió la candidatura a intendente en Tigre. Ganó Julio Zamora, a pesar de que, con una decisiva intervención de dos jueces de la Cámara Nacional Electoral, se le había privado de adherir a la boleta de Massa. Proeza la de Zamora.

La trayectoria de Massa fue catastrófica en muchos partidos del conurbano bonaerense
La trayectoria deMassafue catastrófica en muchos partidos delconurbanobonaerenseSantiago Filipuzzi– Santiago Filipuzzi

La trayectoria de Massa fue catastrófica en muchos partidos del conurbano bonaerense. En La Matanza, por ejemplo, Unión por la Patria sacó sólo 39%, de los cuales 9% corresponden a Juan Grabois. Eso sí, ganó por poco el intendente Fernando Espinoza. Otra sorpresa: el segundo allí, en el corazón histórico del peronismo, fue Javier Milei, con 23%. Juntos por el Cambio sacó 20%, con un triunfo relativo de Bullrich, que superó a Larreta en casi todo el conurbano. Una desmentida más a los pronósticos. Lomas de Zamora fue otra miseria para Massa 27%. Con 10% de GraboisQuilmes, de La Cámpora, es otra lágrima: 26% y 10% de Grabois. A Massa le dieron de probar su propio jarabe, el que en 2009 él le suministró en Tigre a Néstor Kirchner: los intendentes repartían su propia boleta también con la de Milei.

Los dirigentes de La Cámpora preferían anoche no conectar con el naufragio. Celebraban que su candidato, Daniel Selci, derrotó a Juan Zabaleta en Hurlingham.

En la elección nacional, del 27% que sacó el oficialismo, 6% corresponde a Grabois. Massa obtuvo 21%. ¿Podrá Cristina Kirchner desentenderse de este resultado, que se produce bajo su inapelable liderazgo? Tiene el consuelo de una performance aceptable de Axel Kicillof en Buenos Aires: un modesto 36% contra 32% de Juntos por el Cambio. Pero a la vicepresidenta le va a ser difícil obturar un movimiento de renovación. Los Kirchner quedarían atrapados sin remedio en la derrota de ayer si se consolida la tendencia que, a última hora, se verificaba en Santa Cruz: el triunfo del lema opositor para la gobernación, con el sindicalista Claudio Vidal a la cabeza. La pelea en Santa Cruz era, en la madrugada, ajustadísima.

En Juntos por el Cambio se corroboró una tendencia general: contra lo que creía Larreta, el candidato a presidente impone a su candidato a gobernador. Bullrich hizo ganar a Néstor Grindetti sobre Diego Santilli. Un alerta para Kicillof.

En lo inmediato, la ecuación Massa-Grabois expresa un problema material que comenzará a desplegarse en las próximas horas. Grabois pondrá condiciones para adherir a Massa en el tramo por venir. Anoche el candidato derrotado le presentó a Massa, en pleno “festejo”, un plan general de gobierno que era, en rigor, un pliego de condiciones. Allí se expresarán la señora de Kirchner y su grupo. Pero el candidato, que además es ministro de Economía, está obligado a realizar un ajuste que ya viene anticipando. Debe conseguir que el Fondo Monetario desembolse en agosto lo que él le debe a Qatar y a la Corporación Andina de Fomento. La discusión por la política económica en el seno del oficialismo será más ácida. Habrá que ver qué efecto tiene sobre el dólar, que es el driver del voto de Milei.

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Opinión

Opinion: Sergio Massa candidato a presidente por Jose Luis Stella

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La designación de Sergio Massa como candidato a Presidente tuvo una repercusión positiva en los mercados. Exteriorizado en la suba del valor de acciones y bonos, y bajas en el riesgo país y en el valor de los dólares. Los problemas siguen ahí. Se despeja la bruma que no permitía ver claramente el camino.

Sergio Massa fue ungido (-definición de la RAE-dicho de una persona, especialmente de un monarca o de un sacerdote: Signada con el óleo santo) para encabezar la lista nacional del nuevo frente “Unión por la Patria” sobre el plazo de cierre para la presentación de las listas, presurosamente con velocidad supersónica  su entorno ya lo comparó con Fernando Henrique Cardoso, Emmanuel Macrón y Santiago Peña quienes se desempeñaron como ministros de economía en Brasil, Francia y Paraguay respectivamente y pudieron ser presidentes, dejando de lado la comparación de Carlos Melconián cuando fuera designado: “No es Pep Guardiola, a lo sumo Caruso Lombardi”.

 

En Estados Unidos para los demócratas, Massa representa LA CARA AMIGABLE Y PRAGMÁTICA DEL PERONISMO señalaba Andrés Fidanza en “La Política Online” conocida la noticia. Lobby, establishment, contactos e intereses estadounidenses en Argentina festejan la designación, mientras que muchos “kirchneristas de pura cepa” quedan desconcertados como magistralmente en su columna de Humor Político del 25 de junio titulada “Groucho Massa” lo describe Alejandro Borensztein. Fidanza cuenta que tiene dos respaldos claves en el poder de Estados Unidos, demócratas y de origen latinos.  “En el Ejecutivo, Juan González, el asesor principal de Joe Biden para América Latina. En el Congreso, el senador por Nueva Jersey Bob Menéndez, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores”.

 

Dos temas son centrales para Washington: La negociación con el FMI y detener el avance de China en la región. Región que ha sido bastante olvidada por el gobierno del norte.

 

Si bien la negociación con el FMI es prioridad, el organismo quiere un claro sendero de ajuste fiscal y devaluación acelerada del peso frente al dólar imposible de aplicar en medio de la campaña electoral. No se pagaron los vencimientos de la deuda que operaban martes y jueves de la semana anterior por el equivalente a unos 2700 millones de U$S de capital y si bien en los pasillos del ministerio se corrió el rumor que se haría un pago a cuenta de “buena voluntad” de 1.900 millones de dólares (dando todo lo que había en la caja del Banco Central) se ejerció el derecho a la cancelación (postergar el vencimiento) hasta el viernes 30 de junio.

 

En esta semana se prepara una comitiva a Washington que será encabezada por Leonardo Madcur y Gabriel Rubinstein para cerrar la renegociación y el acuerdo técnico. Solo se espera el guiño de luz verde de Gita Gopinath o de Kristalina Georgieva.

 

¿Será Gabriel Rubinstein el próximo ministro de economía o se inclinarán por Marco Lavagna? quien acompañó a Massa en casi todos su viajes, raro para el director más alto del organigrama del INDEC que también ostenta la Secretaría de Asuntos Económicos Financieros Internacionales. La idea es que Massa continúe al frente del Ministerio de Economía y cuando todo esté preparado hacer una transición ordenada antes de septiembre. Esto se desprende de los Whatsapp que envió a los empleados del Ministerio cuando presionó a sus pares y obtuvo la bendición de postularse, que desde “SIEMPRE” fue su OBJETIVO.

 

“Massa confirma que seguirá como ministro de Economía tras el cierre de listas”, decía el título de un artículo de Liliana Franco en “Ambito Financiero” el viernes y Francisco Jueguen en “La Nación” del domingo. Mientras Massa escribía a su equipo el siguiente mensaje de Whatsapp: “Hola a todos los cierres de listas son siempre apasionantes y trabados. Y es así. No hay nada dramático ni que sea de vida o muerte. Pero que la economía siga funcionando normalmente y que hagamos nuestro laburo sí. Tenemos al FMI, tenemos la licitación, tenemos los temas energéticos, el gasoducto y los subsidios en agro; están pendiente los créditos CREA que la semana que viene esperan. El lunes habrá listas y nuestro laburo sigue igual, por eso les pido que no se desenfoquen, el lunes tenemos que seguir haciendo cosas para arreglar los problemas serios que tiene la economía y el país”.  Políticamente un buen mensaje para reencauzar y motivar el trabajo a sabiendas de que algún empleado lo haría conocer a los medios.

 

En su gestión económica el objetivo era llegar sin devaluar hasta el cierre de listas (cumplido) luego en etapas a las PASO (pendiente), a las generales y en diciembre al traspaso del poder al candidato ganador (también pendiente) que tiene como paradoja que puede ser él mismo.  Lo que cambia sustancialmente el tenor de la política actual, consistente en postergar, patear todo al próximo gobierno que sería algo así como “escupir hacia arriba” en caso de imponerse en las generales.

 

Vencen en esta semana unos $ 670.000 millones de deuda pública que la Secretaría de Finanzas a cargo de Eduardo Setti buscará renovar para fin de año y estirar los plazos hasta 2024/25 con títulos indexados a la inflación y al dólar oficial, para mantener el financiamiento del Tesoro. Con la euforia de los mercados financieros no va a tener inconvenientes en renovarlos máxime que ya tiene $ 443.000 millones que fue el financiamiento neto (nuevo endeudamiento) que arrojó la licitación de hace dos semanas.

 

Mientras tanto suenan fuerte las propuestas coincidentes de Carlos Rodriguez jefe de asesores de Javier Milei y el ala izquierda del Kirchnerismo de bajar la tasa de interés en la renovación de las leliq, voces que se pierden por ahora en el vacío y que en algún momento deben ser escuchadas.

 

En los «próximos días» se convocará a licitación pública internacional para la reversión del Gasoducto Norte mediante un loop entre La Carlota y Tío Pujio en Córdoba, que ayudará a sustituir importaciones de gas de Bolivia con producción local de Vaca Muerta, a un costo presupuestado en 713 millones de dólares, de los que el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) financia u$s 540 millones. Ocurre que Bolivia ya no podrá abastecer en forma continua y permanente a nuestro país, por compromisos previos con el empresariado de San Pablo y entonces es importante hacer la obra antes que se discontinúe el suministro.

 

En septiembre se licita el segundo tramo del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner desde Salliqueló (Buenos Aires) hasta San Jerónimo (Santa Fe) para ampliar la capacidad de transporte de gas, todavía no se ha definido el financiamiento si es de China o de empresas privadas argentinas interesadas en la construcción. Y se está llenando el primer tramo de Tratayen (Neuquén) a Salliqueló (Buenos Aires), un tramo de unos 600 km de distancia que se llena de tramos de 30 km, el domingo 25 de junio se había llegado al 61 km y se continuaba trabajando, estaría terminado para inaugurar el 9 de Julio.

 

Massa pidió a su equipo avanzar en los subsidios al campo, en especial a la producción aviar y porcina, y mencionó que habrá más créditos a tasa subsidiada para otros sectores.

 

La economía se desacelera, el IPI, índice de producción industrial de abril publicado el 08 de junio, último dato conocido tuvo una variación interanual positiva de 1,7%, ocho de las dieciséis divisiones de la industria manufacturera presentaron subas “Industrias metálicas básicas”, 36,3%; “Otros equipos, aparatos e instrumentos”, 13,1%; “Refinación del petróleo, coque y combustible nuclear”, 11,0%; “Vehículos automotores, carrocerías, remolques y autopartes” entre las categorías que más aumentaron. Mientras que cayeron “Alimentos y Bebidas”, -1,7% “Prendas de vestir, cuero y calzado”, -3,5%, “Productos minerales no metálicos” -5,3%, “Productos de caucho y plástico”, -3% entre las principales. El 1,7% de crecimiento en un año en abril es un bajo guarismo aunque algunos sectores como el automotriz comenzó a moverse con fuerza porque es difícil importar autos, porque hay convenios con Brasil a donde exportamos y se sumó Perú y Colombia para comprar por la mano de obra barata.

 

Se viene un nuevo escenario, con el cierre de listas, los candidatos presidenciales de los partidos mejor posicionados en las encuestas como Unión por la Patria (Sergio Massa)  de Juntos por el Cambio (Horacio Rodriguez Larreta y Patricia Bullrich) y La Libertad Avanza (Javier Milei) un poco más, un poco menos, son PRO MERCADO, entonces la apuesta es por EL CAMBIO, y las acciones han recuperado hasta un 40/50% (el lunes 26 de junio 10%) de lo perdido, los bonos (el lunes 26 de junio 5%) todavía no lo han hecho, y las propiedades están muy retrasadas en sus valores.  Si la idea de cambio continúa, y luego se ratifica con las PASO las acciones van a subir no exentas de volatilidad, los bonos también y por último las propiedades recuperaran buena parte del valor que perdieron a partir del 2020.

 

También se espera una cosecha normal en la campaña de soja, para el año próximo. Los precios de futuro son más altos un 10% para el año próximo.  En Maíz los precios son más bajos a futuro aunque se compensará con el aumento de la cantidad cosechada. Algo similar pasa con el trigo.

 

Dentro de una situación económica “atada con alambre” HAY LUZ AL FINAL DEL TÚNEL y se alejan los pronósticos catastróficos de cataclismo (hiper, corralito, plan bonex para depósitos) la economía real va a seguir mal, el BCRA seguirá sin reservas, continuará la crisis de la deuda, la consultora PxQ encabezada por Emmanuel Álvarez Agis prevé para este año “una contracción del PBI del 3,1%, una inflación del 146,5% y un dólar oficial a $386 en diciembre, 50% más caro que ahora”, este gobierno endeudó más a Argentina que cualquier otra gestión, tanto en términos absolutos como relativos.  Como porcentaje del PBI, cuando Cristina dejó el poder en el 2015 la deuda representaba el 53%, en 2019 Macri dejó una deuda del 87% y Alberto Fernández dejará una herencia de deuda de más del 100% del PBI.

 

Se firmaron este lunes convenios con tres países integrantes del Club de París para avanzar con el acuerdo marco rubricado en octubre pasado y que permitirá reestructurar el pago de casi USD 1.970 millones en seis años terminado de pagar en el 2028. Así, de los 16 países acreedores de la Argentina miembros de ese foro, solo falta la firma de uno de ellos, Japón. El riesgo país de JPMorgan retrocede a 2.095 puntos básicos, mínimos en tres meses.

 

Esperemos que esta reacción positiva de los mercados impulse el trabajo del Ministerio de Economía en la búsqueda de soluciones sustentables a los persistentes problemas financieros y reales de la Nación. Hay que aprovechar el momento porque este efecto positivo probablemente será de corta duración.

 

José Luis Stella

Lic. en Economía

 

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