El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) confirmó tres casos positivos de influenza aviar (IA) H5, 2 en aves de granjas comerciales, una en la provincia de Buenos Aires (en Mar del Plata) y una en la de Neuquén, además de una de traspatio en la provincia de Chaco, con lo que suman 39 las detecciones de la enfermedad en total hasta el momento en todo el país.
De las cinco muestras analizadas ayer por el laboratorio nacional del Senasa, dos tuvieron diagnóstico negativo y tres positivo a IA H5, dos en aves de granjas comerciales en establecimientos de Mar del Plata y en la localidad neuquina de Senillosa, y una de traspatio en la localidad chaqueña de Avia Terai.
Tras la confirmación de los casos, agentes de los centros regionales Buenos Aires Sur, Patagonia Norte y Chaco-Formosa del Senasa efectuarán las acciones sanitarias correspondientes en los predios afectados. A su vez el Senasa se encuentra trabajando en acciones sanitarias y de rastrillaje en todas las regiones donde se realizaron los hallazgos.
El organismo destacó el trabajo conjunto que viene realizando con los ministerios nacionales de Salud, Ambiente, la Secretaria de Agricultura, y provinciales de Producción, Salud y Ambiente, los municipios y el sector privado en procura de que la enfermedad se disperse en zonas no afectadas.
Además, habilitó un apartado especial en su página web oficial, donde se encontrará información actualizada tanto sanitaria como normativa y materiales de difusión para la prevención sobre la influenza aviar.
Por el caso de gripe aviar que se presentó en Mar del Plata murieron 22.000 aves en una granja del paraje La Polola, informó el veterinario Fernando Navarra, de Avicultores Mar y Sierras (Avimars).
El profesional contó en declaraciones a LU6 Radio Atlántica que el caso se detectó “en una granja importante, en la zona de la ruta 88”, que “no es (de una marca) de Mar del Plata”, sino que alquilaba los galpones.
Las aves presentaron cuadros agudos, desconocidos por el veterinario actuante, Máximo Conde, y padecieron muerte súbita, explicó Navarro, que dijo desconocer si hubo que sacrificar a algunas. “Por lo que me dijo el colega, no hubo necesidad de sacrificar porque es una enfermedad desconocida para tratar, no hay ninguna clase de anticuerpos”, señaló.
Navarro aseguró que la muerte en las aves es algo que ocurre “muy rápido” ante la aparición del virus. “No se olviden que están en galpones, encerradas, y hay un contacto muy directo. Se transmite por boca, nariz y materia fecal”, indicó.
“Es un foco que se detecta en un establecimiento en aves de corral”, especificaron fuentes del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
El veterinario actuante realizó la denuncia correspondiente al organismo (es lo que corresponde por protocolo), que se llevó la muestra y dio positivo.
Al lugar en que se detecta el virus se lo declara “zona de foco” y se bloquea “por completo”, señaló Navarro. “Se elimina el 100% de la producción de todo: pollo, huevo, lo que sea. Hay que hacer enterramiento y encalado, obviamente que se impermeabiliza el pollo para no contaminar las napas, se tapa como mínimo con dos metros de tierra y se encala con cal viva”, describió.
“Terminado ese proceso la granja queda bloqueada por dos períodos de incubación”, lo que significa “unos 60 días de inactividad”.
A la zona ubicada a tres kilómetros alrededor del foco se lo denomina “perifoco”, y allí el Senasa audita las gallinas que hay en los distintos establecimientos. “Se hace una vigilancia mucho más estricta de la que ya se estaba haciendo, que es estricta”, comentó Navarro. Y apuntó que “hay varias granjas en esa zona, pero por suerte ninguna presentó” el virus.
Por su parte, más allá del perifoco, y hasta los 7 kilómetros a la redonda, se declara una zona de vigilancia, que implica controlar más todos los movimientos de las granjas.
“Tenemos tres tipos de situaciones que se vienen monitoreando. Aves silvestres, de traspatio, que son las de autoconsumo, y las de corral, que son del circuito comercial”, explicaron en el Senasa. “Es importante destacar que la influenza aviar afecta a las aves y no se transmite por consumo de carne o huevos. Solo si se manipula un ave enferma sin medidas de seguridad. Por eso venimos informando las vías de notificación para que ante cualquier sospecha se avise a Senasa”, agregaron.
En el mismo sentido, Navarro aclaró que “no hay ningún problema” para el consumo humano. “Tanto el pollo como el huevo por esa vía no contagian”, subrayó.
La Capital
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