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Tiene 72 años y la llave del club para ir a tirar al aro: “Este año, que no pudimos jugar, estaba loco”, admitió

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Raúl López fue uno de los grandes del básquetbol bahiense. Su pasión no tiene freno: “A mí me gusta ganar a todo… Y estoy siempre al límite. Debo reconocer que, por ahí, a veces me paso, pero es mi carácter”, admite.

Raúl, con la mira siempre en el cesto. Fotos: Emmanuel Briane y archivo-La Nueva.

Por Fdriguezefe

Instagram: feroernando Rodríguez

Twitter: @rodriguez_

(Nota publicada en la edición impresa)

e   Tempramental, frontal, aguerrido, entusiasta, así era Raúl López cuando se mezclaba con los grandes: Fruet, Cabrera, De Lizaso, Monachesi, Cortondo y compañía.

También, más acá en el tiempo, cuando le tocó ser compañero de Hernán Montenegro, Martín Ipucha, Alejandro Navallo y tantos otros.

Así continúa comportándose entre los veteranos, cuando juega los picados informales o en la Maxi Liga.

“A mí me gusta ganar a todo –aclara, como si hiciera falta-. No me gusta perder. Y estoy siempre al límite. Debo reconocer que, por ahí, a veces me paso, pero es mi carácter”.

Pelota y llave en mano, Raúl siempre está dispuesto para jugar.

 

Disimulando los 72 años es protagonista, disfruta, se enoja, pelea y marca el ejemplo, aunque a veces su temperamento lo traicione. Es su esencia. Lo admite y lo argumenta.

“He discutido mucho adentro de la cancha. Lo que me hacía calentar era la mala intención. Siempre tuve discusiones –reconoce- porque era molesto y jugaba fuerte, pero nunca con mala fe. Ahora, si me pegaban, yo pegaba”.

   —¿Te siguen molestando las mismas actitudes?

—Sí y también cuando no te respetan. No porque desconozcan quién fui.

   —¿Y quién fuiste?

—Un buen jugador, humildemente, sin ser un fenómeno.

Raúl Héctor López se formó en El Nacional (campeón de Cadetes -1965-, Reserva de Segunda -1964-, Tercera -1965- y Segunda -1968-) y también jugó en Villa Mitre (ganó un torneo Oficial de Segunda -1977- y dos de Primera -1985 y 1988-).

Villa Mitre, campeón de Segunda 1977. Parados, desde la izquierda, Raúl Boiza, Daniel Alzueta, Ricardo Feser, Raúl López, Néstor Sánchez y Gustavo Caldarelli. Abajo: Rubén Martín, Néstor González, Roberto Capaccioni, Daniel Mariani y Marcelo Simos. También jugó Jorge Migliori. DT: A.P. Cabrera.

 

Con la selección bahiense ganó cinco Provinciales y en tres fue subcampéon; con Provincia fue campeón en los seis torneos Argentinos que participó y hasta llegó a la selección argentina, durante una gira por Bolivia.

Casado con Marta Hernández, padre de dos hijas (Soledad y Guillermina) y con tres nietos (Santino, Catalina y Justina), Raúl todavía tiene que trabajar –hace services de lavarropas- para llegar a fin de mes tranquilo.

   —Pudiste disfrutar a pleno la época de gloria de Bahía y el inicio de la Liga, jugando la B con Villa Mitre. ¿Sos de los que reniegan por no haber nacido unos años más tarde para poder vivir del básquet?

—No, lo acepto. Porque mi época fue muy linda; jugaba todos los fines de semana y también con la Selección. Sí hubiera sido lindo jugar y que encima me pagaran por hacer lo que me gustaba. Igual estoy contento de haber vivido esa época, porque sin los grandes jugadores tal vez no hubiera figurado en ningún lado.

San Luis, 1969, primer título Argentino para Raúl. Parados: Miguel Ripullone (DT), Bill A. Brusa (asistente), Giorgio Ugozzoli, José I. De Lizaso, Carlos González, Osvaldo Goizueta, Atilio Fruet, Aldaz (kinesiólogo) y Alberto P. Cabrera. Abajo: Jorge Cortondo, Alberto Galliadi, Miguel Chicharro, Miguel Requi, Raúl López y Ernesto Gehrmann.

 

Raúl habla en pasado sin dejar de disfrutar el presente.

“En marzo, cuando no podía salir, mi sobrino que vive en Estados Unidos y corre en bicicleta, y un vecino que es profesor de educación física me dieron dos rutinas: una de bicicleta y otra de pesas. Me vino bien –resalta- porque, inclusive, bajé de peso y gané masa muscular”.

   —¿Te cuidás en las comidas?

—Sí, aunque me doy un permitido. Pero eso lo hice toda la vida.

Los hábitos adquiridos, su seriedad y perseverancia se conjugan con la pasión, al punto que tiene la llave del cajón de la cortada Drago para ir a tirar al aro o armar algún partidito allí, en el Américo Mandolesi de El Nacional.

   —¿Qué te motiva a seguir cuidándote y entrenándote, más allá de tu responsabilidad por la propia salud?

—Siempre me entrené como un profesional, sin serlo, y quise dar el ejemplo, sobre todo a los más chicos. Ahora llegan cinco minutos antes, con sus zapatillitas en la mano y se van ni bien termina el entrenamiento.

   —No como hacías vos.

—Yo llegaba primero y me quedaba. Sabía que beneficiaba al equipo y a mí.

Por izquierda, con derecha, doble de Raúl, con Villa Mitre, ante Barracas, en 1984.

 

   —¿Cuánto te beneficiaron esos hábitos y cuidados?

—Yo tenía condiciones pero no era un habilidoso de aquellos. Tenía que suplir la falta de técnica con el aspecto físico. Me motivaba eso, practicar solo, tirar de zurda y de derecha; todo me ayudó a mejorar.

   —Sos zurdo y tirás con derecha. Explicame cómo lo desarrollaste.

—Soy zurdo y escribo con la izquierda. Pero tiro con las dos manos, aunque con la derecha me sale mejor, je.

   —¿El carácter te benefició?

—Sí. Imaginate que en mi época, si no tenías un poco de carácter, en las selecciones no podías jugar. Había mucha camarilla.

Rodeado de grandes, con Bahía, en Burzaco, 1971. Parados: Raúl Álvarez, José I. De Lizaso, Néstor Sánchez, Adolfo Scheines, Oscar Valussi y Alberto P. Cabrera. Abajo: Jorge Cortondo, Guillermo Faure, Raúl López, Roberto Ojunián, Alfredo Monachesi y Jorge Mc Donald.

 

   —¿Considerás que más allá de tu gran nivel quedaste un poco a la sombra de algunas figuras, como en segunda línea?

—Antes no había mucho recambio y aunque alguno jugara mal lo dejaban en la cancha. Si yo hubiera sido obsecuente, podría haber logrado muchos beneficios más, no solo deportivos, sino también económicos.

   —Esa frontalidad innegociable que te caracteriza, ¿te jugó más en contra que a favor?

—Lo importante en la vida es ser honesto, derecho e ir de frente. Es la base de mi vida. Así se lo inculqué a mis hijas. A mí me ayudó personalmente, tal vez me perjudicó en lo deportivo y económico. Lo único que cambié es la forma de decir las cosas, pero mantengo los principios.

   —¿Asumías que tu frontalidad te llevaba a ser el renegado de los grupos?

—Y… Sí. Vos acá decís las cosas y te tildan de loco. Pero nunca me guardé nada y le dije, a quien fuera, lo que tenía que decirle.

   —No te callabas nada.

—No. Y decirle algo a determinada gente era imperdonable. Inclusive, alguna vez un técnico de una Selección me habló y me dijo que querían hacer una renovación, pero resulta que era yo solo el que entraba en la renovación. Él sabe bien quién es, aunque no lo voy a nombrar. Pero seguí igual. Por ese motivo me perdí como tres campeonatos Argentinos, porque me peleé con Ripullone (DT). Pero claro, reconozco que molestaba.

   —¿Por qué te fuiste de El Nacional?

—En El Nacional nunca cobré un peso, al contrario. Estaban construyendo un edificio a la vuelta del club, le comenté a un dirigente si podían conseguirme un departamento, porque eran ellos los que administraban. Yo iba a pagarlo, no pretendía que me lo regalaran. Y me dijo que “no, que era muy grande para mí y que iban a conseguirme otro, algo que nunca sucedió”. En esa época no tenía casa, alquilaba o vivía en lo de mis padres o mis suegros.

   —Y te fuiste a Villa Mitre.

—Sí. Con Chiche Piña en una oportunidad casi nos agarramos a las trompadas, pero gracias a él y al club Villa Mitre tengo la casa. Tenía que entregar la plata del terreno, el resto lo financiaba el banco. Lo fui a ver a Chiche para preguntarle si podía conseguirme un crédito para darme la mitad, porque la otra yo la tenía; metió la mano en el bolsillo y sacó siete de los nueve que faltaban: “a la tarde vení que te doy los otros dos. Me los pagás como podés”, me dijo. Con él estaban Juan Carlos Hernández, Quique Montecchiari, los hermanos Molteni y toda esa gente del club que es una barbaridad. En la mayoría de mis años en Villa Mitre jugué gratis y si podían nos daban algo. Pero con ese regalo, ¿podía pedirle algo más al club?

   —¿Te quedaron cosas pendientes con El Nacional?

—Con el grupo que agarró después, Luis Merlini y (Carlos) Stipanchich, entre otros, no me hubiera ido. Me hubiese gustado quedarme en el club para jugar con el Leche (Merlini), el Oso (Núñez) y un montón de otros chicos. Incluso, me quedé con ganas de ser campeón de Primera.

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   —¿Estás más cerca de El Nacional que de Villa Mitre?

—Sí, porque en El Nacional tengo mis amigos de la infancia. Yo nací a cincuenta metros del club y desde los 6 años que estaba ahí. Me fui a los 28 años a Villa Mitre. Me identifico más por eso, inclusive nos seguimos juntando. En Villa Mitre también hice algunos amigos, aunque no voy demasiado, trato de evitarlo porque hay un dirigente al que no lo quiero, pero son cosas de la vida, por mi forma de ser.

   —En tu vida no hay grises.

—No. Capaz que está mal, pero por mi forma de pensar conmigo sos derecho o no.

   —¿Cuántas veces te arrepentiste de no haberte mordido la lengua?

—Muchas. Adentro de la cancha soy un desastre, me caliento mal y después me doy cuenta. Pero es porque me gusta ganar; lo que pasa que hay gente que se queda con esa imagen y le parece que afuera uno también es así.

   —¿Y cómo sos afuera?

—También me caliento, pero no como en la cancha. Me he peleado con los árbitros, con rivales, pero los que no te conocen te rotulan como que sos un loco.

Villa Mitre, campeón 1988. Parados: Jorge Fernández, Sergio García, José L. Salmeri, Raúl López y Sergio Salecchia. Abajo: Ariel Hosni, Hernán Gulino, Guillermo López, Juan Garayzar y Ramón Priore.

 

   —¿Te hubiera gustado jugar con la camiseta de Olimpo o Estudiantes?

—Pude jugar como refuerzo en varias oportunidades.

   —¿Con quién te hubieras identificado más?

—Y… Por la forma de jugar, con Olimpo. Como en Villa Mitre, mi perfil encajaba justo.

 —Y ponías banca, como cuando respaldaste al debutante Oveja Hernández. (La anécdota del reconocido técnico: “Una vez echaron al Huevo Sánchez y quedé yo, con 18 años. Huevo tenía buena relación con (Dante) Fleitas. Y antes de la charla técnica preguntó: ‘¿vos estás acá porque te sentís capacitado o porque te obligaron los dirigentes? Y saltó Raúl López y le dijo: ‘Fleitas, el entrenador ahora es él y lo que diga se hace, ¿está claro? Si no te gusta, te vas’”.

—Claro, con Oveja la relación fue muy especial, porque cuando fui a Villa Mitre lo dirigí, después jugó conmigo y más tarde me dirigió. Y en ese momento salí a respaldarlo. Si lo habían puesto los dirigentes teníamos que bancarlo. Yo en general bancaba a los técnicos, pero también era medio insoportable, ¿eh? Jamás le dije poné o sacá a alguno. A mí me lo hicieron y no es lindo.

Villa Mitre, 1981. Parados, Sergio Hernández, Raúl López, Ricardo Feser, Sergio Salecchia, Daniel Zalguizuri y Daniel Miranda. Abajo: Sergio Moreno, Pablo Scoppa, Miguel Cuenca, Martín Ipucha y Guillermo Ferrara.

 

   —¿Hasta cuándo vas a seguir jugando?

—Mientras físicamente esté bien…

   —En tu casa quieren que vayas a jugar.

—Sí, je. Mi señora me pregunta, “¿hoy no vas a jugar?”. Me siento bien físicamente y creo no pasar vergüenza. Me encanta ir a jugar.

   —¿Y qué sentís cuando se suspende un partido?

—Este año, que no pudimos jugar, estaba loco. Aunque, te aclaro, me vino bien para hacer la pretemporada más larga de mi carrera.

Raúl López es así: sinónimo de esfuerzo, dedicación y perseverancia.

Los años pasan, su esencia no envejecerá jamás.

FUENTE : LA NUEVA

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La marplatense Florencia Borelli ganó la media maratón de Buenos Aires y rompió el récord

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Se corrió una nueva edición de la media maratón de Buenos Aires, la competencia de 21 kilómetros más convocante de Latinoamérica y una de las más populares del mundo que para la edición 2023 logró un récord de participantes, ya que 23 mil corredores participaron de la prueba que coronó entre las mujeres a una marplatense.

Se trata de Florencia Borelli, quien se quedó con la prueba con nuevo récord argentino y sudamericano gracias a un tiempo oficial de 01:09:26. La mejor marca que todavía se mentiene vigente entre las mujeres está en manos de la etíope Ababel Brihane (1:07:44).

 

La experimentada corredora de 30 años, que en 2021 se quedó con la medalla de oro en la media maratón del Iberoamericano que se realizó en Torrevieja, España, es una de las especialistas que tiene el deporte argentino en este tipo de competencias.

Es más, el año pasado, logró el primer puesto en la prueba de 10.000 metros de los Juegos Suramericanos Asunción 2022, que se llevaron a cabo en la capital de Paraguay. Además, una de las hermanas Borelli (la otra especialista es Mariana), tiene como objetivo central del año lograr un buen resultado en los Juegos Panamericanos de Santiago -se realizarán del 20 de octubre al 5 de noviembre- y, de cara al próximo año, asegurar su clasificación para los Juegos Olímpicos de París 2024.

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Alvarado: goleó a Chicago y sueña con el Reducido

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Tras el frustrado partido en Mar del Plata, donde la pelota parecía no querer entrar, Alvarado siguió al pie de la letra el plan de Martínez y en una tarde soñada, venció por 4-1 a Nueva Chicago en Mataderos, por la jornada 31° de la Zona A de la Primera Nacional. Malagueño, Ortíz, Irazoque y Boasso marcaron los tantos del “Torito”.

Después de cinco partidos sin victorias, Alvarado volvió al triunfo en el escenario más complicado; de visitante, marco en el que había ganado una vez en toda la temporada,  y contra el otro “Torito”, que llegaba en la tercera ubicación y peleando con los de arriba.

La postura de ambos estuvo clara desde el inicio: Chicago se hizo con la pelota y buscó a su goleador, Naya, y el elenco marplatense -replegado a la hora de defender- presionó en la salida local. De hecho, Fernández tuvo la primera mediante un robo en campo rival, pero pecó de egoísta y en vez de abrir hacia Albertengo, remató débil y desviado.

Pero más allá de un disparo alto del goleador “verdinegro”, los de “Pancho” Martínez se apegaron al plan y a los 10´,  Vitale fue quien esta vez recuperó sobre el círculo central para dar el golpe en Mataderos. El ex Independiente juntó pases, Fernández capitalizó el ataque y la cambió al segundo palo, donde Malagueño, de primera, aprovechó la duda de Tomino para abrir el marcador frente a la salida de Monllor (1-0).

Si bien por momentos Chicago manejó la pelota, tan solo logró llevarle peligro a Lobelos en un disparo de media distancia de Sosa que se fue cerca del poste izquierdo. Por su parte, Alvarado estuvo cerca del segundo tanto en dos ocasiones similares, en las que presionó la salida y forzó el error del dueño de casa.

Mientras en la primera, Albertengo se la robó a Fedorco y Fernández definió muy abierto, en segunda instancia Vitale recuperó en tres cuartos, Boasso se la dejó servida de tres dedos al delantero, pero Monllor le adivinó las intenciones al ex Rafaela. Sin embargo, el olor a gol se volvió una realidad y los méritos se transformaron en premio.

De esa manera, en el epílogo de los 45´ iniciales, Jaurena ejecutó el córner hacia la medialuna del área y Ortíz, por detrás de todos, descolocó a toda la defensa visitante con un derechazo que se clavo pegado al palo izquierdo de Monllor, que ni siquiera atinó a tirarse (2-0). En el primer tiempo, el cuadro de la ciudad rompió todo tipo de lógica.

Y con los cambios en el entretiempo de Montenegro, llegó el descuento de Chicago, que ya había probado con un remate lejano de Cardozo. Pese a que la visita seguía recuperando e incomodando a los de Mataderos, Bergara -que ingresó por Ortega- enganchó de derecha a izquierda y sacó un bombazo de otro partido para romper el ángulo derecho de Lobelos (2-1).

El descuento le trajo seguridad al equipo de Montenegro, que pudo empatar en un cabezazo de Naya que encontró Lobelos, pero con el correr de los minutos el asedio se detuvo y Alvarado se cerró bien para asegurar los tres puntos.

El “Torito” marplatense sabía que en cualquier contraataque podía ponerle punto final al partido y antes de la media hora, Monllor tuvo que enviar al córner un tiro bombeado de Ihitz y de cabeza, llegó el tercero. Otra vez Jaurena fue el ejecutante e Irazoque, firme en defensa, metió un frentazo bárbaro para asegurar el resultado (3-1).

Y finalmente entraron las que no en la pasada fecha en Mar del Plata. Sobre los 38´, Malagueño en una jugada “Maradoniana” se sacó a cuatro hombres de encima, llegó a la línea de fondo y habilitó a Boasso, que solo tuvo que empujarla para poner el 4 a 1. Con esta victoria, el cuadro de Jara y Peña alcanzó las 36 unidades y quedó a diez puntos de los puestos de descenso y a seis de la zona de Reducido. El próximo domingo a las 15.10 recibirá a San Martín de Tucumán.

SÍNTESIS

Goles: 10´ PT Malagueño (ALV); 46´ PT Ortíz (ALV); 11´ ST Bergara (NUE); 28´ ST Irazoque (ALV); 38´ ST Boasso (ALV).

Nueva Chicago (1): 1- Monllor, 2- Fedorco, 3- Ostchega, 4- Sosa, 5- Mercado, 6- Tomino, 7- Obregón, 8- López, 9- Naya, 10- Cardozo y 11- Ortega. DT: Andrés Montenegro.

Alvarado (4): 1- Lobelos, 2- Robledo, 3- Ihitz, 4- Ortíz, 5- Vitale, 6- Irazoque, 7- Malagueño, 8- Jaurena, 9- Albertengo, 10- Fernández y 11- Boasso. DT: José María Martínez.

Cambios en Alvarado: 10´ ST Lamardo por Fernández;  35´ ST Bettini por Jaurena y Rebecchi por Albertengo.

Arbitro: Julio Barraza.

Estadio: “República de Mataderos”.

 

El Marplatense

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Inter Miami derrotó por penales a Nashville y se consagró campeón de la Leagues Cup

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Inter Miamidel rosarino Lionel Messiderrotó por penales a Nashville, luego de haber igualado 1-1 en los 90 minutos. El rosarino había puesto en ventaja a Las Garzas y Fafá Picault igualó las acciones. En la definición por penales ganaron 10-9 y se consagraron campeones de la Leagues Cup.

Nashville comenzó el partido presionando arriba y buscando el gol. A medida que fueron pasando los minutos, esa presión se fue diluyendo, pero lograron crearse situaciones de gol a lo largo de los 45 minutos. Drake Callender sacó un buen cabezazo y estuvo atento en otras aproximaciones peligrosas.

Pero Messi juega para Inter Miami y ese es un plus que tiene el equipo que dirige Gerardo Martino. El genio frotó la lámpara en la Zona Messi, gambeteó un rival y la colgó del ángulo, volviendo inútil la volada del arquero. Gracias a este gol, el conjunto de David Beckham se fue al descanso con la ventaja a su favor.

En el segundo tiempo, Inter no pudo estirar la diferencia y empezó a sufrir más los ataques de Nashville. De un córnerPicault estableció el empate y con ese resultado, iban a los penales. En la última jugada del partido, Leonardo Campana tuvo el gol de la victoria, pero no pudo definir bien.

En la tanda de penales, ambos equipos convirtieron cuatro y erraron uno, asi que fueron al mata-mata. Todos estaban definiendo con mucha jerarquía, mientras Messi sufría. Hasta que le llegó el momento a los arqueros: Callender convirtió el suyo y detuvo el de Elliot Panico, para que el argentino pueda gritar campeón por primera vez en Estados Unidos.

En los penales, la tanda fue eterna. El capitán de la Selección argentina pateó el primero y lo convirtió. Luego, se patearon 11 remates y Callender se convirtió en héroe: le atajó el último penal a Elliot Panicco.

De esta manera, Messi hizo historia y se convirtió en el futbolista más ganador de todos los tiempos con 43 trofeos, igual que Dani Alves.

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